COVID-19, ESPEJO DE AUMENTO DE ALTO ALCANCE

¿De verdad alguien cree que es más importante prever con qué nos vamos a limpiar el trasero, en lugar de empezar a limpiarnos la mente enajenada y estupidizada…

Mauricio Saraya Ley

A nadie le gusta que le traten sin humanidad, sin compasión, como a insectos depredadores repulsivos, pero ¿qué pasa cuando actuamos de tal forma y así somos tratados en consecuencia?

Ante los oídos sordos del mundo entero, cada día, todos los días, mueren entre 24 y 25 mil personas de hambre, cerca del 99% de la población mundial ni siquiera se ha enterado. De los que se enteran, 99% tampoco harán nada para remediarlo. Ignorarlo es hacernos cómplices de tal injusticia, demostrando nuestra falta de solidaridad para con los menos afortunados. ¡Pero qué va a preocuparnos a aquellos que no pasamos hambre, o que tenemos suficientes medios, o que nunca hemos vivido una guerra en carne propia!

Con todo este pánico desproporcionado sobre el COVID-19, muchos de los supermercados han agotado sus existencias, y cuando han resurtido se han visto obligados a poner un límite de consumo lógico por consumidor, porque justo los sectores más pudientes se han lanzado a comprar artículos de manera compulsiva y grotesca. 4, 5 ó 6 paquetes de 48 rollos de papel higiénico para que no les vaya a faltar en el futuro cercano, sin detenerse a pensar ni un instante que todo lo que poseemos priva a alguien más de tenerlo. Esa conducta que dice primero yo, luego yo y ya después sigo yo, es una actitud reflejo del sistema capitalista extremo que ha demostrado ser capaz de deshumanizar, depredar y alejarse de los valores que nos hacen ser humanos.

¿De verdad alguien cree que es más importante prever con qué nos vamos a limpiar el trasero, en lugar de empezar a limpiarnos la mente enajenada y estupidizada por la inmensa mayoría de los medios de comunicación? ¿Cuándo se volvieron más importantes NETFLIX y FACEBOOK que acabar con la miseria humana? ¿En qué momento empezamos a poner mayor atención a la belleza de la vestimenta que a la del alma?

¿Dónde queda la sensatez, la reflexión, la solidaridad con el prójimo, el respeto (no sólo a los demás sino a uno mismo) y el sueño por luchar por el bien común?

Así, mientras sigamos permitiendo que se abuse de los otros, cuando nos toque el turno no esperemos que alguien alce la voz para defendernos, porque tampoco será que lo merezcamos.

Y mientras en muchos lugares se evidencian un montón de procederes con falta de conciencia, al otro lado del planeta, Israel, aprovecha la Pandemia del COVID-19 para acelerar la anexión de territorios palestinos ocupados y profundizar la ocupación militar, la ilegalidad y el Apartheid.

Haciendo hincapié en un reciente comunicado difundido por este medio informativo, LVÁ,  el pasado 24 de marzo, redactado por Corresponsal de PalestinaLibre.org desde Jerusalén Ocupada , queda claro que, como es su costumbre, Israel saca ventaja de todos los distractores y su gobierno de ocupación militar está acelerando proyectos destinados a separar Jerusalén Este del resto de los territorios palestinos ocupados en 1967, y vincular el asentamiento ilegal de Ma’aleh Adumim. Ya se ha comenzado a construir un gigantesco muro de hormigón que reemplaza las alambradas de púas para separar el área del barrio Sheikh Saad de la aldea de Tire Baher al sur de Jerusalén ocupada dentro del marco del muro de separación Racista que ha sido declarado ilegal por la Corte Internacional de La Haya el año 2004.

Las actividades ilegales para apropiarse de territorios palestinos se han multiplicado a la luz del Plan de Trump y la irresponsabilidad y doble moral de los países europeos para exigir el cumplimiento de los dictámenes y resoluciones de la legalidad internacional que ellos mismos han establecido. “¿Será que de 2004 a 2020 es muy poco tiempo como para poder solucionar un acto ilegal que sólo ha cobrado unos cuantos miles de vidas?”

