LA DESINTOXICACIÓN HEPÁTICA
-La forma inteligente de abordar los problemas de salud crónicos
La enfermedad del hígado graso no alcohólico (NAFLD, por sus siglas en inglés), una afección en la que se acumula exceso de grasa en el hígado, se acerca a proporciones epidémicas en los Estados Unidos. Sin embargo, el silencio sobre esta importante condición de salud es ensordecedor. Por ejemplo, el Instituto Nacional de Diabetes y Enfermedades Digestivas y Renales informa que hasta el 40% de los adultos estadounidenses tienen algún grado de NAFLD, una estadística impactante. Investigaciones recientes han arrojado luz sobre la creciente prevalencia de NAFLD, incluso entre los niños. Entonces, obviamente, una parte sustancial de la población podría beneficiarse de la desintoxicación hepática.
La función hepática deficiente también puede contribuir a otros problemas de salud crónicos, como el síndrome del «intestino permeable» y varios trastornos autoinmunes. Afortunadamente, un enfoque de medicina holística puede ayudar a identificar y abordar las causas fundamentales de la enfermedad con pruebas adecuadas, entrenamiento sobre el estilo de vida, intervenciones nutricionales y suplementos diseñados para promover la desintoxicación del hígado.
Probablemente sea seguro decir que estamos siendo inundados, como nunca antes, por una avalancha de toxinas. Los alimentos muy procesados, los organismos genéticamente modificados (OGM), las grasas trans, los conservantes, los edulcorantes artificiales, los colorantes, múltiples medicamentos recetados y las toxinas ambientales (como los pesticidas sintéticos, las hormonas y los metales pesados) suponen una carga tremenda para el cuerpo en general, especialmente el hígado.
Además de descomponer hormonas, medicamentos y toxinas ambientales, el hígado también ayuda a eliminar del cuerpo los productos de desecho naturales, como el amoníaco y la bilirrubina, y destruye los glóbulos rojos viejos y gastados.
Independientemente de sus funciones desintoxicantes, el hígado produce la bilis necesaria para descomponer las grasas, produce proteínas y colesterol esenciales y almacena vitaminas elementales.
Sin embargo, un hígado abrumado por toxinas no puede llevar a cabo adecuadamente estas funciones. Para empeorar las cosas, muchas personas tienden a beber demasiado alcohol, lo que suprime las funciones corporales naturales.
La función hepática alterada puede estar indicada por una amplia gama de signos y síntomas, que incluyen orina oscura, coloración amarillenta de la piel o los ojos (ictericia), picazón en la piel, fatiga y sudoración excesiva. Los problemas digestivos, como acidez estomacal, náuseas, estreñimiento e hinchazón, también pueden ser un indicio de problemas hepáticos, junto con ansiedad, depresión, presión arterial alta y tendencia a tener moretones con facilidad.
Si cree que puede tener una enfermedad hepática, consulte de inmediato a un proveedor de atención médica holística de confianza para obtener un diagnóstico y un plan de tratamiento adecuados. Advertencia: Las vías de desintoxicación deterioradas pueden promover inflamación y trastornos autoinmunes.
Para eliminar las toxinas del cuerpo, el hígado debe transformar los compuestos solubles en grasa en compuestos solubles en agua, un proceso que permite eliminarlos a través de la orina, las heces o la transpiración. Esto implica dos vías primarias de desintoxicación: Fase I y Fase II.
La fase I cambia la estructura del compuesto para permitir que las moléculas se unan a él. En la fase II, el hígado metaboliza el compuesto a través de procesos como la metilación y la sulfatación.
A medida que los compuestos pasan por la fase I, se vuelven (temporalmente) más inmunorreactivos y proinflamatorios. Sin embargo, este proceso normal puede convertirse en un problema si el hígado tiene una función de desintoxicación deficiente. Si la vía de la fase II se interrumpe o se deteriora, los compuestos que se han vuelto más inflamatorios en la Fase I pueden volver a entrar en circulación, causando inflamación sistémica y reacciones del sistema inmunitario y preparando el escenario para la enfermedad autoinmune.
