“CONQUISTA DE «AMÉRICA»: EL PROBLEMA DEL OTRO” – TZVETAN TODOROV

TZVETAN TÓDOROV ​fue un lingüista, filósofo, historiador, crítico y teórico literario de expresión. De nacionalidad búlgara-francesa. Fecha de nacimiento: 1 de marzo de 1939, Sofía, Bulgaria. Fallece: 7 de febrero de 2017, en París, Francia

Bachir Edkhil*

La «Conquista de América: el problema del Otro» del búlgaro Tzvetan Todorov, afincado en Paris, se edita por primera vez en Francia en 1982. Traducido del francés por Richard Howard. Se compone de cuatro partes fundamentales: descubrir, conquistar, amar y conocer.

El libro se centra sobre los primeros contactos de los europeos españoles con los indios americanos.  Y es particularmente sensible en cuanto a la cuestión de los campos de concentración nazis y las prácticas estalinistas. Deduce cómo los vestigios humanos desparecen cuando se lucha encarecidamente por la sobrevivencia recordando los gulags soviéticos.

Comienza, en un principio, con un estilo casi provocador, pero a medida que avanza en el texto se aclaran las inquietudes del autor, resumidas en la visión y trato de la alteridad. La importancia de la comunicación, y sobre todo en la cruel idea de querer borrar las reminiscencias de los pueblos y en su lugar “implantar” lo nuevo. En este caso: religión, usos y costumbres de los españoles.

El autor desarrolla el acontecer del «descubrimiento» de América por Cristóbal Colón, y su hermenéutica basada en la interpretación de la vida de los indios, pero sin inmiscuirse con ellos al considerarlos, en un principio, buenas personas (“generosos”), pero después son tratados como esclavos (“cobardes”), seres inferiores, se merecen el peor trato, a tal grado de organizar colecciones de esclavos y enviarlos a la metrópoli. 

Colón comete crueldades como el corte de narices y orejas. La caza con perros como es el caso de la india que presenció cómo un perro devora a su propio hijo, o la que ha sido arrojada a los perros. Es así que en la primera fase del descubrimiento en el siglo XVI la percepción de los españoles de los indios, materializadas en el mayor genocidio de la historia humana (cf. pág. 6). Dichas practicas son “justificadas” por costumbres y usos de los indios en desconformidad con las costumbres de los españoles, como los sacrificios humanos o practicas antropófagas.

Los motivos de la conquista para Colón es la trilogía: humano, dinero (oro) y disfrute de la naturaleza. Pues la expansión espiritual está ligada a la conquista material (se necesita oro para poder llevar a cabo las cruzadas). Así que el oro es el principal objetivo en esta conquista. “Los españoles dan la religión y toman oro.” (cf. pág. 52). Es así que a los imperios los acompañan siempre las lenguas y el sentir de la superioridad como afirmación implícita de la inferioridad del indio.

Esa filosofía colonial nutre el sentimiento de colonizar o maltratar siempre al otro inferior (moros y judíos), ya anticipada en España antes del descubrimiento de América. Eso es el otro considerado como el inferior, el que se merece el maltrato y el que hay que evangelizar. Aquí la religión se convierte con la espalda como el baluarte del colonialismo.  Cada colonialismo intenta reescribir su propia historia (cf. pág. 67).

En la segunda parte del libro, el autor subraya las razones de las victorias de los colonizadores, recurre a las interpretaciones de los signos del propio Moctezuma al basarse en fatalismo aterrador; se permite que una mayoría es derrotada por una minoría extranjera. Esa actitud fatalista podría ser una de las razones, a pesar de la cultura milenaria de los aztecas, exaltada por el propio Cortés, la causa de la derrota de los aztecas ante la minoría española. Otro elemento podría ser que los mexicanos no son una unidad nacional homogénea, sino que entre ellos también hay divisiones y guerras fratricidas. De allí lo acontecido es considerado por los aztecas como castigo de la providencia, y espera su acontecer algún día, según la astronomía consultada por los divinos aztecas. Parece que las profecías y sus efectos en los indios, especialmente en Moctezuma que se “deja” vencer por Cortés son la causa de la derrota azteca.

Pues, aún hoy en día, muchos pueblos no podrán desplegarse hacia un desarrollo más conforme con la modernidad, por el poder de mitología y las profecías fanáticas acaparadas por unos pocos y difundidas por doquier.

