sábado, septiembre 23, 2023

La Voz del Árabe

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MAGNA CONFERENCIA DE MARRUECOS EN MÉXICO EN LA UNAM – II

– Rafael Esparza Machín – La autonomía para el Sahara marroquí: solución a un contencioso histórico. consecuencias geoestratégicas para la consolidación del gran Magreb. Parte 2

Luis Miguel Cobo*

La semana pasada se publicó en este medio la primera parte de esta magna conferencia que trató de Marruecos y México. No por demás recordar que se dijo que fue realmente interesante al grado de impresionar a los que conocemos y los que desconocen el tema, y por supuesto cayó muy mal, nos comentarios, a la gente que no está de acuerdo con el tema y sus acepciones dichas y explicadas en la conferencia, porque simplemente es la verdad que duele, la que no se quiere aceptar, aunque en la historia escrita se encuentra.

Se dijo en el artículo anterior y reitera el periodista ahora, que la historia ha sido cambiada, que hemos vivido dentro de un mar de mentiras que hoy, gracias a la información que se da a conocer, poco a poco nos vamos enterando de esa verdad que por mucho tiempo fue ocultada y prohibida en muchos casos, de cualquier tema, pero aquí tan solo de una gran verdad: el Sahara es y ha sido siempre del Reino de Marruecos.

El profesor, politólogo, sociólogo y un gran intelectual que siempre ha defendido al Magreb, el norte de África,  Dr. Rafael Esparza Machín, nos autorizó de palabra la publicación de su ponencia de hace una semana, por demás es decir que no tiene desperdicio alguno, pero es apenas una introducción al tema ya que consideramos que es interminable aunque se podría conseguir un final, sí, un bueno y positivo final de los países en pugna por un territorio que se sabe es Magrebí perteneciente a Marruecos. Pero esto habrá que dejarlo al tiempo y el tiempo es hoy…

Aquí entrego la ponencia completa, idéntica a como nos la platicó el día de la conferencia.

LA AUTONOMÍA PARA EL SAHARA MARROQUÍ: SOLUCIÓN A UN CONTENCIOSO HISTÓRICO. CONSECUENCIAS GEOESTRATÉGICAS PARA LA CONSOLIDACIÓN DEL GRAN MAGREB

Rafael Esparza Machín*

México y Marruecos tienen una característica común de su territorio por potencias imperialistas.

México es hoy uno de los pocos países con credibilidad que reconocen a la RASD y al polisario y creo que, aunque comprensible es una posición equivocada, en mi opinión, por un falso conocimiento de la situación real.

México debe conocer que el frente polisario no representa al pueblo saharaui que en su gran mayoría vive fuera de la hamada argelina, y participa de una forma activa en la vida política, económica y social, del reino de Marruecos. También México debe ser consciente de que una pequeña parte de la población saharaui vive en los campamentos argelinos en unas condiciones penosas y casi sin esperanzas como rehenes, de una geoestrategia argelina de confrontación con Marruecos en un conflicto permanente que le aparte de otros objetivos.

Conviene, antes de entrar en el meollo del tema que hoy nos reúne, repasar de forma concisa la historia del conflicto regional del Sahara para llegar, en mi opinión, a la conclusión de que la consideración del territorio como colonia, dio lugar al error de equipararlo a una cuestión de descolonización, cuando debería haberse tratado como un asunto de integridad territorial de Marruecos.

Si analizamos los mapas utilizados por las potencias europeas antes de la conferencia de Berlín (1885-86) vemos como para Alemania (mapa N°1) el territorio de Marruecos (Imperio Cherifiano), se extiende desde el Mediterráneo al Río Senegal y duplica el territorio de Argelia Francesa que todavía no se había apoderado del Sahara profundo (Azawagh).

Casi de la misma época es el mapa del Sr. Fock (mapa oficial francés) que nos presenta el África francesa (mapa N° 2) pero apropiándose del Asawagh sahariano, y respetando las fronteras del imperio cherifiano. Estas mismas fronteras cherifianas las observamos en la cartografía oficial inglesa (mapa N°3).

Si analizamos el mapa N° 4, observamos como ese “gran marruecos” de la segunda mitad del Siglo XIX, fue reduciéndose por el impacto colonial europeo, que mutiló el territorio por parte de Francia, la gran tajada, y por España en mucho menos grado.

