WASHINGTON CAPUT MUNDI
–Mientras que el presidente Trump negocia con Ucrania y con Irán en busca de una paz hipotética, su administración sigue adelante con la política asesina de su predecesor.
Los intentos de restaurar la paz no deben evitar que veamos que, en esta lucha contra el tiempo y suspendiendo el financiamiento a las agencias de las Naciones Unidas, Estados Unidos provoca más sufrimiento que cuando financia directamente las guerras. Red Voltaire | Roma (Italia)
Manlio Dinucci*
«Trump y Zelenski se hablan, ensayos de paz en San Pedro», anuncia [la agencia italiana] ANSA al publicar la «foto histórica del encuentro», definido este como «una obra maestra de la diplomacia vaticana». Los representantes de Estados Unidos y Ucrania posaron así ante el mundo como los dirigentes que quieren la paz, mientras que Putin sigue haciendo la guerra.
Trump escribe: «Esto me hace pensar que [Putin] no quiere parar la guerra, sólo está entreteniéndome y quizás hay que combatirlo con sanciones.»
El secretario de Estado estadounidense Marco Rubio advierte: «Estados Unidos pondrá fin a su mediación a menos que lleguen proposiciones concretas de Rusia y de Ucrania.». De esa manera se sigue ignorando el insistente reclamo de Rusia sobre la necesidad de resolver, en el marco de negociaciones oficiales, las cuestiones de fondo que originaron la guerra.
Y al mismo tiempo siguen divulgándose las fake news afirmando que Rusia pretende invadir Europa. El Wall Street Journal clama en un titular: «Los movimientos militares rusos que crean alarma en Europa: Putin está extendiendo las bases y se prepara para mover más tropas en las regiones europeas fronterizas, lejos de Ucrania.» En realidad, es la OTAN la que acerca cada vez más sus bases, inclusos bases nucleares, al territorio ruso, mientras que las potencias europeas se preparan para enviar tropas a Ucrania y siguen armando al régimen de Kiev.
La administración Trump dice querer poner fin al conflicto en Europa llevando adelante «la mediación en el conflicto», pero en el Medio Oriente esa misma administración entra en guerra contra Yemen –una guerra que los medios de prensa esconden cuidadosamente.
El CentCom, el mando de las fuerzas estadounidenses en el Medio Oriente anuncia oficialmente haber destruido en un solo mes más de 800 objetivos en Yemen. Esos ataques estadounidenses contra Yemen no sólo han matado combatientes, miembros del movimiento Ansar Allah, sino que también han causado las muertes de numerosos civiles. Se trata de una guerra que da continuidad a la estrategia de la administración Biden y que prepara otro conflicto muchos más peligroso: el que Estados Unidos e Israel están planificando contra Irán.
Simultáneamente, la administración, también dando continuidad a la administración Biden, intensifica su política contra China, la potencia que Estados Unidos ve con más aprehensión. En Río de Janeiro, durante la reunión de los ministros de Exteriores del grupo BRICS, el jefe de la diplomacia china, Wang Yi, declaró: «Por mucho tiempo, Estados Unidos se benefició inmensamente con el libre intercambio. Pero ahora utiliza los derechos de aduana como herramienta para imponer precios muy altos a otros países. Si hacemos compromisos y concesiones en silencio, el arrogante, después de haber ganado un centímetro, se apropiará de 3 millas.»
Incapaz de bloquear el avance económico de China, país que tiene de su lado a Rusia y a un número creciente de naciones del Sur Global, miembros del grupo BRICS, Estados Unidos recurre a las herramientas militares, intensificando el despliegue de sus propias fuerzas y las de sus aliados alrededor de China.
Al mismo tiempo, Estados Unidos y las demás potencias occidentales siguen adelante con la destrucción sistemática de las Naciones Unidas, cuya autoridad es completamente ignorada por Israel, que mantiene bloqueada la ayuda en alimentos destinada a la población de la franja de Gaza. El Programa Mundial de Alimentos (PMA) anuncia que se han agotado las reservas de alimentos en Gaza, donde más de 65 000 niños y adolescentes se hallan en un estado de salud crítico y son víctimas de malnutrición aguda. En total, 1,1 millones de niños y adolescentes palestinos sufren cotidianamente a causa del hambre.
Las agencias de las Naciones a cargo de la alimentación y de los refugiados se ven obligadas a restringir duramente sus presupuestos a causa de un derrumbe sin precedente del financiamiento por parte de los principales donantes –sobre todo de parte de Estados Unidos, bajo el mandato de Donald Trump, pero también de parte de otros países, como Alemania, Reino Unido y los miembros de la Unión Europea, que ahora «han dado la prioridad a los gastos en el sector de la defensa, empujados por sus crecientes temores ante Rusia y China».
El Programa Mundial de Alimentos, que proporciona ayuda alimentaria urgente a más de 340 millones de personas que luchan contra el hambre, ha advertido que 58 millones de personas corren peligro de morir de hambre en todo el mundo. El derrumbe del financiamento internacional a esas agencia de la ONU está dejando más víctimas que las guerras.
Este texto resume brevemente la revista de prensa internacional Grandangolo Pangea transmitida el viernes 2 de mayo de 2025 por el canal de televisión italiano Byoblu
*Manlio Dinucci – Geógrafo y politólogo. Últimas obras publicadas: Laboratorio di geografia, Zanichelli 2014; Diario di viaggio, Zanichelli 2017; L’arte della guerra / Annali della strategia Usa/Nato 1990-2016, Zambon 2016. Guerra nucleare. Il giorno prima. Da Hiroshima a oggi: chi e come ci porta alla catastrofe, Zambon 2017; Diario di guerra. Escalation verso la catastrofe (2016 – 2018), Asterios Editores 2018.
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Información: RedVoltaire / Imagen: RedVoltaire
La Voz del Árabe (LVÁ) – INTERNACIONAL – Cd. de México, mayo 13 del 2025
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