Los países de Europa se han dedicado sólo a “reprochar”, “rechazar” y “deplorar”, es decir discursos inútiles y tinta sobre papel, pero nunca han tomado medidas reales y efectivas en contra de las violaciones israelíes tal como lo han hecho recientemente con Venezuela u otros países, a pesar que las diarias atrocidades y violaciones a los derechos humanos y a la legalidad internacional que Israel comete. Existen tres delitos mayores de teórica persecución universal y que no prescriben: crímenes de lesa humanidad**, crímenes de guerra y genocidio. Son equiparables en su gravedad. En el caso palestino, cualquier tribunal internacional que investigara judicialmente el caso podría encontrar abundantes pruebas de los dos primeros y argumentos para sostener el tercero.

Claramente la ONU, que sistemáticamente ha demostrado su ineficacia como obvia consecuencia de ser corrupta hasta la médula, y sus secuaces, estos países que aplican la legalidad internacional y se jactan de respetar los derechos humanos sólo cuando esto no afecte a sus intereses militares, económicos o políticos, es la política de los derechos humanos según conveniencias.

Así que mientras Israel se aprovecha de la preocupación mundial por el Corona Virus y se siente alentada por el apoyo de Trump, la hipocresía y la mediocridad moral del resto de los gobiernos que se auto califican “democráticos” y “libres”, acelera sus actos ilegales y su política de los hechos consumados.

Para concluir esta denuncia, quiero extender a todos una invitación a reflexionar acerca del poder revelador de cada crisis. Hoy particularmente, me dirijo a los rabinos ortodoxos, (quienes siempre han repudiado al movimiento sionista y sus crímenes contra sus hermanos), a los judíos del mundo entero (algunos de ellos entrañables amigos míos) y a los millones de israelitas que sin darse cuenta han sido adoctrinados como si fueran simples víctimas (y no victimarios), pero cuya calidad humana es capaz de sobrepasar todo adoctrinamiento,  para actuar por encima de cualquier nacionalismo, difundiendo y luchando mano a mano contra las atrocidades que el gobierno de Israel acomete sin piedad como el peor de los virus, pues nos demuestra que la peligrosidad del COVID-19 es diminuta cuando la comparamos con el daño superlativo de proceder en nuestra vida cotidiana con tal egoísmo y falta de conciencia,

Actuar por el bienestar de víctimas que no conocemos, que quizá ni siquiera podrán agradecérnoslo, pero probablemente tendrán una vida menos trágica, más amable, en retribución hará que nuestra propia existencia sea mucho más digna de ser vivida.

** Se entienden como crímenes de lesa humanidad asesinatos, exterminios, esclavitud, deportación o traslado forzoso de población, encarcelación o privación de libertad física que viole el derecho internacional, torturas, violaciones, prostitución forzada o violencia sexual, persecución de un colectivo por motivos políticos, raciales, nacionales, étnicos, culturales, religiosos o de género, desaparición forzada de personas, apartheid y otros actos inhumanos que atenten contra la integridad de las personas. Muchos de ellos han causado los flujos de refugiados más importantes en el mundo a lo largo de la historia.

*MAURICIO SARAYA LEY – Creador de conceptos publicitarios recibió premios: “El Heraldo”, “La Letra Impresa” y “Premio Nacional Rincón Gallardo”. Más de veinte años en área creativa y dirección de arte. Escribió varios ensayos. En 2003 publica novela de suspenso “Efervescencia”. Ha escrito guiones para TV. Se han hecho adaptaciones de sus cuentos para cortometrajes. En “Ruido”, su cuarto libro, novela de denuncias con propuesta filosófica. Ha escrito variados e interesantes artículos de fondo para La Voz del Árabe desde su fundación.

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Imagen: LVÁ

La Voz del Árabe (LVÁ) – VID Y SALUD – Cd. de México, marzo 30 del 2020

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