ESTADOS UNIDOS Y ARABIA SAUDITA: LA VISITA DEL PRESIDENTE BIDEN
– Tampoco lograron disuadirlo de formar el frente unido con Israel, que, ante la represión en los territorios ocupados y los bombardeos a Gaza, se verían mal ante la opinión pública árabe e internacional.
Román López Villicaña*
El 15 de agosto del presente podía leerse en la prensa mexicana que los beneficios de SAUDI ARAMCO (Arabian American Oil Company) el último trimestre fue de 48 400 millones de dólares. Debe destacarse el hecho de que ARAMCO es la compañía petrolera más grande del mundo.
Esta alza en los precios obedece al aumento de la demanda del petróleo en el mercado internacional derivado de la recuperación económica de la crisis del covid 19, y del inicio de la guerra en Ucrania. Si bien es cierto que se transitará hacia la producción de energías limpias, también es cierto que dicha transición requiere de tiempo y la inversión de grandes cantidades de capital que no poseen los países pobres por lo que la transición se ve un tanto lejana.
El incremento en los precios del hidrocarburo ha hecho sonar las alarmas en varias partes del mundo. Pues esto trae trastornos en los presupuestos de los países no productores e incluso en países productores como los Estados Unidos.
En los Estados Unidos la situación es delicada, pues el próximo noviembre los demócratas ahora en el poder deben enfrentar en las elecciones intermedias a un partido republicano que se fortalece por la mala actuación de los dirigentes. Así la crisis ha golpeado fuerte a los ciudadanos de bajos ingreso en los Estados Unidos y ha creado un malestar creciente entre la población, con lo que Donald Trump ve cada mas cerca su posible reelección.
Ante esta circunstancia aunado al anuncio del príncipe heredero saudita a principios de este año, en el sentido de que su gobierno podría aceptar yuanes chinos a cambio de su petróleo, hizo que el presidente Biden decidiera llevar a cabo una visita al reino.
Cabe destacar que todavía en campaña para la presidencia Joe Biden calificó de paria al príncipe por su supuesto involucramiento en el asesinato del periodista Yamal Khashoggi en Estambul. También al llegar a la presidencia retiró a los Hutíes (enemigos de los sauditas en la guerra de Yemen) de la lista negra de organizaciones terroristas y cuatro semanas antes de su visita todavía declaró a la prensa que no se sentaría a hablar con Mohammed Bin Salman.
Con esto parecía que los Estados Unidos daban por finalizado el acuerdo del Quincy de 1945, entre Ibn Saud y Roosevelt, mediante el cual Estados Unidos cuidaría de la estabilidad y seguridad del reino y los sauditas producirían y comercializarían su petróleo en dólares estadunidenses, además de dar preferencia a las compañías norteamericanas en el negocio petrolero saudita, con lo que se creó ARAMCO.
La visita del presidente Biden buscaba que Arabia Saudita incrementara su producción para bajar los precios del petróleo y con esto reducir la inflación en Estados Unidos. Esto sin duda beneficiaría a los demócratas ante la elección del próximo noviembre, con lo que se alejaría la posibilidad del triunfo de los republicanos quienes ya casi festejan el retorno de Trump a la presidencia.
Ante el estancamiento de las negociaciones entre Irán y los Estados Unidos en la cuestión nuclear iraní deseaba crear un frente unido de Israel, y los países árabes del Golfo Pérsico, ante un eventual fracaso de las negociaciones con Irán. Nada de lo planteado se logró Arabia Saudita y el príncipe heredero (gobernante de facto) no desea aumentar la producción petrolera pues los beneficia ampliamente los precios elevados de hoy. Tampoco lograron disuadirlo de formar el frente unido con Israel, que, ante la represión en los territorios ocupados y los bombardeos a Gaza, se verían mal ante la opinión pública árabe e internacional. Habrá que estar atentos a los acontecimientos actuales para ver si se presenta un cambio en las circunstancias.
*Román López Villicaña – Profesor pensionado UDLAP
Imagen: LVÁ
La Voz del Árabe (LVÁ) – EDITORIAL – Cd. de México, agosto 22 del 2022
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