Pero, para lo que nos añade, conviene centrarnos en el siguiente mapa N° 5, también de origen alemán que cartografía África después de la conferencia de Berlín y antes del establecimiento del protectorado Franco-español sobre Marruecos.

En él vemos como España se apropia del protectorado de Río de Oro, entre los cabos Blanco y Bojador, aunque solo se establece en Villa Cisneros, actual Dakhla (1885-86) y La Güera (1920) y constatamos como un Marruecos ya mutilado llega hasta el Cabo Ahmed Ould Suilem y muchísimos más, Bojador por el sur y conserva aun parte de Argelia desde Colomb de Bachar hasta la Hamada del Draa y desde Touat hasta Tinduf.

Después de formado el protocolo (1912) España se instala en el protectorado sur hasta Tarfaya y el protectorado de Sakia Al Hamra, que los franceses dieron a España como zona de manos libres, España unió los tres territorios y añadió Ifni (1934) estableciendo el protectorado en Tetuán.

El protectorado termina en noviembre de 1955, zona francesa, y en abril de 1956, zona norte española, no devolviendo, España, la zona sur del protectorado ni los territorios del Sahara y es entonces cuando comienza el conflicto.

Marruecos intenta recuperar su integridad territorial entre 1957 7 1959, el ejército de liberación (Harakat Tahrir) se levantó en todos los confines saharianos: Dakhla, Bojador, Samara, Tinduf, El Atar, levantando banderas cherifianas y dando vivas al rey de Marruecos. Solo una operación militar Franco-española, ya ensayada en Alhucemas (1925), impidió el éxito del levantamiento e Ifni y el Sahara se convirtieron en provincias españolas.

En 1962 Marruecos envió una solicitud oficial a la comisión de descolonización de la ONU, pidiendo a España que entablara negociaciones pacíficas para entregar los territorios del Ifni y el Sahara. Ifni fue recuperado en 1969 y el Sahara tras acuerdos de Madrid de 1975.

La no aceptación de la situación por parte del Frente Polisario y la inmediata ayuda que este recibió de Libia y Argelia inicia y sostiene una guerra que duró quince años y que fue reconocida por la ONU en 1991 con un plan para solventar la cuestión. Han transcurrido treinta años desde entonces y la solución no ha llegado. En mi opinión no pudo alcanzarse ya que el punto básico, consistente en la fijación del cuerpo electoral, era de imposible consecución.

Se intentó producir algún cambio en la situación con los Planes Baker. El primero de ellos (2001), no gustó al Frente Polisario ni a Argelia y el segundo (2003) fue aceptado por el Frente Polisario, pero no fue del agrado de Marruecos (aunque lo aceptó), con lo que, en mi opinión, la situación sigue empantanada por no haberse iniciado en lo que estimo que es la raíz de la solución del problema: sentar a Argelia y a Marruecos en una mesa negociadora.

Cambio de situación socio-política en el seno del polisario – Las condiciones actuales han cambiado ni Marruecos es de los años de plomo ni Argelia es el paladín de los pueblos oprimidos. Hoy Marruecos avanza hacia cotas de mayor democracia y defensa de los derechos humanos y Argelia está dando los coletazos de un dragón aventajado y herido por las lanzas de un pueblo entero clamando por democracia y libertad.

Desde su fundación, el polisario, ha mantenido en su seno fuertes discrepancias sobre sus objetivos y métodos de trabajo, y que han sido saldadas con represalias carcelarias, muertes y expulsiones que jalonan su andadura desde 1975 hasta la actualidad. Bachir Edkhil, Omar Hadrami, Brahim Hakim, Gezmula Ebbi, Barazani, Anderraman Leibak, Ahmed Ould Suilem y muchísimos más, todos ellos fundadores o altos cargos del polisario, han sido llamados por poner en duda decisiones del círculo de hierro polisario. Hasta ahora no ha podido cuajar una alternativa en el mismo interior de los campamentos hasta la aparición del Movimiento Saharaui por la paz (MSP), dirigido por Hach Ahmed Bericala, hasta hace muy poco ministro del polisario.

El polisario ya no es el partido de hierro de los 70 y 80 y hoy se encuentra dividido y con alternativas viables en el interior de su militancia, desde que la aparición del MSP rompe con la representación única del pueblo saharaui y de su monopolio de la fuerza.

