“EL TARBUSH ROJO”, SADI CHABÁN PLATICA DE SU OBRA
-Es a través de los valores que nos da la energía, que nos da la pasión, esa pasión que tienes por aprender, pasión por el trabajo, la pasión es un valor que te mueve como te mueve el amor… – Sadi Chabán
Luis Migue Cobo
Hace unos días fue la cita, puntuales ambos llegamos a la casa de los árabes en México, el Centro Libanés en la calle de Hermes, en el sur de la ciudad. El saludo amable como lo fue toda la conversación, son estas las pláticas que mueven sentidos, que hacen pensar y sobre todo, que nos recuerdan lo que somos, quiénes somos y quizá, en muchos casos, hacia dónde vamos…
Fue el libro “El Tarbush Rojo” escrito por la doctora Sadi Chabán (SC) lo que motivó la reunión para con La Voz del Árabe (LVÁ), el libro como dice en su portada “Volando hacia la libertad”, es el deseo de todo ser humano en cualquier caso, libertad desde que somos bebés y queremos escapar de los brazos de mamá o de papá, más tarde de un corralito o de la cuna, libertad, palabra clave desde siempre, diría, anhelo de todo ser vivo para ser uno mismo…
El Tarbush Rojo es el libro que la doctora Sadi Chabán nos entrega para saber de su vida, de la vida que puede ser de todos, de un pasado que es el presente porque ahí queda, porque se vive de nuevo en cualquier momento por los recuerdos y anhelos de alcanzar aquellos deseos que fueron antes, pero lo son hoy también, pero ella nos lo dice mejor:
LVÁ – Sadi Chabán, platícanos ¿qué es el Tarbush Rojo?
SC – Pues si nos vamos estrictamente a la palabra Tarbush, es un sobrero o gorro que usan hasta la fecha los turcos, otomanos, en Marruecos, en Túnez, en Argelia, en Líbano, sobre todo en la comunidad drusa.
Se me ocurre poner El Tarbush Rojo y en idioma árabe porque en español aparece “bonete” y pues ese nombre me suena muy español, por eso decidí Tarbush, y empiezo a rememorar, es la motivación que me llevó a conocer a mi familia del Líbano que es la primera parte de la historia de mi libro. Cuando llevo a mi papá a su tierra a ver a sus hermanos, ya tenía 50 años de haber llegado a América, fue una experiencia realmente extraordinaria que marcó mi vida, es también una historia llena de valores, las historias familiares están enlazadas con los valores y por eso son trascendentes, por eso las llevamos en el alma y el corazón. Es a través de los valores que nos da la energía, que nos da la pasión, esa pasión que tienes por aprender, pasión por el trabajo, la pasión es un valor que te mueve como te mueve el amor, como te mueve la ambición, porque en el mal sentido no es ambición es atesoramiento y es avaricia, pero esa ambición también te mueve, siempre quieres lo mejor para ti, para tu familia, por eso sale mi papá del Líbano después de la guerra en 1923. Termina la ocupación otomana en Líbano, hay una carencia grandísima, alimentos, fuentes de trabajo no hay, y un etcétera larguísimo, entonces decide venir a América junto con un primo.
En aquel tiempo venir a América significaba que te podían dejar en Veracruz, en Nueva York, en Brasil o Venezuela, así era ¿no? Vamos todos ¿verdad? A él le tocó llegar a Veracruz y empezó a moverse ahí. En aquella época no había comunicación como hoy, y bueno, ahí empieza la historia, que como dije, tocó mi vida…
Mi padre recorrió muchos lugres en la república, como siempre, él era hombre de negocios, así empieza buscar cuál sería la fuente, el mejor negocio, la mejor manera de hacer las cosas, siempre trabajando y dando ese ejemplo de constancia, nunca te des por vencido, es una escuela como cuando te dicen que vas a tomar un seminario de calidad, no es nada nuevo, nuestros abuelos tenían calidad, ¿a dónde vas con esos zapatos sucios? Péinate bien, lávate bien, entonces ese concepto de calidad viene de los abuelos, todos los valores vienen de la familia.
