EMBAJADOR JORGE ÁLVAREZ FUENTES PLATICA CON LVÁ
-Las cifras de nuestros intercambios con el Mundo Árabe han ido creciendo, todavía hay un largo trecho que recorrer…
Luis Miguel Cobo
En el edificio de la Secretaría de Relaciones Exteriores fuimos citados en punto de las cinco de la tarde. De lo más amable nos recibió en piso veinte el amigo embajador Jorge Álvarez Fuentes (JA), Director encargado para África y Medio Oriente de la cancillería mexicana.
Comenzó la plática, ya al final del sexenio el trabajo concluye para Jorge Álvarez, pero hay algo ahí quedará por siempre, su legado profesional, el trabajo construido en su tiempo se ve y seguirá viendo, son acciones de trabajo que difícilmente se borran se olvidan cuando se realizó de marea profesional con toda la vocación como Jorge la tiene y hace patente siempre, el Mundo Árabe y África estuvo en sus manos durante su tiempo…
De manera cordial, entre broma y broma, sonrisas y comentarios del nivel acerca del Mundo Árabe y México la plática en serio comenzó.
LVÁ – Embajador platíquenos de sus inicios como embajador, diplomático, de su escuela.
JA – Con mucho gusto, y más gusto me da estar en contacto con los lectores de La Voz del Árabe. Yo vengo de la Universidad Nacional Autónoma de México, soy un diplomático que llegó un poquito tarde a la carrera, porque yo vengo del ámbito del quehacer cultural, intelectual, soy el hijo de un arquitecto muy conocido, tuve el enorme privilegio de crecer en una familia en donde muchísimas inquietudes fueron puestas a nuestra disposición. Estudié filosofía, fui profesor del colegio de Ciencias y Humanidades, sigo siendo profesor, tengo 35 años de experiencia en la academia, llegué a la Secretaría de Relaciones Exteriores desde el Archivo General de la Nación. Soy un archivista o “rata de archivo conocido”, que vino del Archivo General al Archivo de Relaciones. Así entré. Tres o cuatro años después de haber entrado como funcionario a esta Secretaría, una vez que empecé a conocer del servicio exterior, me interesó, me atrajo, fui a servir inicialmente con un nombramiento temporal a Canadá. Una vez que yo pude ver los hechos de lo que se trataba la actividad diplomática, dije “esto es lo mío”. Me presenté a un concurso público de ingreso como todos los miembros del Servicio Exterior y empecé de tercer secretario hasta llegar a embajador. Me tomó veinte años llegar a ser embajador. Pero he tenido una carrera diplomática muy interesante, he servido en Canadá, he servido en Nueva Zelandia, he servido en el Líbano, he servido en Egipto. He servido en pocas misiones diplomáticas, yo comparo con muchos de mis colegas y amigos de generación y de servicio, pero yo he tenido la enorme fortuna de servir en el exterior y venir a México. He tenido distintos puestos de responsabilidad en la Cancillería, he sido Director General del Instituto Matías Romero, de la Academia Diplomática, he dirigido la Cooperación de México con Centro América, en sus inicios, antes de plan Puebla Panamá, o del Programa de Integración Mesoamericana, entonces llegué a la diplomacia por vocación, una vocación de servicio, y estoy muy contento en esta última etapa, estos últimos diez años he servido fuera en el Mundo Árabe, pero también en el Norte de África, por lo que he tenido una experiencia de verdad muy hermosa. Estoy muy contento…
LVÁ – ¿Cómo llegó a ser el Encargado para África y Medio Oriente en la SRE?
JA – Pues mira, en el gobierno del Presidente Felipe Calderón, cuando fui a servir en Líbano, tuve la oportunidad de ser embajador concurrente, con residencia en Beirut acreditado también en Emiratos Árabes Unidos y en Qatar. En ese momento, 2008 y 2009 no teníamos todavía embajada en Emiratos, el gobierno mexicano decidió en ese momento porque estaba en pleno auge la creación de Dubai, que un consulado general en Dubai era el punto de partida y fue un acierto. Entonces yo llegué al Mundo Árabe en 2007; el Líbano es un país que nosotros lo llevamos en el corazón, aquella frase muy conocida que “el que no tenga un amigo libanés, que vaya y que lo busque”, la verdad es que todos tenemos amigos libaneses, porque su increíble y extraordinaria integración en la sociedad mexicana nos hace que nos reconozcamos de una manera extraordinaria, ir a la primera embajada que México abrió en el Mundo Árabe, que fue Beirut, y servir en ese país, pero también tener la experiencia de trabajar en la península arábiga y de ir a ese país del futuro que es los Emiratos y Qatar, que fue muy interesante, nos tomó un poco de tiempo después abrir nuestras embajadas en Abu Dhabi y en Doha.
