LOS DUENDES MEXICANOS
-Los maravillosos duendes mexicanos: de aluxes, chaneques y más seres fantásticos…
Alan Mac Donald*
México es una tierra que resalta por su rico folclore en leyendas, en las cuales seres míticos y fantásticos se mezclan a menudo con paisajes urbanos, creando un halo mágico a su alrededor. En este escenario es donde encontramos a los misteriosos habitantes invisibles de la naturaleza, protectores y seres dignos de respeto, aluxes para los mayas del sur de México y chaneques para las culturas nahuas del centro de México, tópico principal de este artículo, que (sabemos) los ávidos lectores de La Voz del Árabe encontrarán sumamente interesante.
Las tradiciones de la antigua cultura maya aún se encuentran presentes en la zona de Santa Rosa, Yucatán, donde algunos de los campesinos solicitan su permiso al dueño del monte; Yuum K’aax, señor del maíz, para pisar sus tierras o utilizarlas. Este los protegería de accidentes, entre los cuales se encuentran algunas travesuras de los aluxes.1
La palabra maya “aluxe”, “aluxo’ob” en plural, se traduce como “geniecillo del bosque” o “enano milenario”, hace remisión a seres pertenecientes a la cosmovisión de la cultura maya2 que son equiparables con el concepto del duende, pues se refieren a seres pequeños que aparecen en lugares naturales. La figura del aluxe está plagada de discrepancias y arbitrariedades, no obstante, al finalizar este artículo abordaremos un poco acerca de las convergencias que existen entre el folclore o folklore popular comparado con el folclore o folklore global en torno a la imagen del ser en cuestión.
Ya desde su origen nos encontramos con dos versiones, que por un lado retratan al aluxe como un espíritu de la naturaleza, que existió antes del nacimiento del sol y, por otro, se cuenta que son los espíritus de los niños fallecidos antes de la conquista.
Dentro de la visión popular existe de nuevo un gran desacuerdo en torno a su imagen. Algunos los ubican como diminutos seres antropomórficos y con apariencia de anciano, que visten con elementos de la vegetación, mientras que otros tantos señalan que no tienen vestimenta alguna o poseen una vestimenta tradicional maya. Por otra parte, hay quienes los conciben como seres invisibles, que parece ser la idea más popular.1
A ellos se les atribuye la función de cuidadores de la naturaleza, aunque en su tendencia al bien o el mal también existen diferencias en las opiniones de los pobladores actuales de Yucatán, puesto que son seres mágicos para unos cuantos, quienes creen que pueden ser beneficiados o maldecidos de enfermedad y hasta muerte, dependiendo de cómo los traten. Otros consideran que los aluxes son responsables del rapto de niños.3 No obstante, todos coinciden en que pueden realizar actos más bien burlones y traviesos, casi pueriles, como lo es: gritarles a los humanos, perderlos, lanzar piedras, provocar caídas, esconder cosas, etc. Aunque no debe de subestimarse sus habilidades, ya que también se dice que pueden ocasionar ciertos fenómenos ambientales.
Su figura en la tradición oral parece indicar que, a la par, han servido como una figura de disciplina para evitar que los niños digan malas palabras o blasfemias, ya que (se rumora), los aluxes pueden molestarse, aunque se puntualiza que los aluxes gustan de jugar con niños varones a quienes a veces pueden llevarse, de ahí que en algunos poblados sureños los niños sean vestidos de huipil (vestimenta femenina tradicional) hasta los 7 u 8 años. Para evitar su ira, se les obsequian semillas, tabaco o bebidas como ofrenda. 4
Muchos campesinos creen en esta figura de forma ferviente y realizan un ritual de creación de un aluxe protector para sus propiedades y trabajo. Este ritual debe ser guiado por un chamán y en él se debe crear una figurilla (de 5 a 20 cm) hecha de barro, madera, piedra, cera, tela u hoja de elote, tallándola y a menudo colocando sus uñas, ojos y dientes con frijoles. La figurilla puede estar vestida con una hoja de maíz para posteriormente derramar 9 gotas de la sangre del futuro amo de la criatura. 1
Posterior a esto, se enciende hierba, se prenden velas y el aluxe es llevado a los campos que protegerá, donde será presentado al sol y la lluvia, se soplará en su espalda y se le dirá el nombre de su amo. La figura de este aluxe se deberá esconder y a partir de ese momento será el cuidador de los terrenos de su amo, aunque también se le concederán días de descanso (martes y viernes), donde deben ofrecérsele ofrendas de saká o pozol (bebidas a base de maíz). 1
También existen rituales para poder atraparlos, en donde se debe ofrecer pozol, construir una casita amarrada con fibra especial de corteza de árbol sobre una piedra lo suficientemente linda como para que guste a la criatura. Una vez que está dentro, se debe cerrar la puerta para que pierda sus poderes y quede atrapado. Este ritual se realiza con el fin de obtener sus favores, pero en caso de realizarse incorrectamente puede que el aluxe escape y tome venganza, causando desde enfermedad hasta muerte.
