sábado, septiembre 23, 2023

La Voz del Árabe

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UNA MIRADA AL ISLAM EN ESTE MES DE RAMADÁN

Si bien el Corán comparte la esencia de la lengua árabe estándar o fusHa. La lengua del Corán tiene estructuras y vocabulario específico a él, por lo que, en cuestión lingüística, se le considera como portador de un nivel de lengua extremadamente elevado.

Laura Tejeda Maza*

El islam es una de las tres grandes religiones monoteístas del mundo, siendo “sumisión” el significado de la palabra islam, la cual deriva de la raíz árabe salam, que quiere decir paz. Ésta religión se basa en lo revelado al Profeta Mohammed paz y bendición para él (570-632) por el Arcángel Gabriel, entre 610 y 632 de nuestra era. Estas revelaciones constituyen las 114 Suras del Corán.

Si bien el Corán comparte la esencia de la lengua árabe estándar o fusHa. La lengua del Corán tiene estructuras y vocabulario específico a él, por lo que, en cuestión lingüística, se le considera como portador de un nivel de lengua extremadamente elevado. La musicalidad del texto compuesto en prosa rimada es, según los musulmanes, un signo del origen divino del texto y, por tanto, de su carácter inimitable. Efectivamente, según la fe islámica, el Corán es la palabra divina, tal y como le fue revelado al Profeta. Su recitación es considerada un arte y su memorización es admirada y recomendada.

De igual manera, podemos notar que el “yo” del texto no siempre emana de Allah (Dios), ya que a veces, como en la primera Sura “al-Fatiha” –que es un rezo–, es el fiel quien se dirige a Allah; otras veces es el Profeta el que habla, y otras no está claro quién es el sujeto.

Este libro sagrado se caracteriza por su heterogeneidad, pues contiene pasajes proféticos, narrativos, normativos y rezos. En cuanto a los normativos, estos establecen un derecho que regula la actividad humana, ya sea en cuestión religiosa, personal o social y constituye únicamente el 10% de los 6236 versículos (ayât: señal o milagro) que componen las Suras. A lo largo de él, encontramos una serie de eventos y personajes que aparecen en los libros sagrados del judaísmo y del cristianismo, tales como Adán, Noé, Abraham, María y Jesús, entre otros. Así, todos los profetas reconocidos por sus predecesoras también lo son en el islam.

Aunque actualmente se asocie musulmán a árabe, la mayor población musulmana en el mundo se encuentra en Indonesia, por lo que un árabe no es forzosamente musulmán. Otra prueba de esto la encontramos en Líbano, en el cual coexisten 16 confesiones oficiales, las cuales forman parte de diferentes ramas del islam, del cristianismo y del judaísmo.

Cabe mencionar también que a pesar de que existen diferentes orientaciones en el islam, tanto religiosas como legales –las cuales serán abordadas en números futuros–, existen cinco pilares fundamentales que concierne a todas éstas, los cuales se refieren a obligaciones que todo musulmán debe cumplir:

La profesión de la fe (shahada): es la declaración de la fe islámica, por la cual se confirma la unicidad de Dios y la enseñanza del Profeta; ésta consiste en la proclamación siguiente: “No hay más Dios que el Dios y Mohammed es su profeta”. Al recitarla en presencia de dos testigos calificados se abraza al islam.

Los rezos cotidianos (salat): deben ser llevados a cabo, cinco veces al día: al amanecer, al medio día, a la puesta del sol y en la noche. La llamada a cada rezo del día es efectuada por el “muezzin” desde la cima de los minaretes de la mezquita. En algunas mezquitas esto se hace en cada una de los cuatro minaretes, ubicados a los cuatro puntos cardinales. Su llamado es considerado un arte, ya que consiste en un canto melodioso del adhan o llamado, por lo que el “muezzin” es seleccionado por su buen carácter, voz y habilidades para servir en la mezquita. En Turquía, por ejemplo, se llevaba a cabo una competencia anual para hallar al mejor “muezzin” del país.

Antes de cada rezo, cada fiel debe realizar la pequeña ablución, que consiste en lavar la cara, la cabeza, las manos hasta los codos y los pies hasta los tobillos con agua. El rezo consiste en una serie de enunciaciones y gestos rituales (arrodillarse, postrarse…), cuyas repeticiones dependen del momento del rezo, y se efectúan en dirección de la Kaaba, ubicada en la ciudad de La Meca, en Arabia Saudita, que es el santuario que contiene la Piedra Negra (reliquia islámica cuya antigüedad remonta al principio de los tiempos), y la cual, según la fe islámica, fue fundada por Adán o por su hijo Sith, reconstruido por Abraham y su hijo Ismael, y establecido como el centro del peregrinaje por el Profeta.

El rezo del mediodía del viernes tiene un estatuto especial, el cual debe llevarse a cabo preferentemente en una gran mezquita; para esta ocasión, el Imam, quien es un estudioso de ciencias religiosas, lleva a cabo el sermón o khutba, el cual puede tener un carácter político, además de religioso.

El impuesto anual (zakat): nace de la idea de que es necesario purificar los bienes adquiridos en el año para poder aprovecharlos, por lo que representa el 2.5% de lo adquirido en el año y se destina a los necesitados musulmanes.

El ayuno del mes de Ramadán (saoum): es la época en la que se pueden expiar las faltas cometidas en el año. Los fieles deben abstenerse de comer, beber y tener encuentros sexuales desde el amanecer hasta el anochecer, pues es una época de reflexión y arrepentimiento. Su importancia está ligada al acontecimiento de la noche del Decreto, probablemente del 27 (números nones) del mes de Ramadán (con respecto al calendario lunar), denominada como “La Noche del destino”, en la que el Profeta recibió la primera revelación. El ayuno se rompe con abundante comida en familia o con amigos, siendo común que haya comidas comunitarias para los más necesitados, como cada año en el Cairo, ya que es también una época de compartir.

La peregrinación a La Meca (hajj): debe ser realizada al menos una vez en la vida, siempre y cuando el fiel tenga la capacidad física y económica para hacerlo.

A partir de estos pilares, podemos observar la verdadera filosofía y esencia del islam como religión dedicada a la devoción a Dios y la ayuda al prójimo. Al igual que se puede percibir la continuidad de una filosofía común a las “religiones del Libro”: judaísmo, cristianismo e islam.

*Laura Tejeda Maza: Licenciada en Estudios Árabes y Maestra en FLE, ambas realizadas en Francia. Políglota y redactora en tres revistas, entre las cuales se cuenta La Voz del Árabe. Aborda diversas temáticas sobre Francia y Mundo arabo-musulmán.

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La Voz del Árabe (LVÁ) – ISLAM – Cd. de México, mayo 6 del 2018

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