miércoles, octubre 4, 2023

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MUSEO DE EL CARMEN – CdMx

MUSEO DE EL CARMEN – En 1595 surgió la necesidad de establecer un colegio religioso para preparar a los frailes carmelitas, por lo que en el año 1601 se realizó un primer intento en la Ciudad de México, hecho que se vio frustrado por diversas circunstancias.

 MUSEO DE EL CARMEN -Una visita que jamás olvidarás, obviamente en cuanto el semáforo marque que ya estamos listos para visitar los museos de esta gran ciudad, “la ciudad de los palacios”, la CdMx, que como lo hemos dicho, en cada museo escribimos en la menta, en la imaginación una historia, sí, imaginando el pasado viviendo el presente es cuando aprendemos viviendo aquellos momentos que “alguien” vivió en ese lugar que visitamos, donde nos encontramos mirando, observando y aprendiendo de lo que el museo nos pone al frente, más aún cuando se vive en una visita guiada bien explicada.

El Museo de El Carmen en el sur de la ciudad es el museo que aun vive, en donde se realizan, cuando hay oportunidad y sin pandemia, espectáculos culturales de primera, además de las distintas exposiciones que se pueden ver. Situado en un lugar de excelente prestigio al sur, en Av. Revolución, San Ángel, Deleg. Álvaro Obregón. Entregamos la historia de este increíble museo del virreinato que seguramente podrás visitarlo dentro de poco tiempo.  

San Ángel es un barrio fundamental de la ciudad de México. Su privilegiada situación geográfica, sus ricas tradiciones y el dinamismo de su economía le han configurado un carácter particular.  Debe enfatizarse que sus méritos históricos y arquitectónicos le valieron en 1984 la declaración de Zona Nacional de Monumentos Históricos.  De este formidable cúmulo de monumentos, más de 80 inmuebles, el más importante de todos, sin lugar a duda, es el antiguo Colegio de San Ángelo Mártir, hoy sede del Museo de El Carmen.

El colegio fue construido por los frailes carmelitas descalzos en 1615 con la finalidad de preparar sacerdotes. El diseño y las obras estuvieron a cargo de un personaje fascinante, fray Andrés de San Miguel, quien hizo del edificio un paradigma de la arquitectura religiosa y una de las más bellas fundaciones novohispanas, enclavada entre la sierra del poniente del valle y el lago de Coyoacán.  La trascendencia del colegio fue tal, que la comunidad no tardó en cambiar su antiguo nombre, Tenanitla, por el de San Ángel.  

Descripción del inmueble – El edificio se caracteriza por su sobriedad y la armonía de sus proporciones. Su estilo refleja el anhelo de oración y contemplación de los viejos ermitaños del Monte Carmelo, en Palestina. Diversos espacios conservan con fidelidad este espíritu y destacan por sus cualidades estéticas: el Claustro, con sus juegos de luz y sombra, los lavabos, joya en talavera poblana, la sacristía, punto de encuentro de las más refinadas expresiones artísticas novohispanas, la capilla doméstica y su retablo barroco, único ejemplar que sobrevivió al paso del tiempo.

Temáticas tratadas en el Museo de El Carmen – En 1929, a raíz del protagonismo que adquirió San Ángel en la vida pública del país tras la muerte de Álvaro Obregón, fue creado formalmente el Museo de El Carmen, diez años después se incorporó a la red de museos del naciente Instituto Nacional de Antropología e Historia. Hoy en día, el tesoro más valioso del museo es el edificio mismo, cuyo recorrido cautivo al visitante por su belleza y serenidad.

La colección que resguarda es esencialmente de arte sacro novohispano. Sus mejores piezas son herencia de los carmelitas, que en el auge de su fundación contrataron a los mejores artistas de la época, como Cristóbal de Villalpando, Juan Correa o Miguel Cabrera.  Además, el museo cuenta con espacios como el auditorio Fray Andrés de San Miguel, ideal para recitales, conferencias, seminarios; y la Casa del Acueducto, dedicada a exposiciones temporales y montajes tradicionales como el Altar de Muertos, el Altar de Dolores y la típica Feria de las Flores de San Ángel, que año con año refrendan el entrañable vínculo del Museo de El Carmen con su comunidad.

LA HISTORIA DEL MUSEO DE EL CARMEN – Se encuentra localizado en el sur de la Ciudad de México y está dedicado a la historia de la vida cotidiana de la orden de los carmelitas descalzos, así como albergar una pinacoteca de arte novohispano con obras destacadas de Cristóbal de Villalpando y Miguel Cabrera, entre otros.

En 1595 surgió la necesidad de establecer un colegio religioso para preparar a los frailes carmelitas, por lo que en el año 1601 se realizó un primer intento en la Ciudad de México, hecho que se vio frustrado por diversas circunstancias. Lo mismo pasó con los siguientes intentos, incluso cuando fue remitido a Valladolid (que hoy es Morelia) en 1605. Pero esta nueva ubicación del colegio no convenía al resto de la provincia, porque había otras dos fundaciones en Celaya y en los montes de Santa Fe.