Entonces yo llegué a esa responsabilidad y no era un especialista en el Mundo Árabe, pero sí un hombre preparado, me considero culto, me arrojé en profundidad a la civilización islámica, al Mundo Árabe, en un país muy cosmopolita como es el Líbano, que es de hecho la puerta de entrada hacia el Levante, al Medio Oriente, con un vínculo vital, existencial con México, tanto mi esposa como mis hijos y yo tuvimos la oportunidad de conocerlo, me presto de conocer, claro el Líbano es un pañuelito, un país muy pequeño, pero creo prácticamente haber recorrido todo el territorio libanés, pero fuimos a Jordania, 26 o 27 veces a Siria, qué dolor, qué dolor… de pensarlo, ahora en la Siria de hoy, pero conocimos las grandes maravillas, fuimos también al mar Mediterráneo, estuvimos en Egipto, porque cuando uno va al Mundo Árabe pues vas al país que es la columna vertebral. Conocimos entonces estas enormes realidades, en un momento en donde el Mundo Árabe se encontraba en los anticipos de lo que vendría después en 2011… Mi esposa y yo nos quedamos en el Líbano poco más de cinco años, fue una estancia larga, nos tocó quedarnos en la última parte de la administración del presidente Calderón. Y claro, cuando las cosas empezaron a tomar una dinámica de transformación en Túnez, en Egipto, también en algunos países del Golfo, de una manera distinta en el Líbano, pero sobre todo en Siria en 2011, lo que se ha dado en llamar “la primavera árabe”, a mí me toca no verla de lejos, estar presente, inmerso, todavía viajamos a Siria hasta finales del 2011, el conflicto las tensiones, las manifestaciones, las acciones del gobierno del presidente Assad, se iniciaron entonces, como afirmaba hace un momento, yo si tengo una completa inmersión en el Mundo Árabe, no hablo la lengua árabe, ni la hablaré, pero quizás en mi siguiente encarnación, pero sí entendí que la dimensión histórica en el Mundo Árabe es fundamental y que hay cosas que no te las explicas y no tienes la referencia a la batalla de Kerbala en Irak, y que si no tienes una serie de referentes porque es el crisol de la civilización.
Para mí ha sido un enorme privilegio el servir en esa parte del mundo. Y de esa manera pasé de servir como embajador en el Líbano, como les dije se abrieron las embajadas en Emiratos y Qatar, pero seguí muy involucrado en el quehacer de la política exterior del Mundo Árabe con una estrategia, esta que tuvo sus principios en la administración del presidente Calderón y se consolida durante la administración del presidente Peña. Para mí ha sido muy interesante ser uno de los actores de esta estrategia, de este activismo, porque México había mantenido unas relaciones buenas, cordiales, pero que pasaban más en los pasillos y en las reuniones de Naciones Unidas que en las capitales, yo pasé a invitación del entonces secretario José Antonio Meade, de Beirut pasé a servir en Egipto, cuando ya la revolución del 2011 en Egipto tenía ya una primera etapa, llegué a Egipto en 2013, serví tres años extraordinarios, complejos, desafiantes, porque el Mundo Árabe entró en un proceso de transformación profunda, y cuando la gente dice “no es que las primaveras árabes…”, no, no, calma, en el Mundo Árabe la dimensión histórica es profunda, así que tuve el enorme privilegio de servir en Egipto, serví tres años, después de esto tuve la oportunidad y el enorme privilegio de ser invitado a regresar a México para hacerme cargo de esta Dirección General, bueno, siempre es una gran satisfacción poder poner una experiencia de años y de servicio para una región o conjunto de países con la que México se ha ido adentrando, porque África es todo un continente, la verdad que ha sido una experiencia y una responsabilidad fascinante. El poder poner la experiencia que tengo a disposición de los intereses de México y de los mexicanos es un privilegio… Estoy muy contento, muy contento…
LVÁ – Estamos al final del sexenio, pero este sexenio ha sido fundamental desde la perspectiva de LVÁ para las relaciones entre México y el Mundo Árabe, porque es la primera vez que un presidente de México realiza en esta época moderna, Siglo 21, en enero de 2016, un viaje visitando algunos países árabes. ¿Cuál fue su experiencia con respecto a este viaje?
