LA NOCHE QUE OSCURECIÓ EL MUNDO MUSICAL, DICIEMBRE 8 DE 1980
-En el edificio Dakota, Nueva York, ocurrió todo, pero, ¿qué sucedió con Paul McCartney?

Cuando John Lennon fue asesinado el 8 de diciembre de 1980, el mundo se calló. Las multitudes se reunieron, las velas parpadearon y millones lloraron. Pero la persona que llevó el silencio más pesado de todos fue Paul McCartney. No se rompió frente a las cámaras ni dio el tipo de declaración que la gente esperaba de un hombre que una vez compartió el escenario más grande del mundo con John Lennon. Cuando los periodistas pidieron su reacción, Paul murmuró sólo tres pequeñas palabras: «Es un desastre”, sonaba frío, alejado. Pero no lo fue. Era el sonido de la voz de alguien demasiado roto para hablar en ese momento.
¿Cómo podría explicar lo que significaba perder a John? Él era el chico que había estado a su lado desde Liverpool, el amigo que había creído en él antes que nadie lo hiciera. Juntos habían vivido lo imposible: fama, gloria, caos, creación. Habían luchado, se separaron, incluso se lastimaron el uno al otro. Pero nada podía borrar lo que habían compartido. Debajo de cada argumento estaba el amor, un vínculo demasiado profundo para que el mundo lo viera.
Paul no lloró públicamente. En vez de eso, su corazón habló años después a través de una canción: Here Today. Sólo él y una guitarra acústica, su voz temblando mientras cantaba lo que nunca pudo decir cuando John estaba vivo: “Qué pasa con la noche que lloramos… Porque no había ninguna razón para guardarlo todo dentro. No era sólo una canción, era una conversación entre almas, una que llegó más allá de la muerte”.

Continuó con la vida, las giras, las risas, la música, pero detrás de la sonrisa familiar había un dolor sereno. Los amigos dijeron que a veces, cuando hablaba de John, sus ojos se suavizaban y cristalizaban, su voz se desvanecía. Una vez admitió: «Fue como perder a un hermano. Todavía sueño con él a veces. Porque ¿cómo dejas de escuchar la voz que una vez completó tus frases en una armonía?
Paul McCartney nunca dejó de querer a John Lennon. El mundo perdió a un Beatle esa noche, pero Paul perdió la otra mitad de su corazón. Y cada vez que canta solo, en algún lugar entre la melodía y el silencio, todavía puedes escuchar el eco de John, el sonido de una amistad que nunca se desvanecerá realmente…
«The dream y over…»
Información: Gail’sJuiceplus / Imagen: Internet
La Voz del Árabe (LVÁ) – La Voz del Arte – Cd. de México, noviembre 8 del 2025
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