Incluso la fundación del Santo Desierto en los montes de Cuajimalpa, sitio que conocemos popularmente como Desierto de los Leones, tuvo mejor suerte. Con el transcurrir de los años las casas carmelitas proliferarían: Querétaro, Salvatierra, Tacuba, Toluca, Oaxaca, San Luis Potosí, Tehuacán y el traslado del Santo Desierto de Cuajimalpa a las cercanías de Tenancingo son ejemplos del auge de los carmelitas en la época virreinal. En 1597, el cacique indígena de Coyoacán, don Felipe de Guzmán Itzolinque, Andrés de Mondragón y Elvira Gutiérrez donaron a los carmelitas de México unos terrenos en los barrios de Coyoacán, Tenanitla y Chimalistac, a pocos kilómetros al sur de la ciudad capital. Así los religiosos dispusieron de un extenso terreno para establecer un nuevo colegio y casa. La fundación definitiva del colegio carmelita dedicado a San Ángel se realizó en 1613. Para la edificación del colegio llamaron al hermano fray Andrés de San Miguel quien contaba con la experiencia para diseñar y dirigir la nueva obra, la cual dio inicio el 29 de junio de 1615 con la colocación de la primera piedra.

En 1617 el colegio estaba tan avanzado que fue posible el traslado de los estudiantes y continuar su curso en el nuevo edificio, el cual resultó tan amplio y bien acondicionado que en 1618 se convirtió en sede de las reuniones trianuales de las autoridades de la provincia, conocidas como capítulo provincial. El templo anexo al convento fue edificado entre 1624 y 1626, y para 1628 se daban por terminados los trabajos principales de la construcción, aunque se siguió trabajando en la cerca que limitaba la enorme huerta y en las ermitas, puentes y obras hidráulicas y agrícolas que le eran indispensables. La huerta, que estaba cercada en todo su perímetro, se extendía hacia el lado oriente del colegio, ocupando gran parte de la actual colonia Chimalistac, fue destinada a la plantación de árboles frutales, los cuales con el tiempo proporcionaron al colegio ingresos suficientes para subsistir y ayudar a otras fundaciones de la provincia, ganándose con esto fama y prestigio. Tanto las peras, manzanas, y perones, como las muchas flores y hortalizas que en ella se sembraron, irrigadas por las aguas del río de la Magdalena, hicieron a San Ángel acreedor de una merecida fama de lugar placentero y saludable, propio para el veraneo. Las celebraciones que hasta la fecha se realizan en este barrio de la ciudad, encuentran sus raíces en esa labor de los carmelitas. El crecimiento económico benefició a los habitantes del pueblo, quienes sustituyeron el nombre de San Jacinto Tenanitla por el de San Ángel. En 1634 se cambió el nombre oficial del colegio por el de Señora de Santa Ana. El cambio de nombre se dio oficialmente, pero en lo cotidiano y entre los pueblos se le seguía llamando con su antiguo nombre de San Ángel.

El Colegio Sanangelino fue escenario de algunos problemas como la llamada Guerra de las Patentes entre los mismos religiosos, la disputa con el ayuntamiento por el pago de diezmos sobre las rentas de la huerta y el estallido de la Guerra de Independencia. A partir del siglo XIX la orden de los carmelitas fue sufriendo una serie de catástrofes, ya que el decreto de expulsión de españoles de 1828 afectó significativamente a la orden carmelita, como la mayor parte de sus integrantes eran de origen español, el colegio quedó tan despoblado que tuvo que designarse un presidente en vez de un rector.

En 1833 con las disposiciones liberales de Valentín Gómez Farías se mermaron las rentas del colegio. Entre 1847 y 1848, la ocupación de San Ángel por las tropas estadounidenses acarreó la destrucción de partes del edificio, el saqueo de muchos de sus bienes, la tala y quema de árboles en la huerta.

En 1856 Rafael del Sagrado Corazón, el entonces rector, se vio en la necesidad de fraccionar y vender parte de la huerta ante el embate liberal. La aplicación de las leyes de reforma con exclaustración de las órdenes religiosas y de la nacionalización de los bienes del clero surtió efecto en San Ángel en enero de 1858, tras el triunfo de las tropas liberales sobre las conservadoras en la Guerra de Reforma. La huerta se enajenó, el templo escapó de ser demolido y el colegio se disputó entre los ayuntamientos de México y San Ángel.

