SINUHÉ, EL EGIPCIO
– El contexto histórico-religioso se centra en la situación que ocasionó el faraón Akenatón al transformar la religión a monoteísta con el dios Atón para reemplazar el culto al dios Amón.
Luis García y Erdmann*
En la novela maestra del prolífico escritor finlandés Mika Waltari (1908-1979), Sinuhé el egipcio, se narra la vida de un médico egipcio en el siglo XIV a.C., durante el reinado de Amenhotep IV (1353-1336 a.C.), cuyo nombre helenizado fue Amenophis IV y es mejor conocido como Akhenaton.
La novela inicia con una redacción de un simbolismo que permanece en la memoria de muchos: “Yo, Sinuhé, hijo de Senmut y de su esposa Kipa, he escrito este libro. No para cantar las alabanzas de los dioses del país de Kemi, porque estoy cansado de los dioses. No para alabar a los faraones, porque estoy cansado de sus actos. Escribo para mí solo. No para halagar a los dioses, no para alagar a los reyes, ni por miedo del porvenir ni por esperanzas. Porque durante mi vida he sufrido tantas pruebas y pérdidas que el vano temor no puede atormentarme y cansado estoy de la esperanza en la inmortalidad como lo estoy de los dioses y de los reyes. Es, pues, para mí solo para quien escribo, y sobre este punto creo diferenciarme de todos los escritores pasados y futuros”
El contexto histórico-religioso se centra en la situación que ocasionó el faraón Akenatón al transformar la religión a monoteísta con el dios Atón para reemplazar el culto al dios Amón, lo que provocó una división al suprimir a los demás dioses, el enojo de la clase privilegiada de los sacerdotes y parte de la población.
Además, Akenatón propició reformas políticas y artísticas, de ello da cuenta Sinuhé en su escrito sobre su experiencia de vida, que va desde su iniciación en el templo en pos de llegar a ser médico, sus actividades en la Casa de los Vivos y en la Casa de los Muertos -sitio de los embalsamadores-, su ascenso a la fama y su caída en la miseria al perder todo. Para los egipcios era muy importante la vida eterna después de la muerte, e incluso tuvo que vender lo más sagrado que poseía: la casa y las tumbas de sus padres. Todo lo perdió por una mujer de nombre Nefer, tan bella como caprichosa y cuyo nombre: Nefer, Nefer, Nefer, se pronunciaba tres veces para significar su belleza, lo cual fuera una meretriz.
Sinuhé narra sus desgracias, obtiene el perdón de sus padres tras el despojo que les hizo, mediante una carta que le dejaron y justifican su actitud. En sus pasajes habla del Nilo: “bebíamos agua del Nilo que es la mejor del mundo y la más refrescante. Respirábamos el olor del barro y oíamos a los pájaros murmurar bajo el viento, y los ánades graznaban y Amón cruzaba el cielo rutilante en su barca de oro y nosotros sentíamos que llegábamos a nuestra patria” se refiere a Tutankamón y al general -faraón Horemheb, a las costumbres del palacio y la vida cotidiana en Tebas.
Para concluir Sinuhé expresa: “Pero ahora estoy cansado de escribir y mis ojos están fatigados. Los gatos de Muti se sientan en mis rodillas y se frotan contra mis manos. Mi corazón esta saciado de todo lo que he referido y mis miembros aspiran al reposo eterno. No soy, quizás, feliz, pero tampoco soy desgraciado en mi soledad… Porque yo, Sinuhé, soy un hombre y como tal he vivido en todos los que han existido antes que yo y viviré en todos los que existan después de mí. Viviré en las risas y en las lágrimas de los hombres, en sus pesares y en sus temores, en su bondad y maldad, en su debilidad y su fuerza. Como hombre, viviré eternamente en el hombre y por esa razón no necesito ofrendas sobre mi tumba ni inmortalidad para mi nombre. He aquí lo que ha escrito Sinuhé el egipcio que vivió solitario todos los días de su vida”.
Es un libro que recomendamos plenamente para quienes gustan de estos escritos ya milenarios.
*Lic. Luis García y Erdmann – Su primera adscripción en el Servicio Exterior Mexicano fue en la Embajada de México en Egipto. Es director para asuntos internacionales y colaborador en La Voz del Árabe. Escribe a Luis: garciayerdmann@hotmail.com
Imagen: LVÁ – Agencia
La Voz del Árabe (LVÁ) – LIBROS – Cd. de México, enero 5 del 2022
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