El reconocimiento internacional del polisario y de la RASD no tiene, al día de hoy, más de una veintena de países y muchos de ellos faltos de credibilidad internacional.

Pero en este panorama cambiante existe dos situaciones que permanecen invariables, la primera es el sufrimiento y desesperanza de casi treinta mil saharauis que residen, muchos de ellos forzados en los campamentos, y cuya situación merece un alivio inmediato.

Y la otra es la no culminación del gran Magreb Árabe, de capital importancia para el bienestar de su pueblo y para negociar y garantizar acuerdos básicos con la otra orilla del Mediterráneo que representa la Unión Europea.

La autonomía como base, seria y creíble, para resolver el conflicto del Sahara – Me cupo la satisfacción de haber presentado, en el foro de la cuarta comisión, en octubre de 2005, una posible solución al conflicto del Sahara Occidental. Una autonomía al estilo dela de las Islas Canarias en el reino de España.

Marruecos presenta la posibilidad de una autonomía para la negociación del diferendo el 11/04/2007 y remite al secretario general de Naciones Unidas la “Iniciativa marroquí para negociar un estatuto   de autonomía para la región del Sahara”.

La resolución del consejo de seguridad 1754, reconoce la propuesta marroquí como seria y creíble. De hecho, gracias a su propuesta, se llevaron a cabo conversaciones: 4 rondas formales y 9 reuniones informales. A nivel del Consejo de Seguridad 17 resoluciones han definido claramente los parámetros de la solución política, según lo definido por el Consejo de Seguridad desde 2004 y especificada en términos operativos en 2007.

A comienzo del verano del 2021 Marruecos comunica a la comunidad internacional su propuesta de autonomía con sus elementos básicos, sus competencias, y los órganos de la región autónoma, así como del proceso de aprobación del estatuto de autonomía. Esta iniciativa abre amplias oportunidades y perspectivas, en un mundo actual tan diferente del de 1975, en plena Guerra Fría.

Conclusión con esperanza – Soy consciente de la enorme dificultad de llevar a cabo lo que propongo. Existen enormes intereses en todos los sectores gubernamentales y sociales en los países implicados y no desean una solución del problema, ya que la actual situación garantiza privilegios para algunos y negocios para otros, chantajes permanentes que no hacen más que añadir dificultades.

Pero si logramos distanciarnos y, por elevación, miramos desde otra perspectiva, podríamos ver como con la solución aquí propuesta todas las partes ganan algo y ninguna parte lo pierde todo. Analicémoslo.

Marruecos. Satisfaría su ansiada unidad territorial, que no es cosa de ayer, sino que ya fue manifestada incluso antes de recuperar su secuestrada soberanía.

Argelia. Evitaría el contagio de un estado independiente en el Sahara, que fuese una incitación al propio Sahara argelino para conseguir lo que ya intentó en los años 60: segregarse de la naciente Argelia y que le fue impedido por la fuerza. La justificación de un pueblo sahariano no diferenciado del pueblo argelino. Ello equivaldría a mantener, permanentemente, un germen del conflicto que podría llevar a una “balcanización” de la zona.

Túnez, Libia y Mauritania. Podrían ver con bueno ojos que el gran obstáculo para la construcción de la UMA sea eliminado dando lugar a un proceso de unificación no amenazado por intereses de suprema regional.

Unión Europea. Posiblemente viera con satisfacción la construcción de un espacio más estable en el flanco sur y un colchón para absorber parte de migración migratoria subsahariana que podría encontrar acomodo en el gran Magreb, de bajas densidades de población y económicamente desarrollado.

Naciones Unidas. Lograr la resolución de cualquier conflicto internacional es no ya un simple alivio paralas arcas de la organización, si no principalmente la satisfacción de cumplir su primer objetivo: preservar la paz mundial.

Y por último Canarias. Como canario vería que al otro lado del brazo del mar que nos une viviría un pueblo en paz, integrado en su entorno supranacional como lo estamos los propios canarios en la Unión Europea. Esta situación permitiría continuar con las históricas relaciones económicas y sociales en un marco pacífico y que no presentase peligro alguno para el desenvolvimiento de l actividad turística que constituye el motor económico del archipiélago.

Permítame remarcar algo obvio, pero no por ello de menos importancia para las poblaciones afectadas: la solución del problema implicaría poder cambiar el destino del esfuerzo económico que requiere el conflicto actual y pasar a dedicarlo a inversiones social y económicamente rentables.