JA – Sin lugar a dudas la visita del presidente Enrique Peña Nieto en enero del 2016 es un parte aguas, basta solo recordar que habían transcurrido 40 años en los que un presidente de México no había visitado Arabia Saudita. En enero del 2016 el presidente de la República realiza sendas visitas de Estado, primero al Reino de Arabia Saudita, luego a Emiratos Árabes Unidos, al Reino de Kuwait y al Emirato de Qatar, son visitas que se trabajan con muchísimo interés, sobre todo con la visión que durante la administración del Presidente quedó claramente trazada de que un país como México tenía que asumir a plenitud sus responsabilidades como un actor global, y ni duda cabe que en los países de la península arábiga, los países que forman parte del Consejo de Cooperación del Golfo que son seis, los cuatro que he mencionado, faltaría el Sultanato de Omán y el Reino de Bahréin, esos países constituyen países que están en muchos sentidos a la vanguardia, uno, Arabia Saudita, es el principal productor de petróleo en el mundo, es un actor preponderante, además en los últimos tiempos la interlocución con Arabia Saudita se ha reforzado por nuestra pertenencia común en el G-20, de las principales 20 economías del mundo. La visita es coordinada, impulsada, muchos de los preparativos los lleva a cabo el subsecretario de Relaciones Exteriores, el embajador Carlos de Icaza, en ese momento aún estoy en Egipto, pero les puedo decir que la visita ya marcaba un antes y un después, esa visita tiene resultados tangibles y concretos, entonces el balance es afortunadamente muy positivo, se firman 49 acuerdos en una amplia gama que van desde los aspectos de cooperación científica, tecnológica, de innovación, de vinculación de las empresas petroleras, los aspectos que tienen que ver con comercio, economía, educación, cultura, y eso abre la posibilidad de realmente entrar en una vinculación muy intensa, concreta, profunda, fructífera, con los países árabes en conjunto, ¿por qué yo hablaba de una estrategia? La estrategia ha sido acercarnos al Mundo Árabe pero no para tener presencia, la presencia por sí sola no es suficiente, hay que participar en los procesos de cambio, y que México se hiciera presente en Egipto, en Marruecos, en Argelia, en el Magreb, también hacernos presentes en el Levante con Jordania, en 2014 ya se había producido la vista de SM el Rey de Jordania, por una relación de amistad entre SM el Rey y el presidente de la República, la visita fructifica y por así decirlo corona un esfuerzo en el que seguimos trabajando de manera muy ardua y que hoy se refleja, y se refleja en las cifras, hoy hay inversiones de empresas mexicanas en el Mundo Árabe, hay una corriente de negocios e inversiones del Mundo Árabe en México, también ha habido un creciente interés en el Mundo Árabe por México como nunca lo habíamos visto, si hoy volteamos a ver en instituciones de suma importancia en México, como el Colegio de México (COLMEX), la UNAM, la Universidad de Monterrey, el Tecnológico, hoy hay investigadores, profesores, académicos, estudiantes, que trabajan en el tema árabe, tenemos hoy, a partir del 2011 una serie de investigaciones, ensayos, libros, y hoy en México nos preocupa lo que pase en Siria, porque no nos es ajeno, lo que sucede allá tiene la problemática de la migración, los refugiados, del derecho humanitario, esta es la participación de México como un actor con responsabilidad global. No podíamos seguir viendo al Mundo Árabe como un mundo lejano, el Mundo Árabe tiene un peso específico y cada más relevante e importante en los asuntos mundiales.
Ha sido, la verdad, una oportunidad muy buena, yo tengo aquí en la Secretaría poco más de dos años al frente de esta Dirección General, y también hemos asumido el reto, el quehacer de política exterior es un quehacer discreto, callado, al que hay que dedicarle una vida y una vocación, y para mí la vocación en estos últimos años al frente de la Dirección General es por una parte acortar, por así decirlo, o reducir la asignatura pendiente con África, tenemos muy buenas relaciones, pero volviendo a presencia y participación, la tenemos en África con ocho embajadas en 54 países, entonces ahí nuestra presencia es limitada.