De igual forma, se menciona que los aluxes poseen un poder que pueden otorgar a niños u hombres que hayan llegado a su morada; el don de convertirse en hechiceros. El seleccionado es iniciado durante varias noches durante sus sueños, donde le es revelado el futuro, el nombre y poder de los vientos y cómo invocarlos, los nombres de las enfermedades y con qué hierbas se curan. 1
Otras criaturas semejantes a los aluxes, pero con atribuciones más etéreas son los balamoob o balames, ligados también a la eficacia de los trabajos de campo y a quienes de igual modo hay que realizar ofrendas de semillas, bebidas o tabaco en ceremonias. Su figura toma base de la leyenda del dios Balam (palabra que significa “jaguar” en la lengua maya), quien creó cuatro hijos y con ello los cuatro rumbos cardinales y los cuatro elementos. Entre las formas que se les atribuyen se encuentran la de jaguar, la de anciano y, de nuevo la de una entidad invisible. Las tres juegan el rol de protectores al igual que los aluxes, sin la característica personalidad traviesa.
Un curioso e interesantísimo dato es que, en 2010, el cantante británico, Sir Elton John, sería uno de los concertistas en Chichén Itzá, uno de los centros arqueológicos más importantes de Yucatán. Los pobladores advertían la necesidad de (como citamos arriba) pedir permiso a los aluxes para realizar cualquier evento o trabajo en sus dominios, equipos tales como los de los artistas Plácido Domingo y Sarah Brighman lo realizaron y sus eventos transcurrieron sin mayores complicaciones, no obstante, el equipo de Elton Jhon, con un aire de escepticismo lo omitió, ¿la consecuencia? Créalo o no, el escenario cayó antes del evento, ¿los causantes? Presuntamente los míticos aluxes, finalmente el concierto se realizó, no sin antes, ahora sí, realizar la ceremonia. 6
Otro curioso caso es el de un transitado puente de Cancún, construido sin el permiso de estos seres, de nuevo hubo derrumbes hasta que, asistidos por un chamán, se realizó la ceremonia respectiva y se levantó un templo a los aluxes, luego de realizado esto: los derrumbes cesaron. 3
Dando paso al vecino más cercano al aluxe, llega el chaneque. Su etimología viene de la lengua náhuatl, que significa “aquel que habita en lugares peligrosos”. El papel del chaneque es esencialmente el mismo que el del aluxe, aunque por su parte, estos son una creencia atribuida al imperio azteca. Sin embargo, el peligro más grande que los chanques representa, es el de quitar el tonalli (esencia vital y del destino de cada persona).
Mencionando otras partes del mundo, el origen de los duendes podría rastrearse hasta los “penates” romanos, que eran espíritus que protegían cada hogar y sus moradores, a quienes, del mismo modo se les ofrendaba algo,5 concepto del cual se derivó tentativamente la palabra “duende”, ya que estos eran los “duen de casa”, o “dueños de casa”. 7
Fascinantemente, dichos fenómenos coinciden en algunos puntos de las investigaciones realizadas por Robert Kirk (eclesiástico, filólogo y folklorista escocés) en su libro “La comunidad secreta: ensayo sobre la naturaleza y acciones de los pueblos subterráneos, a menudo, invisibles, llamados faunas y hadas”, escrito a finales del siglo XVII, quien concuerda en algunas de las características descritas para los aluxo’ob, aunque no en todas, puesto que él atribuye su apariencia a seres “vaporosos”. No obstante, sólo dice que pueden ser vistos por hombres con capacidades de clarividencia (capacidad que Kirk decía poseer), este les asigna una vestimenta más etérea, atribuida a la apariencia de la luz del arcoíris o la telaraña, distando de las variadas descripciones de los aluxo’ob. 9
Los celtas, según se dice, convivieron y estudiaron la tradición oculta existente en Grecia, sitio en el que igualmente existen múltiples seres ocultos en la naturaleza, aunque dentro de su literatura existe una taxonomía más precisa al respecto, puesto que se encuentran: los faunos, los sátiros (habitantes de los bosques y los campos) y las ninfas, que contenían dentro de su clasificación un espectro amplísimo para cada lugar de resguardo, las epigeas en la tierra, las oceánidas y nereidas como habitantes del mar, las potámides y náyades del agua dulce, etc.10 y 11
En los pueblos germánicos tenemos la figura del elfo, de nuevo como seres a menudo invisibles, habitantes de los bosques, fuentes o cuevas, que a veces podían dejarse ver, descritos como de una belleza extraordinaria, inmortalidad y poderes sobrenaturales.
