viernes, diciembre 19, 2025
CC Y TECN

EL COSTO SOCIAL DE LOS AUTOS ELÉCTRICOS

– Existe una explotación exagerada de gente, ni siquiera de trabajadores, que son quienes se exponen al obtener y manipular minerales como el litio y el cobalto…

Gerardo Yong*

La convertibilidad de transportes del combustible fósil al eléctrico es considerada como la solución non plus ultra para aliviar los problemas medioambientales del planeta. Gobiernos de países tanto desarrollados como de los llamados progresistas, e incluso subdesarrollados manejan está tendencia como un postulado único e inquebrantable, pero qué hay de cierto en sus efectos reales, sobre todo en lo que tiene que ver con la disminución de gases causantes del cambio climático.

De acuerdo con firmas automotrices, los autos eléctricos son definitivamente más ecológicos que los que funcionan con gasolina o diésel, pues su desempeño genera cero emisiones de gases perjudiciales para el medio ambiente y la salud de los habitantes. Un vehículo de estos está equipado con uno o varios motores eléctricos para impulsarse, lo cual le permite sustituir la quema de combustible; algo que los convierte en una opción más eficiente.

Tal vez hasta aquí todo marche bien, pero habría que pensar entonces cuáles son los problemas que ha desencadenado la producción de materias primas para fabricar esas baterías que serían la salvación del planeta. Para empezar, existe una explotación exagerada de gente, ni siquiera de trabajadores, que son quienes se exponen al obtener y manipular minerales como el litio y el cobalto.

En países como Birmania, Chile y, específicamente, Zimbabwe y el Congo, su recolección depende de miles personas que son sobreexplotadas por empresas chinas a un bajo costo de un dólar por jornada de trabajo, sin mencionar los problemas a los que se exponen por el contacto de estos tóxicos, que pueden causar males pulmonares crónicos como el asma y la fibrosis pulmonar. En este teatro de la producción también participan niños, sin que ninguna organización internacional denuncie esta atrocidad que realizan a escondidas Estados Unidos, Alemania y China, siendo esta última la que más está a la caza de este tipo de materiales y de otros llamados tierras raras como el níquel, cromo, manganeso y zinc.

Según la ONG Global Witness, las comunidades que habitan cerca de estos yacimientos abiertos al aire libre ya padecen enfermedades como la cirrosis, malformaciones congénitas y cáncer epidérmico, lo que muestra un lado oscuro que se contrapone a la panacea de la producción de vehículos eléctricos.

Mientras los gobiernos ecologistas ponen mayor interés en combatir los contaminantes aéreos como el ozono y otros surgidos por la combustión interna de autos, se oculta la dramática situación de personas seudo contratadas para excavar en tierras que además pertenecen a comunidades indígenas o claramente aisladas y desplazadas. Se exponen a esos minerales que, curiosamente, representan la piedra angular para construir el futuro verde en países que utilizarán transportes eléctricos, aspas eólicas, paneles solares y toda esa tecnología con la que se busca sustituir los combustibles tradicionales para combatir el calentamiento global.

En la búsqueda de estos recursos también figuran países del Golfo, Sudáfrica y la India, que ya descubrieron el potencial económico de estar a la altura de las circunstancias innovadoras. Al igual que la tercia anterior estos también dejan a un lado la transparencia económica de los pobladores que viven de un sector extractivo que, cada vez más, los mantiene en una pobreza inhumana y sin beneficiarse de este costo social.

Sólo para que lo sepan, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) señaló que en la explotación de minas de cobalto como la de Kowezi, en el Congo, se usan motores que gastan toneladas de combustóleo, lo cual afecta ecosistemas cercanos al generar deforestación y vertidos en corrientes hídricas que sólo contradicen sus objetivos en favor del medio ambiente.

 

*Gerardo Yong – Periodista y analista internacional. Conductor televisivo y escritor de contenidos para diversos medios digitales. Licenciado en filosofía por la ENEP Acatlán. Lic. en Comunicación digital por la Universidad Tecnológica en Línea. Becario de la Unión Europea (2004) y de la fundación alemana Friedrich Naumann Stifung. Ha realizado diversas coberturas internacionales entre 2002 y 2014 en 28 países para medios como Canal Once, y las revistas Siempre y Alto Nivel. Colaborador en La Voz del Árabe.

 

Recomendamos ampliamente ver este video para estar informados, seguramente parecerá deprimente, pero aseguramos que no es nada más que la verdad, video de la afamada agencia informativa alemana DW.

La Voz del Árabe comprometida con la verdad…

 

Imagen: LVÁ  / Video: Agencia DW

La Voz del Árabe (LVÁ) – Ciencia y Tecnología – Cd. de México, agosto 5 del 2024

 

Las declaraciones y opiniones expresadas en esta publicación sitio web en Internet son exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de vista de La Voz del Árabe.


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