En cuanto a la tercera parte del libro, resalta la intención de los españoles de comprender el modus vivendi de los indios, sus credos, organización y costumbres. Para ello aprenden las lenguas locales, incluso algunos de ellos llegan a vivir como los propios indios, hablan su idioma y visten sus ropas. Todo eso con el fin de destruir lo encontrado y en su lugar imponer el cristianismo y sistemas de explotación consideradas como “el sacrificio” como “homicidio religioso” por el autor. Lo cual es casi imposible sin una correcta comprensión del indio, pues “si el comprender no va acompañada de un reconocimiento pleno del otro como sujeto, entonces esa comprensión corre el riesgo de ser utilizada para fines de explotación.” (cf. pág. 143)

Comprender pues para esclavizar, colonizar y cometer genocidios como los llevados a cabo por Cortés en México. Los que no han sido aniquilados por las armas o maltratos, lo fueron por los efectos de la viruela aportada por los españoles.

Visto lo dicho, se entiende que los españoles acompañados de sus libros han quemado los libros de los pueblos indígenas, practicas llevadas a cabo ya en Andalucía por Cisneros con el fin de erradicar todo tipo de conocimiento que no sea controlado por los colonizadores. Es así que el colonialismo lo primero que domina es la comunicación basada en el conocimiento del otro, convertido en ser inferior, llevado a un estado muy bajo cuya utilización es ser tributario a tal grado de vender sus propios hijos para saldar sus deudas. El objetivo del colonizador es hacerse rico explotando, apoyado por la religión cristiana que en principio es “una religión igualitaria, pero en su nombre se reducen los seres humanos a la esclavitud” (cf. pág. 163).  Se convierte así la comunicación como un arma de dominio en lugar de liberación. De allí que los regímenes despóticos siempre han intentado dominar y manipular la comunicación.

No hay que perder de vista que el “derecho de comunicación” es exclusivo solo para los españoles, y que la reciprocidad se ve desde un solo ángulo donde los criterios de selección son determinados por los españoles, y no por los indios, pues la intervención española es vista como derecho de tutela sobre los indios. Teniendo en cuenta que la salvación cristiana es considerada como valor absoluto, en contra de la visión india de la vida y de la muerte. Por lo cual las guerras son justas  y justificadas por las practicas del salvajismo, la  desnudez y el canibalismo por parte de los indios, por ello se impone aquí la jerarquía  como estado natural según Sepúlveda (citado por el autor) y no se permite la igualdad, mientras que Sepúlveda justifica que la  solución definitiva es la aniquilación, De Las Casas  se opone a Sepúlveda y denuncia todas esas prácticas inhumanas cometidas contra los indios, en nombre de la civilización que rechaza al otro.

Surge la identidad como elemento importante y justificante de peso para esas prácticas inhumanas. El derecho de ser yo condicionado por la destrucción del tú. La comunicación no violenta es entendida como valor, mientras que la violencia es imposición inapropiada injusta. El lenguaje no tiene que existir solo para el otro. Entonces una vez que el indio es descubierto, conquistado, amado (odiado) por los españoles, éstos logran crear topologías de las relaciones con el otro, con el indio. 

En la cuarta parte del libro, Todorov subraya, refiriéndose a la cuestión del conocimiento del español al indio, a la única dimensión de trato que podría ser desde un plano axiológico donde los juicios de valor pueden ser malos, iguales, o inferiores; el segundo plano se refiere al acercamiento o alejamiento, es decir, identificarse o adoptar los valores, y en tercer plano, consiste en conocer o desconocer, partiendo de una visión epistémica o cognoscitiva. Ese conocimiento llevado a cabo tanto por Cortés como por Las Casas en relación a las políticas de asimilación. Las Casas cree que todo conocimiento humano lleva un conocimiento intuitivo de Dios, por lo cual justifica las ofrendas humanas como las más sublimes, mientras que otros autores como Landa, el más radical de los autores, argumenta la quema de los libros aztecas y la evangelización a toda costa.