Respecto a la figura esencial de los hombres pequeños y traviesos, los andaluces le llaman “menges”, los franceses “gobelin”, en Alemania son “gnomos”, en irlanda son “leprechaun” y “zashiki-warshi” en japón.8 Están inmersos en una gran cantidad de culturas y todos convergen en lo siguiente: se tratan de entes habitantes y protectores de lugares naturales, su personalidad a menudo es traviesa, pueden ganarse sus favores mediante ofrendas de alimentos naturales o altares, todos son seres esencialmente invisibles para nosotros, aunque se dejan ver por contadas ocasiones y también; todos fueron seres rebajados al estatus de demonios con la llegada de la evangelización.
La mitología comparativa siempre arroja cuestiones sobre si estas proyecciones son esencialmente condiciones del hombre para con su ambiente en una cosmovisión principalmente animista, en la cual se dota a todo cuanto existe de una condición divina, o, nos hace cuestionarnos sobre nuestras capacidades de percepción sobre la realidad en términos lo más objetivos posibles, ¿es acaso que los antiguos percibían algo más allá que, hoy, con nuestra inmersiva tecnología y deterioradas capacidades para prestar atención, hemos omitido terriblemente?
Sin lugar a duda la urbe ha crecido, relegando los campos, bosques y más áreas naturales para poblaciones rurales y agrarias, pero (al menos en México) se ha observado una persistencia en estas raíces míticas, a tradiciones de respeto a aquellos entes, que, aunque no veamos, rodean y protegen u observan y castigan. Independientemente de la conclusión a la que lleguemos, los pueblos mayas (y en general la mayor parte de los nombrados) reconocen en la naturaleza y la tierra un bien que se debe compartir aún con los moradores invisibles que lo habitan, ellos saben que lo que existe, existe para compartirse y rechazan el característico antropocentrismo en el que a menudo caemos como especie.5
Así que, una vez más, te exhortamos, querido lector, a cuestionarte la realidad como la percibes, ejercicio siempre benéfico. Y tal vez, la siguiente vez que salgas, deja un poco de tus semillas, una pizca de tabaco o una pequeña porción de tu bebida, pues quizá un aluxe te dote de sus gracias.
REFERENCIAS
- Zúñiga Carrasco, Iván Renato “Aluxes: una mirada en la cosmovisión maya, ayer, hoy y siempre” (2018). Mexican Institute of Social Security. Prepa 8, UNAM.
- Ito, Gloria (2010) “El mítico cuidado de las aguas: ondinas, kappa y sirenas” en Ide@s CONCYTEG 5 (57): 164-174
- Usuario: Rae Strong, “Razón para creer (Un Documental sobre los Aluxes)”, fuente: https://www.youtube.com/watch?v=l9Kg9SrMJUc&t=282s
- García, David. (2007) “Espacios y representaciones del mal entre los mayas yucatecos contemporáneos” en Mayab 19: 139-145
- Ayllón, Teresa; Nuño, Rosa. (2008) “El sistema casa o solar y la ordenación territorial de las familias: aplicación de la teoría de sistemas a escala micro social” en REDES, 13 (2): 261-288
- Visto en: https://www.unioncancun.mx/articulo/2017/05/30/educacion/aluxes-duendes-mayas-que-jugaron-con-elton-john Consultado el 28.07.2021.
- Marco Tulio Cicerón, “De natura deorum”.
- Fernández-Rubio, Fidel “El origen de los seres míticos y su impacto sobre la mente humana” (2018), Argutorio 39 – I semestre, 82-93.
- Kirk, Robert, “Comunidad secreta”. Libros del Tiempo 283. Edición y traducción Javier Lalanda (Segunda Edición). Madrid: Ediciones Siruela.
- Hesíodo, “Teogonía”.
- Ovidio, “Las metamorfosis”.
*Alan Mac Donald – Ingeniero civil egresado de la Universidad Nacional Autónoma de México, plantel FES Acatlán, donde tomó el cargo de presidente del Capítulo Estudiantil de la Sociedad Mexicana de Ingeniería Sísmica y fue miembro directivo de dos organismos estudiantiles (CE-ACI y CECICM). Aficionado de la mitología e historia universales con especial entusiasmo por la cultura mexicana. Cofundador de diferentes empresas, entre las cuales destaca KÓDEM TCG donde funge como escritor y director creativo. Colaborador en La Voz del Árabe. – Contacto: alan.mac05@yahoo.es
Imagen: LVÁ
La Voz del Árabe (LVÁ) – MÉXICO – Cd. de México, julio 30 del 2021
Las declaraciones y opiniones expresadas en esta publicación sitio web en Internet son exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de vista de La Voz del Árabe.