Cuando yo empiezo a trabajar, a dar conferencias en escuelas secundarias, preoperatorias, en hospitales…
LVÁ – Disculpa que interrumpa, para nuestros lectores, ¿qué estudiaste? ¿Y cuál es tu trabajo o labor al día de hoy?
SC – Bueno, mi primera carrera fue medicina, no la terminé, fue cuando cambia mi vida, por supuesto que me he preparado en diferentes campos, estudié comunicación en la Universidad de Chicago, he trabajado en muchos campos, en cada uno me preparo sobre lo que se necesita, de tal manera que trabajé en compañías americanas como una línea aérea estadounidense, otra también americana trasnacional donde apliqué conocimientos como instructora, soy instructora por la UNAM, también conocimientos de manejo de equipo humano, de renovación de manuales, metodologías diferentes, etcétera… En la parte administrativa.
LVÁ – ¿Y la parte de escritora?
SC – Es reciente… porque a partir de que me pensioné he hecho muchas cosas entre las que decidí que había muchas cosas que tenía que escribir, porque no solo es un legado para mi familia, aunque se escuche presuntuoso, pero también es para el mundo. Es la capacidad de entender porque todos somos una unidad.
LVÁ – En la visión de Sadi Chabán ¿Qué enseñanza nos deja el libro?
SC – Bueno, tenemos la parte de reconocernos, nuestras similitudes y diferencias, entenderlas más no criticarlas no juzgarlas y tener la mejor actitud porque con compasión y con valores podremos entender al mundo y así tener una proyección mejor, una vida mejor, porque todos somos una unidad porque hay valores universales, los hay que no aplican en pequeñas comunidades, porque decimos “no matarás” como un principio, hay lugares en los que hay una pena capital, decimos “no desearás la mujer de tu prójimo”, y hay religiones que permiten tener varias esposas.
Podremos decir siempre que las culturas árabe y mexicana tienen muchas similitudes, la protección a la familia es lo mismo, siempre protegiendo y nunca dejarlos solos… ¿Qué hacemos las familias mexicanas? Van construyendo ayudando a sus hijos porque no tenemos todo resuelto, hasta que se van de casa o se casan los hijos…
LVÁ – ¿Entonces el mensaje de Sadi Chabán en El Tarbush Rojo es el ser bueno, el amor?
SC – Así es, el amor y los valores.
LVÁ – ¿A qué valores te refieres?
SC – Hay más de 400 valores, en el libro compilo 138 valores, que me parecen muy relevantes, sin embargo, la segunda edición pienso sacarla con 150 para que sea un número fácilmente recordable, pero hay más de 400, claro en las empresas los ponen en las paredes, por supuesto que hay valores más relevantes en unas empresas que en otras, si estás en una empresa financiera se hablará de integridad, de transparencia, de responsabilidad personal, rendición de cuentas. Si estás en una institución de salud el primero será el trato con el paciente, los derechos del usuario, del derecho habiente, está enfocado al respeto a la salud, etc. Empecé a trabajar dando conferencias y talleres en el hospital donde estoy trabajando junto con la jefatura de enseñanza, en el hospital Rodolfo Antonio de Mucha, conocido como el hospital Uno de Zona que está frente al parque de los venados, con el jefe de enseñanza, todas las pláticas que doy, desde hace nueve años, están enfocadas a medicina humanista, el trato médico a paciente, valores, ética, códigos de ética y mucho más, dicen “es que les hace mucha falta”, nos hace… aquí tenemos que usar el plural porque la ética no es sólo para los doctores, también para los periodistas, habla bien de un político y debajo del agua te paso un dinerito, por ejemplo, así en todas las profesiones y cualquier actitud de vida en los seres humanos. No sé si estés enterado, pero en la carrera de medicina tan solo del total de créditos en las materias sólo el 3.5 % son enfocados a la visión humanista, son puntos que hay que remediar, formamos a profesionales con alto rendimiento, con gran enfoque y visión, pero no tienen valores… Si no tienen valores no hay columna vertebral…
LVÁ – ¿Estás de acuerdo que en los jóvenes actuales no hay valores de nada? Se puede ver a distancia… ¿Los valores se han desconectado de la moral, es correcto?