El autor recorre a una serie de nombres de autores que se han interesado en los indios, algunos de ellos son muy radicales; los mas ejemplares en el intento de acercarse a la cultura de los indios son Diego Durán, autor de la Historia de las Indias Nuevas e Islas de la Tierra firme,  cercano al mestizaje cultural del siglo XVI, aunque insiste en que sí hay que evangelizar, hay  que borrar las huellas de las antiguas creencias y religiones, para ello es menester conocerlos bien. La obra de Durán es la cumbre de lo escrito en todo ese siglo. Se le reconoce el ejemplar deseo del saber. El otro autor recordado por Todorov es Sahagún, quien ha contribuido, en cierto sentido, en profundizar en el conocimiento de los aztecas. Durán y Sahagún inician el diálogo de culturas sin saberlo.

Es notorio recordar que los franciscanos y dominicanos están enfrentados en el trato del indio. Los franciscanos son los primeros que aprenden las lenguas de los vencidos.

Por ultimo, el epílogo del libro recoge la visión del autor que intenta mantenerse distanciado de los extremos, procura establecer el dialogo como el arma más eficaz y solvente, y no la violencia. Insiste sobre la relatividad de las cosas según las percepciones de cada cual, teniendo en cuenta que tampoco hay un centro y una periferia. Es decir que no hay ni centro ni periferia. Debe entender eso como que es para llegar a la verdad, hay que partir de la necesidad de descubrir al otro para no repetir la barbarie acaecida en América, y más tarde en otros lugares, y que la mujer no vuelva a devorarse por el perro. Las diferencias entre los Yo y los Tu, solo se pueden resolver con el dialogo y la comprensión.

Todorov recuerda la intención de Europa, porque España es también Europa, de asimilar el otro desde ya cerca de trescientos años y sus consecuencias no muy alegadoras que digamos. Sin embargo, reconoce que la adaptación de los valores occidentales se debe en parte a la extraordinaria capacidad occidental de comprender el otro. Se desea igualdad que no es necesariamente identidad.

El autor insiste en la polifonía al permitir oír las diferentes voces, pues el exilio es fecundo cuando se pertenece a dos culturas y no se identifica con ninguna. Entonces «el hombre que encuentra que su patria es dulce no es más que un tierno principiante: aquel para quien cada suelo es como el suyo propio ya es fuerte, pero solo es perfecto aquel a quien el mundo entero es como un país extranjero» (cf pág.259). El autor es bulgaro, vive en suelo francés, cita a Eward Said, un palestino residente en América, y este último cita a un alemán, Erich Auerbach exiliado en Turquía.

Todorov concluye subrayando la mentalidad individualista moderna como la más fuerte en contra de las sociedades con rasgos primitivos, donde el totalitarismo hace desaparecer el yo en nosotros. Mientras que la sistematización de la historia es condenable. Lo ideal sería un concierto respetuoso y tolerante.

Empero las sociedades con escrituras son más avanzadas que las que no tienen escritura. La sociedad occidental ha vencido gracias a la superioridad de la comunicación humana. En definitiva es el saber lo que vence.

TODOROV Tzvetan, “Conquista de América: El problema del Otro” – México, Siglo Veintiuno Editores,1998.

*Bachir Edkhil, hispanista de origen magrebí. Activista en pro del desarrollo sostenido y responsable de las bases de la pirámide donde los más afectados puedan participar en la solución de sus problemas inherentes al subdesarrollo y carencia de medios. Estudió Ciencias de la Educación, Estudios Hispanos y Ciencias Políticas.

Ha colaborado en la formación y desarrollo de organizaciones sin ánimo de lucro en pro del respeto a la vida humana.  Columnista en revistas marroquíes e hispano marroquíes. Participa en cursos y mesas redondas sobre el Sáhara, en España y diferentes países del mundo. Colabora en la investigación sobre cuestiones saharauis y autor de artículos para prensa. Conferencista en radio y televisión. Organiza con la Universidad Mohamed VI congresos académicos “Entre dos orillas” para fomentar diálogo y entendimiento entre pueblos y naciones del Sur.

Comprometido en el desarrollo de una red de proyectos para la economía social en el territorio saharaui para beneficio de personas sin recursos. Es politólogo, experto en economía social y presidente de Alter Forum, la ONG líder en el Sahara (http://www.alterforum.org/). Es diplomático correspondiente de la Academia Española del Reino de España. Actualmente es presidente del Instituto Alter Forum Internacional de Estudios Saharianos Al Andalus. Autor del libro Duna Desnuda y de Escribir sobre dunas (Sahara).

 

La Voz del Árabe (LVÁ) – ESPECIALES – Cd. De México, febrero 21 del 2020

 

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