Para 1874 Manuel Payno consiguió que el colegio de San Ángel fuera entregado al ayuntamiento de San Ángel. No obstante, porciones importantes del edificio fueron vendidas a un particular en 1891 tras la destrucción de otras, como consecuencia de la prolongación del Ferrocarril del Valle hasta Tizapán. Finalmente, la parte medular del colegio fue entregada a la Secretaría de Educación Pública en 1921. En 1929 nació el Museo de El Carmen, después de que la opinión pública se centrara en este pueblo durante el juicio a los asesinos de Álvaro Obregón. En 1939, cuando surgió el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) se le entregó esa parte del inmueble en custodia, tal y como hasta la fecha lo mantiene.

Actualmente el Museo de El Carmen ha abierto espacios que estaban en desuso para poder mostrar una de las pinacotecas coloniales más importantes de México, teniendo como exhibición permanente “El silencio de los carmelitas” que muestra la historia de la orden desde sus orígenes, sus fundadores y sus reformadores, todo ello con obras pictóricas, escultóricas, documentos, muebles, y muchos otros elementos.

La exposición permanente del museo gira alrededor de las 80 principales piezas de la colección artística, seleccionadas con motivo del 80 aniversario del museo (fundado en 1929) entre las cuales encontramos pinturas, esculturas, retablos, relicarios, pintura mural y valiosos espacios arquitectónicos del antiguo Colegio de los carmelitas descalzos, construido a principios del siglo XVII por el arquitecto y fraile lego carmelita, Fray Andrés de San Miguel. La colección del museo cuenta con obras de los artistas novohispanos Luis Juárez, Juan Correa, Cristóbal de Villalpando, Juan Becerra, Miguel Cabrera, entre otros.​

Durante las excavaciones que realizaron soldados zapatistas en busca de los tesoros de los frailes, se encontraron varios cuerpos momificados de manera natural, de los integrantes de la Orden y de benefactores del convento, que aún se encuentran en exposición en las célebres criptas.​

Otras exposiciones llaman la atención del visitante al Museo de El Carmen: las 50 figuras de cera, casi en miniatura, elaboradas con asombroso realismo por la escultora mexicana Carmen Carrillo de Antúnez, de músicos y danzantes de diversas danzas tradicionales de nuestro país, como la Danza de la Pluma, la Danza de los Viejitos, la Danza de los Paragüeros, etc. Y la exposición de fotografía antigua “San Ángel: Afanes de la memoria”, con imágenes que evidencian el drástico devenir del paisaje de la antigua villa campestre de San Ángel, desde finales del siglo XIX, hasta convertirse en uno de los barrios fundamentales de la Ciudad de México, en los años 50 del siglo pasado. Uno de los mayores atractivos de este museo es la exposición de varios cuerpos momificados.

LAS MOMIAS EN LA “CAPILLA MORTUORIA” existen en muy buen estado de conservación y su origen es aún un misterio.

Fueron descubiertas durante la Revolución mexicana en 1910, cuando las tropas zapatistas entraron en el complejo, escarbaron en el suelo de la cripta y encontraron los cuerpos, que finalmente dejaron amontonados a un costado del lugar.

Después de que los revolucionarios se fueron los monjes regresaron y se sorprendieron con las 12 momias. A partir de ese momento surgieron muchas leyendas en torno a su origen. Entre ellas la que asegura que fueron traídas por los mismos revolucionarios y las depositaron allí porque era un enclave “sagrado. Pero no se sabe nada, aseguró Daniela Alcalá Almeida, jefa de difusión del Museo de El Carmen. Sin embargo, entre las explicaciones más aceptadas es que estas momias pudieron encontrarse en una iglesia cercana y que las trasladaron a la capilla mortuoria de El Carmen. O que eran los cuerpos de los familiares de Juan de Ortega y Valdivia, benefactor del complejo. Incluso, que serían pobladores cercanos al antiguo colegio sepultados en el complejo en 1861, momento de exclaustración de los religiosos. Pero estos cuerpos no están identificados, aunque se hallaron con vestidos de hombres o de mujeres.

Servicios disponibles en el Museo de El Carmen – El museo presta los siguientes servicios: exposiciones temporales, auditorio, visitas guiadas especiales (previa cita Informes y costos 5616 – 1177 y 5616 – 7477.  Ext. 107), talleres educativos, cursos de verano y asesorías a escolares, así como punto de venta de publicaciones, reproducciones INAH, recuerdos del museo y sanitarios. Horario – Martes a sábado de 10 a 15 h.  Domingos de 10 a 14 h (solo patios y jardines) Costo:  – pesos. Entrada libre para estudiantes, profesores y adultos mayores al presentar credencial vigente. Domingos, entrada gratuita para el público en general. Teléfonos: 01(55) 5616 – 1177 / 5616 – 1504 / 5616 – 2816 / 5616 2073.  Extensiones: 106 / 110.

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Información – Imagen: Sistema de Información Cultural Página del Museo en el INAH Archivado el 27 de marzo de 2009 en la Wayback Machine.

      La Voz del Árabe (LVÁ) – MÉXICO – Cd. de México, enero 15 del 2021

 

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