SC – Es correcta tu percepción, es el manejo de doble moral en todos los niveles.
LVÁ – ¿Crees que tenga arreglo en México?
SC – Sí se puede arreglar, a través de la cercanía de las familias, porque los niños de hoy, adolescentes, están metidos en su mundo virtual, en sus teléfonos, en sus computadoras, ya no hay contacto humano, el contacto humano te sensibiliza, no en el sentido de que llores con una canción poética, te sensibiliza en el sentido de entender lo que es el sufrimiento, la constancia intencionada de tus padres para darte un mejor futuro. Es una actitud egoísta decir o creer que “todo lo merezco”, todos los beneficios y ninguna responsabilidad es totalmente carente de sensibilidad, de apreciación que es el valor de los primeros valores que pongo en el libro. Es la falta de agradecer, de dar las gracias al que te da el café en la mañana, listo…
LVÁ – ¿La economía tiene que ver con la moral? ¿Podemos decir que gracias a la escasez de ésta se han dañado los valores?
SC – Por supuesto que tiene que ver, tiene que haber parámetros, fronteras, límites que son muy importantes así tengas un capital, el que me digas, así seas millonario o la persona más pobre del mundo, estoy segura que vas a regañar lo mismo a tu hijo porque tiró la leche o porque se robó el lápiz de una amiguito, porque no tiene la misma intensidad, porque tienes que tener parámetros, medidas y poner límites.
LVÁ – Robar un lápiz o robar un millón de pesos es robar. No es lo mismo que robar un pan por hambre, es diferente, ¿de acuerdo?
SC – Claro, es robo. Si lo haces en casa de un familiar tuyo es doble, porque es robo y es traición. Ahí ya estamos hablando de integridad, de falta de valores, entonces aprendamos a vivir con lo que tenemos, aprendamos a tener esa fuerza interior para luchar por lo que queremos, yo no nací en cuna de oro, aprendí a trabajar, cuando no hubo trabajo conseguí uno de lo que sea, lo que sea, es la actitud la que te lleva adelante, para el reclutador y para el reclutado hay tres indicadores: conocimiento, habilidades y actitud. Para los tres hay enseñanza, pero si falta actitud ahí no, no te contrato…
LVÁ – Eso es magnífico y lo entendemos muy bien los adultos, bueno casi todos… Pero los jóvenes se destacan cada vez más por la flojera y el desinterés, todo es su teléfono, esa flojera es todo lo negativo para ellos, ¿qué se puede hacer con eso?
SC – Nosotros lo estamos fomentando porque tenemos miedo de imponer disciplina, energía y poner límites. La disciplina, como lo digo, es enfocar tu energía hacia una meta. Les digo a mis alumnos: si tienes una jarra, pero no tienes un vaso, tu energía es el agua, la tiras, si tú tienes un vaso la contienes, ese vaso se llama disciplina. Así vas a sacar provecho de esa energía, con disciplina. Pero ¿qué hacemos? Tenemos miedo de ser duros, porque entonces se van los hijos de la casa, se enojarán porque no los dejas hacer lo que se les pega la gana, entonces se sientan, están en su maquinita viendo videos, jugando con todas sus aplicaciones y más, les dices “ven a comer, se va a enfriar…”, no hacen caso. Ahí va la abuelita de 80 años a traer las tortillas y refrescos, el niño no se separa de ahí porque todavía le “quedan dos vidas en su juego”, pues no señor, ahí dejas tu juego, lo apagas y acompañas a tu abuela porque eso se llama solidaridad, apreciación, afecto, protección, porque la abuela tiene 80 años y le gustará mucho ir, pero protegida… Pues acompáñala y tu carga las cosas, van platicando, entones tu conectas la familia, tu sigue jugando hijito, pero vienes cuando esté lista la comida, así estamos educando. Cuando los dejamos solos es cuando se van de las manos… Y así todo es según lo haga cada uno, sin poner límites no podrás educar bien…
LVÁ – Y sobre la igualdad de género, ¿qué opinas?