Pero nuestras relaciones con países de peso específico, como lo es Egipto, Argelia, como lo que es Nigeria y Sudáfrica, países cuyo peso demográfico, económico, geopolítico sin lugar a duda es muy importante, esas relaciones se han ido profundizando, se han ido ampliando, hoy también hay interacción, cooperación, inversión, negocios, en fin, ¡qué bueno que con Kenia estamos haciendo un proyecto de “nixtamalización”! Pues qué bueno porque en ese país se consume maíz, les estamos enseñando la técnica que heredamos de nuestros ancestros prehispánicos, porque eso le cambia las posibilidades a Kenia en particular y en general a algunos de los países de África Oriental, respecto a su seguridad alimentaria y de otros de los objetivos que se han trazado de los gobiernos. África está cambiando como también México, el mundo entero está cambiando, por lo que ha sido muy interesante en estos últimos dos años ser un, como yo me digo, “un diplomático todo terreno”, tengo cuatro ruedas al piso, y lo que hago es instigar, ¿a qué me refiero? A cultivar una amistad, un sentido de solidaridad, de entendimiento, de negociación internacional, con la extraordinaria tradición de nuestra política exterior, activa, basada en principios que va hacia adelante con los desafíos del mundo, eso ha sido con África, y con el Medio Oriente y el Mundo Árabe, porque además mí Mundo Árabe se extiende para mí porque tengo la responsabilidad de la República Islámica de Irán, un país extraordinario y de creciente importancia porque lo venos hoy en los escenarios políticos está uno de los centros neurálgicos, tengo la responsabilidad de Pakistán, de Kazajistán, como verán ha sido una gran oportunidad de contribuir, de apoyar, para que nuestras representaciones diplomáticas, para que nuestras iniciativas, tengamos diálogo político a través de mecanismos de consultas…
Volviendo a la visita del Presidente, tiene hoy resultados tangibles, las exportaciones agroalimentarias mexicanas, la presencia de empresas mexicanas en la industria de energía es cada vez más importante.
LVÁ – Entre el Mundo Árabe, el Magreb y el Levante para con México, en el área económica, ¿está creciendo realmente? Porque hay comentarios negativos, pero usted como un conocer de lo que se realiza en entre el Mundo Árabe y México, ¿qué sucede hora en los negocios, los hay?
JA – Bueno, yo creo que están creciendo, hay que partir de la base que nuestras relaciones de intercambios económicos, de cooperación, han partido de cifras relativamente bajas, pero si hoy lo vemos sobre todo en empresas, Tenaris Tamsa, una empresa de capital italo-argentino-mexicano con una gran planta en el Estado de Veracruz, hoy tiene importantes y crecientes exportaciones de tubos de acero sin costura, y tienen un centro de distribución en Alejandría, Egipto, tienen ya importantes actividades de exportación en Arabia Saudita y en Emiratos. Si pensamos en CEMEX, tienen una gran inversión en Egipto y tienen operaciones en los Emiratos, Bimbo ha entrado con mucho éxito en Marruecos.
Entonces las cifras de nuestros intercambios han ido creciendo, todavía hay un largo trecho que recorrer, aun se tendrán que reflejar en las cifras nacionales los flujos de inversiones de los fondos soberanos de los Emiratos, de Qatar y de Arabia Saudita, pero hemos ido trabajando para eso, antes no lo teníamos, así vuelvo otra vez a mi observación que es, tenemos que darle tiempo al tiempo, y tenemos que continuar sin cejar con una visión de largo plazo, porque esa es la experiencia que uno tiene en el Mundo Árabe. Lo primero que uno aprende cuando se adentra en el Mundo Árabe es que el mejor obsequio de un amigo árabe, su tiempo, su amabilidad, su hospitalidad, y eso significa que México tiene que ir como lo estamos como lo estanos haciendo, trabajando a largo plazo, vendrán las inversiones, se están acercando, en el sector energético es una prueba de ello, nuestras agro exportaciones, porque si uno va hoy a los supermercados de Dubai, Abu Dhabi, de Doha, de Qatar, Kuwait, ahí están los aguacates, las fresas y mucho más, porque Qatar Airways está volando de carga una vez a la semana, y hay mucho más, y sí está pasando por lo que tenemos que seguir trabajando en eso, y parte de eso es seguir conociéndonos mejor, esto es que más estudiantes mexicanos vayan a estudiar allá, con la oportunidad de realizar estancias cortas, de investigación, hay estudiantes en la universidad del Rey de Arabia Saudita, y hay mujeres allá estudiando, tenemos algunos académicos, también hay especialistas, estamos empezando ya una vida cultural de investigación ya con los países árabes, hay mucho interés aquí por ellos, somos un país que debe incidir más en los debates sobre la migración, sobre la tolerancia, sobre la inclusión, sobre la diversidad cultural, eso se está discutiendo y debatiendo también en muchísimos lugares del Mundo Árabe, en las capitales, en los centros culturales, en las comunidades, y es ahí donde México tiene muchísimo terreno que recorrer.