Y quiero manifestar una consideración sobre el referéndum. Una vez llegado al acuerdo de podría plantear, bien la ratificación de lo acordado en un referéndum de amplia participación, o bien la retirada del mismo por parte de Naciones Unidas.

Ahora es el momento de un acuerdo entre las partes, donde todos serán ganadores y personalmente confío que desde Naciones Unidas se apoye este proceso que acabará con muchos sufrimientos y abrirá esperanzas en la construcción de un Gran Magreb eficaz y solidario.

Apretada Síntesis histórica de la UMA – El Norte de África cuenta desde el 17 de febrero de 1989, con una institución, creada en el tratado de Marrakech, la Unión del Magreb Árabe (UMA), que puede ser la mejor respuesta al desarrollo económico y social de la región.

Los cinco países del Magreb firmaron el tratado: Argelia, Libia, Marruecos, Mauritania y Túnez. La superficie de esta unión sobrepasa los 5.000.000 km² y su población casi los 100 millones de habitantes, con una densidad de 20 hab./km². Actualmente dos de estos países tienen enormes dificultades internas uno de ellos Libia, puede considerarse como un Estado fallido, el otro Mauritania, pasa por algunas dificultades internas en la composición +étnica de su sociedad, pero cuanta con buenas perspectivas en su desarrollo económico.

Si nos centramos en el núcleo duro de la unión magrebí: Argelia – Marruecos – Túnez, nos encontraríamos con un área de 2.250.000 km², una población de 90 millones de habitantes y una densidad de 40 hab./km². Esta región cuenta con un patrimonio enorme en petróleo, gas, minerales de todo tipo, fosfatos, pizarras, bituminosas, pesquerías y recursos marinos, una agricultura potente, ganadería, producción artesanal destacada, muchas posibilidades y un sector de servicios sólido con mucha potencialidad turística.

Para complementar y hacer productiva esta economía, se cuenta con una población joven y que, cada vez más, está formada en un sistema educativo que abarca todos los sectores incluidos la F.P. superior y los estudios universitarios.

Recursos y población necesitan para adecuarse de financiación y tecnología y para ello se cuenta con el interés de la comunidad internacional y en espacial de la Unión Europea que linda al Sur con la U.M.A. El mar Mediterráneo, desde el punto de vista geopolítico, debe volver a ser un punto de contacto (el Mare Nostrum Romano) y no un foso de separación.

Desde la Unión Europea se aboga, como una posible solución a la presión demográfica africana sobre sus fronteras, por el establecimiento de economías potentes en África y por ellos en el incremento de las inversiones económicas en el continente africano.

El 17 de febrero de 1989, los cinco jefes de estado de los países del Magreb, el presidente Chadli de Argelia,  el coronel Gadafi de Libia, el Rey Hassan II de Marruecos, el coronel Ould Taya de Mauritania y el presidente Ben Ali de Túnez, firmaron en Marrakech el tratado constitutivo de la U.M.A.

El sueño de la unión del Gran Magreb, que había permanecido latente tras la caída de los almohades (a finales del siglo XIII) vuelve a surgir tímidamente, gracias a las luchas para la independencia política, a partir de principios del siglo XX. En 1915 un comité político, en Ginebra propugna la idea de una nación norteafricana unida y funda la revista Magreb que preconiza la independencia, que ya venía defendida por Jeune Tunisien (1907), Jeune Algérien (1914) y más tarde recogido por Jeune Marocain (1919). En 1948, se fundó el comité para la liberación del Magreb con sede en el Cairo y la participación de Abd El Krim El Khatabi.

En abril de 1958 se celebró la conferencia de Tánger convocada por el FLN (argelino), el Neodestur (tunecino) y el Istiqlal (marroquí). En esta conferencia se reafirmó el destino común de los pueblos magrebíes y el apoyo a la causa de la independencia argelina. Una vez lograda la independencia de Argelia (1962), comienza un problema conflictivo para el Magreb: las cuestiones territoriales de fronteras.