SC – Que bueno que tocas el tema. Tiene muchas vertientes porque llegamos a extremos, estuve en la India hace tres o cuatro años, justo el día de la mujer regresaba de Deli y salió un reportaje en la televisión donde dijeron: el 22% del parlamento son mujeres. Lo hablan como una gran conquista, eso es fantástico, que haya oportunidades, que haya equidad de géneros, eso lo aplaudo. Puedo ser feminista, como dijo mi papá: “no estoy fuera de razón”, no porque tenga que haber equidad en altos puestos políticos, de educación, mitad mujeres mitad hombres, no señor… que se queden los más capaces. Discúlpame si no es democracia, se trata de capacidad, entonces estamos confundiendo, por eso te digo hay varias vertientes. En algunos países, bueno, hace dos años en Arabia Saudita la mujer no podía manejar automóvil, hoy puede hacerlo ya, motocicleta también, ya puede viajar sola, estamos avanzando. A mí no me vendan eso de que te den palmadita en el hombro, eso no. En un curso de alto diplomado que tomé hicimos un equipo, un compañero me dijo “Sadi vente con nosotros para que des el toque femenino”, respondí, “si quieres alguien para el toque femenino no me necesitas a mí… Yo vengo aquí por capacidad no por sexo.” Es que tenemos que ser claros y precisos en ese sentido…
LVÁ – Pero no lo han aclarado.
SC – No, hasta este momento no. Por supuesto, porque estamos hablando de equidad de género que además es un valor, porque ahí se habla de otra doble moral, tú si puedes estar hasta las dos de la mañana en la calle, yo no, porque tengo una conducta difícil de explicar y no sé cuántas tonterías más dicen, ahí no se habla de equidad de género, ahí estamos hablando de una parte de protección, porque tu hombre tienes más fuerza física que yo, y eso no te lo quita nadie. Tenemos que poseer más inteligencia para hablar, antes de juzgar tenemos que analizar todos los elementos y aun así te puedes equivocar.
LVÁ – Refiriéndome al Tarbush Rojo, ¿a los jóvenes hay que inculcar o enseñar el pasado?
SC – No puedes ser tú si no tienes un pasado. Es muy positivo que los padres platiquen con sus hijos y sobrinos lo que fueron sus antepasados, sería magnífico que lo hicieran. Les vas a enseñar que a través de la constancia y el trabajo logrará obtener las cosas que quiere, porque si no se enseña buscará el dinero fácil, igual que los recursos tecnológicos, todas las fórmulas y los modelos de felicidad, de bienestar, que es una medida en Europa y en el mundo “el nivel de bienestar”. Tu no puedes enseñar eso si no hablas de socialismo, comunismo, democracia, anarquismo, les das todo un marco teórico que en términos de formación académica siempre te vas a referir a un marco histórico, siempre, a un marco económico, a un marco político y a un marco filosófico, también a un marco espiritual, porque este siglo es una bendición en el que se toca literalmente la filosofía, la física cuántica, se toman de la mano con la espiritualidad, donde ya los fenómenos paranormales tienen una explicación.
LVÁ – ¿Cuál es tu opinión sobre los feminicidios en México? ¿Por qué está sucediendo todo eso?
