REFORMAS ECONÓMICAS Y FISCALES DE MARRUECOS: UN MODELO DE EQUILIBRIO Y RESILIENCIA
-Además de la reforma fiscal, Marruecos siguió mejorando su clima de inversión para atraer capital tanto nacional como extranjero.
En los últimos años, el mundo ha experimentado profundas transformaciones económicas impulsadas por sucesivas crisis, desde la pandemia de COVID-19 y las interrupciones en las cadenas de suministro globales hasta tensiones geopolíticas y una inflación creciente. En medio de estos desafíos, Marruecos se ha convertido en uno de los pocos países árabes que eligió un camino de reforma gradual y realista, guiado por una visión económica que combina la sostenibilidad fiscal con la justicia social.
El gobierno marroquí se dio cuenta desde el principio de que la resiliencia de la economía nacional requería una reestructuración integral de las finanzas públicas. En lugar de depender de soluciones a corto plazo, el Estado adoptó ambiciosas reformas estructurales destinadas a racionalizar el gasto público, ampliar la base impositiva y dirigir los subsidios hacia los más necesitados. Estas medidas, aunque difíciles a corto plazo, han sentado las bases para una confianza renovada en la economía marroquí tanto a nivel nacional como internacional.
En los últimos años, Marruecos ha implementado una serie de finanzas reformas diseñado para construir una economía más fuerte e independiente. En lugar de mantener costosos subsidios universales, el país adoptó un sistema de apoyo específico, brindando asistencia directa a los hogares de bajos ingresos. Esta transición redujo el despilfarro, mejoró la equidad y fortaleció la protección social. En materia tributaria, el gobierno trabajó para ampliar la base impositiva para incluir actividades informales, simplificar los procedimientos y mejorar la transparencia, fomentando el cumplimiento voluntario. Estas medidas ayudaron a reducir el déficit fiscal a alrededor del 4% del PIB, a pesar de los obstáculos económicos globales que enfrentan la mayoría de las naciones.
Datos recientes muestran que Marruecos ha logrado mantener un crecimiento estable a pesar de la incertidumbre global. La economía se expandió aproximadamente un 3,2% en 2024, limitada en gran medida por las pérdidas agrícolas relacionadas con la sequía, pero los sectores no agrícolas crecieron aproximadamente un 3,8%, lo que refleja la creciente capacidad de adaptación del país. Se prevé que el crecimiento se acelere hasta el 3,6% en 2025, respaldado por una mejor cosecha y una actividad industrial y de inversión continua. Mientras tanto, la inflación se estabilizó cerca del 2,5%, lo que demuestra la eficacia de la de Marruecos monetario y coordinación fiscal en la protección del poder adquisitivo.
Junto al fiscal reforma, Marruecos siguió mejorando su clima de inversión para atraer capital tanto nacional como extranjero. Una nueva carta de inversiones simplificó los procedimientos, empoderó al sector privado y promovió la equidad regional en el desarrollo. Como resultado, las inversiones del Golfo y de Europa aumentaron más del 50% en los últimos dos años, particularmente de los Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudita y Francia en energía renovable, turismo e industria verde. Los inversores se sienten cada vez más atraídos por la combinación de estabilidad política, infraestructura moderna y marco regulatorio transparente de Marruecos.
Al mismo tiempo, Marruecos ha consolidado su posición como centro industrial regional. Las industrias automotriz y aeroespacial se han convertido en uno de sus principales sectores exportadores, simbolizando la transición del país hacia una manufactura de mayor valor. Las exportaciones de automóviles alcanzaron alrededor de 77.000 millones de MAD en el primer semestre de 2025, a pesar de una ligera desaceleración de la demanda europea. Las exportaciones de fosfato también registraron ganancias notables, mejorando la balanza comercial y aliviando la presión sobre las reservas de divisas. Estos logros confirman el cambio constante de Marruecos de una economía basada en materias primas a un modelo diversificado impulsado por las exportaciones integrado en las cadenas de valor globales.
Aun así, persisten desafíos importantes. El déficit comercial aumentó aproximadamente un 18% en el primer semestre de 2025 debido al aumento de las importaciones y al modesto crecimiento de las exportaciones, mientras que el desempleo, especialmente entre los jóvenes y las mujeres, sigue siendo un problema persistente. Para abordar esto, el gobierno está ampliando los programas de formación vocacional, apoyando el espíritu empresarial y promoviendo la digitalización para reducir la burocracia y fomentar el crecimiento de las pequeñas y medianas empresas. Estos esfuerzos reflejan la comprensión de que una reforma sostenible requiere no sólo una gestión fiscal sólida sino también inclusión social y desarrollo del capital humano.
La experiencia de Marruecos demuestra que la reforma fiscal no significa austeridad. – Significa gestionar los recursos de manera más inteligente y canalizar el gasto hacia la educación, la infraestructura y la energía limpia en lugar de recortes generales. Este enfoque pragmático ha convertido a Marruecos en un modelo árabe de cómo un país puede equilibrar la disciplina financiera con la responsabilidad social y la apertura económica con la soberanía nacional.
Para mantener este impulso, Marruecos debe seguir diversificando su economía y fortaleciendo los vínculos entre la educación y el mercado laboral. Fomentar la innovación en sectores emergentes como la tecnología, las energías renovables y las industrias creativas ayudará a asegurar el crecimiento a largo plazo. Del mismo modo, las asociaciones con las naciones del Golfo y europeas deberían evolucionar más allá de la inversión financiera para incluir la transferencia de tecnología y la localización industrial, asegurando que las reformas se traduzcan en beneficios tangibles para los ciudadanos marroquíes.
En última instancia, la transformación en curso de Marruecos ofrece una lección valiosa para el mundo árabe en general: la reforma real no se mide sólo por los indicadores fiscales sino por la confianza que genera entre el Estado y la sociedad. Cuando convergen la voluntad política, la competencia administrativa y la justicia social, la reforma se convierte en un camino hacia la soberanía en lugar de una restricción. Marruecos es hoy un ejemplo seguro de cómo reformas firmes y bien diseñadas pueden transformar los desafíos en oportunidades, demostrando que la estabilidad financiera y la equidad social pueden, de hecho, ir de la mano.
Información: MoroccoWorldNews / Imagen: MWN
La Voz del Árabe (LVÁ) – MARRUECOS – Cd. de México, octubre 9 del 2025
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