De esta manera, la función hepática deficiente puede contribuir a una serie de problemas, incluidos intestino permeable, sensibilidades alimentarias y químicas y trastornos autoinmunes.
4 formas de apoyar sus vías de desintoxicación, naturalmente.
Afortunadamente, una amplia variedad de suplementos naturales y herbales tienen habilidades comprobadas para promover la salud del hígado y desencadenar vías de desintoxicación lentas.
La betaína, un aminoácido que se encuentra en el salvado de trigo, la remolacha, las espinacas y los granos «antiguos» como la quinua y el búlgaro, ayuda a descomponer y eliminar las grasas del hígado. También se ha demostrado que protege contra toxinas y sustancias químicas que se encuentran en los pesticidas (incluidos el etanol y el tetracloruro de carbono) y es particularmente eficaz para el apoyo de la metilación de fase II.
El cardo mariano también es eficaz para desintoxicar metales pesados y medicamentos. Los estudios han demostrado que su ingrediente activo, la silimarina, fortalece las paredes de las células hepáticas.
Las hojas de diente de león tienen un efecto diurético natural en el hígado, lo que le permite eliminar las toxinas de manera más rápida y eficiente. También apoyan la producción saludable de bilis.
Finalmente, la N-acetil-cisteína, un derivado del aminoácido cisteína, repone los niveles de glutatión, el antioxidante y desintoxicante maestro del cuerpo. (La N-acetil cisteína es tan eficaz para proteger el hígado que se administra en casos de sobredosis de paracetamol para ayudar a prevenir la insuficiencia hepática).
Por supuesto, siempre consulte con un proveedor de atención médica holística de confianza antes de complementar.
Limpie el hígado comiendo los alimentos adecuados. El potasio está estrechamente relacionado con la salud del hígado. Comer cantidades saludables de patatas orgánicas, plátanos, hojas de remolacha y espinacas puede ayudarlo a alcanzar la cantidad diaria recomendada de 4700 mg.
Las verduras de hoja verde, como la col rizada orgánica, contienen clorofila, que se une a toxinas y metales pesados y ayuda a eliminarlos del torrente sanguíneo. (Otra ventaja: las verduras de hoja verde oscura como la col rizada y las hojas de diente de león mejoran el flujo de bilis).
Las zanahorias orgánicas son ricas en betacaroteno, que el cuerpo convierte en vitamina A. Este nutriente soluble en grasa puede eliminar eficazmente las toxinas del hígado.
Las verduras crucíferas, como las coles de Bruselas y la col o repollo orgánicos, son ricas en glucosinolatos, compuestos que favorecen la producción de enzimas en el hígado. Las frutas cítricas orgánicas, los pimientos morrones y las fresas proporcionan cantidades saludables de vitamina C, que ayuda a convertir los materiales tóxicos en formas solubles en agua.
Finalmente, las nueces orgánicas son ricas en arginina, que es particularmente útil para desintoxicar el amoníaco, y ricas en glutatión, el antioxidante maestro del cuerpo.
Por supuesto, no se olvide del poder desintoxicante de las «limpiezas hepáticas», que pueden ayudar a eliminar depósitos y toxinas del hígado, al tiempo que aumentan la energía y el bienestar, mejoran la digestión y los perfiles lipídicos y estimulan la memoria y la cognición. Los expertos en salud natural recomiendan al menos dos limpiezas de hígado (y vesícula biliar) al año.
Consejos para la desintoxicación del hígado es un artículo escrito por: Lori Alton, escritora del personal de NaturalHealth365 el 1 de junio de 2024.
Traducido y adaptado por Mauricio Saraya Ley
Asociación Morelense de Lucha Contra el Cáncer A.C.
Información: AMORCC / Imagen: LVÁ
La Voz del Árabe (LVÁ) – VIDA y SALUD – Cd. de México, agosto 14 del 2024
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*Descargo de responsabilidad: este artículo no pretende proporcionar consejos médicos, diagnósticos o tratamientos. Las opiniones expresadas aquí no reflejan necesariamente las de Asociación Morelense de lucha contra el Cáncer AC, La Voz del Árabe, o su personal.
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