SC – Es muy complejo lo que hoy sucede al respecto. No se le llame problema, dígase situación. Las situaciones tienen remedio. Los problemas son más complejos. Como ya dije, hay muchos elementos en este juicio, hablar de feminicidio hablamos de percepciones en las familias, hablamos de manipulación en los niveles de poder, hablamos de muchas vertientes. No es un tema sencillo.
LVÁ – ¿Sientes que lo están tratando muy a la ligera?
SC – Es correcto. Es tendencioso en el sentido que es bajo un solo punto de vista muy alto, “es el mío y listo”, ya no tenemos salida ni para dónde hacernos. Cuando tú me digas “ya se todo…”, entonces tu y yo ya no tenemos nada más que hablar, o cuando yo te diga que lo sé todo, ya para qué seguimos… Siempre vas a estar aprendiendo, pero te diré como dijo Stephen Cowin, “recárgate en la pared correcta”, esa pared es la familia, la base de la sociedad, porque puedes estar en los cuernos de la luna, tener millones y no tener a nadie cerca de ti, entonces recarguémonos en la familia, recargados en los valores…
LVÁ – ¿Ese es tu consejo o recomendación?
SC – Todo… Claro, el valor número uno es el respeto a la vida, es el valor número uno. De ahí se desprenden muchos valores más, la compasión que la pongo en una gráfica en el libro con todos sus niveles, el nivel de compasión, no en el sentido de lástima porque en nuestro lenguaje en español “lástima” y “compasión” se confunden, pero la lástima es temporal, sales de un templo regalas unas monedas, fin de la historia. La compasión te mueve para hacer cosas por los demás, hacer donaciones, a poner hospitales, hacer colectas, a llevar a la UNICEF lo que se pueda para ayudar, hacer asociaciones para pueblos o comunidades en extrema pobreza, con los que también he trabajado, con fundaciones para llevar pláticas de adaptación, motivación, etcétera.
LVÁ – Sobre el respeto, Sadi, ¿qué nos dices, se ha perdido, por qué?
SC – El respeto tiene que ser para y en todo. Es lo que nos distingue de los animales, se tiene que filtrar todo, no se dejen robotizar por las redes sociales, no ofendas, no juzgues, no insultes, cuando hablamos no solo del respeto, nuestro país, esto desde Octavio Paz con el Laberinto de la Soledad, pierde totalmente su sentido de identidad, perdemos la credibilidad en las instituciones porque hemos sido traicionados, la credibilidad en los políticos porque hemos sido traicionados. El respeto por nuestra raza de bronce porque hemos sido comprados y apagados, porque hablamos de conquista pero eso es un eufemismo para decir aplastamiento de una cultura para poner iglesias sobre las pirámides, pero esos son fenómenos culturales, tengamos un poco de apertura, no tenían la cultura que tenemos hoy, la capacidad de discernir ni la visión de futuro que tenemos hoy, entonces aprende de tu pasado, vive tu presente y sé mejor persona para tu futuro, básate en la estructura porque puedes manejar un sistema predictivo como los juegos de negocios, en el que pones todos los elementos del juego para ver cómo vas a sacar adelante como los trabajos de Harvard que pones para hacer modelos de negocios para sacar adelante una empresa, pones todos los elementos, pero con eso no vas a salir, tienes que saber cómo es la cultura de ese pueblo donde vas a meter esas máquinas porque no quieren que destruyas el arbolito del centro porque tiene 700 años, entonces si tu no estudias tu marco, tu contexto, tu estás literalmente comiendo basura en tu vida porque es tu pasado, tus raíces y tu debes honrar a tu padre y madre y honrar tus raíces, tu pasado, tu presente, tu futuro, tu cuerpo como templo y mucho más…
Ahí el respeto, de tu pasado vas a tener un mejor futuro, pero si estás en medio, aunque seas el técnico más brillante del mundo si no tienes el elemento de juicio, la formación y la estructura de valores estás perdido. Entonces estás invitado a todo lo que llegue a tus manos, filtra, lee, prepárate, sé mejor persona, llénate de amor y recárgate en la pared correcta, porque los amigos te pueden aceptar porque son tus pares, tienen 15 años y 18, a ellos les parece bien que fumes mariguana, no te van a criticar por eso, pero a tus padres no les parecerá bien que lo hagas, ni que te inclines a las drogas, porque estás destruyendo tu templo que es ese cuerpo que tienes y es tuyo, el principio fundamental es el respeto a tu vida, porque lo vas a intoxicar, porque hay drogas sicotrópicas que pueden tener efectos un mes después de usarlas, lo he visto en mis prácticas de medicina, a niños y jóvenes perdidos por un mal viaje, eso te marca… Tienes que escuchar lo que dicen porque las experiencias no son platicadas son vividas, por eso acercarte a tus padres, a tus tíos, a la gente que más confianza tengas, es la familia.