En su música, voy a dar un ejemplo, la arquitectura, pues arquitectos mexicanos han hecho importantes contribuciones a la arquitectura contemporánea en el Mundo Árabe, si vas a Doha, a 22 km de distancia está Education City, un proyecto de la Fundación Qatar en donde están algunas de las principales universidades estadounidenses, el diseñador de dos de esas universidades fue el mexicano Ricardo Legorreta, arquitecto mexicano que falleció hace un tiempo, que junto con su hijo Víctor hicieron un trabajo extraordinario en Doha para varias universidades, pero también Ricardo diseñó la Universidad Americana del Cairo. Y hay más arquitectos que han hecho cosas en el centro de Beirut, nos damos cuenta que México tiene mucho que ofrecer, y que el Mundo Árabe tiene mucho que ofrecernos, es por eso que más turistas vayan, que más turistas vengan, que podamos tener facilidades para esto, y estoy seguro que llegará el momento que todo resultará muy bien, Halal que tenga mucho en México, que se difunda, porque también nosotros entendamos qué es lo que les gusta, lo que les interesa, a los turistas árabes les interesa mucho la oferta turística mexicana, pero aún podemos perfeccionar más nuestra oferta turística para ellos, desde colocar en los hoteles “la dirección hacia la Meca”, dónde están las oportunidades de las regiones más bonitas de México, dónde hay caballos de purasangre que son siempre de su interés, la cetrería, mucho de esto y más tenemos para trabajar,
Hay un mundo de posibilidades, eso es lo que hace que sigamos trabajando con enorme entusiasmo, he tenido la gran fortuna de haber logrado ser un mejor ser humano a partir de haber conocido el Mundo Árabe, me adentré en los enormes valores con todo lo que conlleva el Mundo Árabe.
LVÁ – ¿Las expectativas de México para con el Mundo Árabe, se están cumpliendo?
JA – Yo creo que sí, el balance es positivo, tenemos todavía algunos ámbitos en los que hay que trabajar de manera constante, y claro que con un compromiso más fuerte, porque las expectativas son las de un país que participa, que incide, que influye y que interacciona, tenemos que concretar un acuerdo de libre comercio con Jordania que no se ha podido concretar, las negociaciones comerciales como todos sabemos han tenido una agenda muy intensa, pero es muy importante porque nuestro comercio con Jordania es pequeño pero puede crecer, y es importante hacerlo porque Jordania tiene un tratado de libre comercio con EEUU, el único país del Medio Oriente con el que tenemos un tratado de libre comercio es con Israel y también tenemos que modernizarlo. Hay todavía mucho camino que recorrer, en la parte que tiene que ver con la cooperación y colaboración en ámbitos financieros en donde se pueda optimizar muchas de las posibilidades, pero empezamos a ver que de sentar las bases podemos ir avanzando y ese es el escenario de los próximos años.
Yo creo que el balance que se hará de la política exterior y de las relaciones exteriores de México con el Mundo Árabe en esta época en la que yo he puesto un granito de arena, pero sobre todo he puesto todo mi interés, toda mi disposición y mi corazón para hacer que esto avance, que esto construya, si mis hijos que son amigos de muchos jóvenes árabes, eso es una posibilidad para millones de jóvenes mexicanos, eso es muy bueno para México, como es muy bueno que muchos jóvenes árabes conozcan México, porque somos un país que tenemos muchísimo, muchísimo que ofrecer, y es muy grande la empatía y la simpatía y las enormes posibilidades, yo digo que hay que pasar del potencial a la acción, hay potencial pues manos a la obra… Ese es mi quehacer.
LVÁ – Embajador, para terminar, le pido unas palabras para los lectores de la revista La Voz del Árabe…
JA – Me es muy grato dirigirme a los lectores de La Voz del Árabe, y de manifestarles que en el Mundo Árabe tenemos un ámbito en el mundo de hoy, en un mundo que va a tal velocidad, tenemos un ámbito de cooperación, de amistad, de vinculación muy importante, y para los lectores de La Voz del Árabe es importante que hagamos un esfuerzo todos en potenciar nuestros vínculos. Me complace muchísimo poder acercarme a los lectores y felicito a la revista La Voz del Árabe por la labor que está haciendo. Mucha gracias…
Imagen: LVÁ-Lm.CoBo.FoTo
La Voz del Árabe (LVÁ) – ESPECIALES – Cd. de México, noviembre 7 del 2018
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