De hecho, la situación heredada de la colonización deja sin resolver problemas insoslayables en especial los siguientes:

  • Desacuerdo mauritano-marroquí, resuelto en 1970 con el intercambio de embajadas.
  • Desacuerdo argelino-tunecino la cuestión del kilómetro 233, solucionado de forma amistosa por el tratado de los límites fronterizos de 1970.
  • Conflicto argelino-marroquí, guerra de las Arenas (octubre 1963). Marruecos reivindica los territorios de Tinduf y Bachar amputados a este país por Francia y que Argelia considera suyos por la lógica del respeto a las fronteras coloniales. Este desacuerdo que mantuvo las fronteras cerradas se resuelve en dos etapas: mayo 1970, tratado de buena vecindad en Tlemcen, donde se establecen unos acuerdos ratificados en 1973 en Argelia y en 1989 en Marruecos. Este retraso de 16 años se explica fundamentalmente por las diferencias sobre el contencioso del Sahara.
  • Conflicto Libio-tunecino en la plataforma continental del Golfo de gabes y que se resuelve, en práctica, con la explotación conjunta del petróleo en 1988.

Todos estos problemas fronterizos obstaculizan la consecución de logros concretos en otros campos, especialmente en la esfera económica. En octubre de 1964, se creó en Túnez un comité consultivo magrebí permanente (CPCM). Sus objetivos son varios: desarrollo del comercio inter magrebí, política aduanera común, coordinación de la política industrial y de negociación con la C.E.F.

El conflicto del Sahara occidental asesta un golpe de gracia a este organismo en la reunión de 1975 donde se aplazó sine die los proyectos previstos, lo que obstaculizó, de forma duradera y perjudicial, la construcción Magrebí.

A pesar del conflicto del Sahara, la década de los ochenta se caracteriza por un deshielo de las relaciones intermagrebíes que culmina con las reuniones del presidente argelino Chadi Benjedid y Hassan II en 1987, el restablecimiento de las relaciones diplomáticas el 16 de mayo de 1988 y como colofón la firma, en Marrakech, del tratado de la U.M.A.

El artículo 2 de dicho tratado señala los objetivos generales de la U.M.A.:

  • Consolidación de los históricos lazos fraternales que unen a los estados miembros y a sus pueblos.
  • Progreso; bienestar y defensa de los ciudadanos.
  • Mantenimiento de la paz en base a la justicia y a la equidad.
  • Definición de una política común y establecimiento gradual de la libre circulación de personas, bienes, servicios y capitales.

En el artículo tercero se precisa la política común en los ámbitos internacional, de defensa, así como económico y cultural. Este tratado crea numerosas instituciones:

  • Consejo Presidencial con presidencia rotativa cada 6 meses (Marruecos asume la primera presidencia);
  • Consejo de Ministros de Asuntos Exteriores;
  • Comisión de seguimiento; secretaría General;
  • Consejo Consultivo (con 10 representantes por país)
  • Organismo judicial (2 juegos por país)

Han pasado algo más de 30 años desde que la U.M.A. se puso en marcha, despertando una serie de ilusiones en los pueblos hermanos del Norte de África y de muchas otras partes del mundo. Para Europa una U.M.A. potente y dinámica significa la estabilidad en su flanco sur, el incremento de las relaciones económicas y sobre todo la disminución de la migración norteafricana y la absorción de migrantes subsaharianos que encontrarían posibilidades laborales dada la baja densidad de población de la Unión Magrebí Árabe.

Pero las ilusiones no se han cumplido y la U.M.A. está paralizada y acaba de recibir ala última puñalada con la suspensión de la participación financiera de Argelia a la Unión Magrebí, en el 2018. Cuando el jefe de la diplomacia argelina. Abdelkader Messahel ordenó el bloqueo del presupuesto acordado por su país a la U.M.A., alegando que el secretario general de la U.M.A., el tunecino Taieb Baccouche, era un simpatizante de Marruecos, país sede de la institución.

Este planeamiento argelino acerca de la Unión Magrebí, no nos coge por sorpresa. El núcleo duro del poder argelino que surge en el proceso de formación del Estado y se agrupa en torno a tres polos: solo ha tenido en mente perpetuarse en el poder legitimándose cara al interior y manteniendo una hegemonía cara al exterior basado en su prestigio revolucionario y en ese afán ha definido a su vecino, Marruecos; como el escollo mayor para conseguir sus objetivos. Para los dirigentes argelinos, la U.M.A. es interesante solo si Argelia es su líder, caso contrario conviene que no se desarrolle.