LVÁ – Sadi llegamos al final, un mensaje que quieras dar a todos nuestros lectores.
SC – Pues quiero que compartan con toda la gente que está cerca y lejos, que compartan amor y compasión, porque ya no hay respeto por la vida y se tiene que recuperar, por ahí tenemos que empezar.
LVÁ – Muchas gracias Sadi, fue realmente un placer escuchar tus palabras…
“El Tarbush rojo” de Sadi Chabán es un regalo muy valioso para todos los que tienen la oportunidad de leerlo. Aprender, apreciar y agradecer son los valores fundamentales para todo el que quiera poseer una vida plena y realmente humana, en el mejor sentido de la palabra. Sadi, llena de generosidad y conocimiento ético, nos obsequia con su libro la oportunidad de volar hacia la libertad a partir de la práctica de los valores y virtudes que se ha dado a la tarea no sólo de enlistar, llegando a los 138, sino también de poner en práctica y de compartir esas experiencias que ha hecho vida para que de ellas aprendamos a ser mejores seres humanos, en una época donde cada vez es más escasa su práctica y donde las nuevas generaciones están necesitadas de ejemplos de vida positivos e inspiradores como el suyo. – Rosa María Rangel Mondragón, maestra de Literatura, UNAM-ENP
Sadi Chabán es una escritora mexicana, de ascendencia libanesa. Ha destacado los últimos diez años por su aportación a la comunidad mexicana a través de conferencias y talleres en Centros de Salud, Hospitales y Asociaciones Civiles. De igual manera ha logrado el interés y colaboración de profesores de educación media y superior para la difusión de temas trascendentales y formativos como Valores Universales y Habilidades Sociales para mejorar la comunicación y el desarrollo emocional de los participantes de sus sesiones de trabajo. Publica “El Tarbush Rojo” en 2018 siendo éste su primer ensayo literario. Una obra que nos habla de un impacto personal creativo e incluyente.
E & ARTE TV palabras de Nour Kury para Sadi Chaban mx 2019
Imagen: LVÁ ©-2020
La Voz del Árabe (LVÁ) – ESPECIALES – Cd. de México, marzo 4 del 2020
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Solo puedo decir que , leí el libro y salieron lágrimas de mis ojos , primero el reencuentro con mi Líbano amado . Y después como la autora magnifícame la autora entrelaza sus vivencias , con los valores !!! Es un libro espléndido , generoso , Felícita a la Maestra Sadi Chaban
Es un libro lleno de enseñanzas que nos deja un gesto sabor de.boca. De Sadi Chabán puedo decir que es una escritora comprometida con el bienestar y los valores de las generaciones actuales y futuras
Es muy bueno. Ya que no hace recordar lo que ya teníamos. Pero que con el paso del tiempo lo olvidamos y dejamos d hacerlo. O simplemente x que nos da pena . Mostrar esos valores que o esa prácticas d buena manera.
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