Pero hay una esperanza latente y es que las cosas cambian y los escenarios políticos también. El poder totalitario argelino se está resquebrajando y sus tres pilares tienen grandísimos problemas. La presidencia ocupada por Bouteflika en los últimos tiempos, no resistió más, y actualmente está en una situación de equilibrio provisional a la espera de acuerdos políticos de nuevo cuño.

Los otros dos pilares puede que acaben enfrentados en una noche de cuchillos largos, tras la conclusión de la investigación judicial sobre los tráficos ilícitos de cocaína que implican a altos cargos del ejército y de la seguridad argelina.

Por otro lado, la población argelina se está organizando políticamente e integrándose en una serie de partidos políticos, algunos tolerados y de organizaciones ciudadanas. Hoy en día comparan la realidad interior con la exterior y sacan sus conclusiones. La presión hacia el cambio cada vez será más fuerte y no parece ser una solución el uso de la fuerza como en épocas anteriores.

Hoy hay tres escenarios posibles en Argelia:

  1. Aquel en que todo va a ser peor.
  2. Aquel en que se van poniendo parches a una situación deteriorada.
  3. Aquel en que el que se aprovecha la ventaja de oportunidad que toda crisis presenta.

De las tres, la nomenclatura argelina está optando por el segundo “continuidad deteriorada”, con la política del palo y la zanahoria, mayor represión y pequeñas concesiones en el corto y mediano plazo. Aunque es muy poco probable que está situación se pueda mantener por mucho más tiempo.

Por desgracia el conflicto del Sahara sigue aun representando uno de los mayores obstáculos para una cooperación intermagrebí, que debidamente promocionada por la U.E., ayudaría a resolver muchos de los problemas de la orilla sur del mediterráneo.

Los dos países más poblados del Magreb siguen teniendo sus fronteras terrestres cerradas desde hace más de 20 años. El comercio entre los países de África del Norte equivale a menos del 2% de su comercio exterior. Aunque esta situación se suaviza gracias al comercio clandestino fronterizo entre las poblaciones magrebíes.

No cabe duda de las ventajas que obtendrían los pueblos de África del Norte si las fronteras estuviesen abiertas. Tanto los pobres como los ricos pagan el precio de la incapacidad de los gobiernos para implementar este mercado común Norteafricano.

Mientras el mundo conoce unos cambios estratégicos sin precedentes, el Magreb queda entre los grandes ausentes. Como dijo Francis Ghiles: “El no Magreb le cuesta caro al Magreb”.

*Rafael Esparza Machín – Profesor de la Universidad de palmas de Canaria en Málaga, La Laguna y la Uned en España. Profesor invitado de Curativa, Brasil. Dr. en sociología por la universidad de California en San Diego. Licenciado en economía por la universidad Complutense en Madrid. Experto en el Magreb ha intervenido en varias comisiones de la ONU desde 2005 hasta la fecha. Miembro de la Comisión de Relaciones Exteriores en España y Mauritania. Ha organizado y participado en numerosos congresos, conferencias y simposios por la cuestión territorial del Sahara Occidental y de la construcción del Magreb. Ha publicado varios libros e infinidad de artículos que publican varios medios informativos de diferentes países hasta la fecha.

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VIDEO – Coloquio México y Marruecos: encuentro y reconocimiento UNAM https://www.youtube.com/watch?v=HUa07H3hjGA&ab_channel=HumanidadesUNAM

 

*Luis Miguel Cobo – Escritor y periodista desde hace más de 30 años, ha trabajado en medios informativos mexicanos y como gerente de Prensa & Relaciones Públicas en varias empresas trasnacionales. Fotógrafo profesional acreedor a varios premios y un sinnúmero de exposiciones. Cofundador y Director General de La Voz del Árabe.

 

Imagen: Gerardo Yong – LVÁ       

La Voz del Árabe (LVÁ) – SOCIALES – Cd. de México, septiembre 13 del 2022

 

Las declaraciones y opiniones expresadas en esta publicación sitio web en Internet son exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de vista de La Voz del Árabe.

Luis Miguel Cobo

Luis Miguel Cobo – Escritor y periodista desde hace más de 30 años, ha trabajado en medios informativos mexicanos y como gerente de Prensa & Relaciones Públicas en varias empresas trasnacionales. Fotógrafo profesional. Director General de La Voz del Árabe.

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