¿POR QUÉ NO SE ALCANZA LA PAZ EN EL CONFLICTO ISRAELÍ-PALESTINO?
– Los israelíes sionistas expulsan y destruyen todas las aldeas árabes que quedan dentro del territorio del que se han apoderado…- I de II
Román López Villicaña*
Este conflicto que dura ya más de 70 años se territorializó a fines del siglo XIX, cuando un sector del pueblo judío, principalmente de judíos europeos, comienza a imitar a los movimientos nacionalistas que se forjaban en el centro y este de Europa. Este movimiento cristaliza en lo que se denomina sionismo político, (no confundir con el sionismo que era el recuerdo de los judíos por Jerusalén, que era un simple saludo durante los años nuevos, pero solo eso pues no se iban a vivir ahí) que comienza a buscar un territorio en el cual establecerse.
La historia del pueblo judío está salpicada de mitos y leyendas que no han podido comprobarse. Según especialistas el texto bíblico mismo parece que fue escrito en diferentes periodos históricos. Para famosos historiadores judíos como Shlomo Sand, la migración de Egipto no tuvo lugar, el primer templo y los reinados de David y Salomón, tampoco tuvieron lugar. De lo que si hay testimonio al decir de él, es que en Babilonia si hubo una gran colonia de judíos que prosperaron y se desarrollaron ahí.
También existe testimonio del segundo templo, del cual queda al muro de los lamentos. También dice que los judíos nunca fueron expulsados por los romanos del pequeño territorio en el que habitaron: Judea. La llamada diáspora se da porque ellos por iniciativa propia emigraron a las zonas más desarrolladas del mundo mediterráneo, como la gran colonia que hubo en Egipto, en Roma o en Grecia. Agrega que no hay evidencia de que hayan vivido en la costa del mediterráneo, solo se asentaron en la zona montañosa interior, donde incluso ocuparon parte de lo que es Jordania y Siria hoy en día.
Lo que asombra del sionismo político es que se aferró desde un principio a la llamada tierra santa, donde se supone que no pueden emigrar los judíos sino hasta que se dé la parusía del mesías, quien debe conducirlos hacia esa tierra añorada. Por eso rechazaron Uganda, Argentina y otros ofrecimientos.
Quien apoyó la idea del retorno a tierra santa fue Gran Bretaña pues a nadie más que a ellos les convenía crear una cuña que separara al mundo árabe y que no fuera a representar una amenaza si llegaba a unificarse, además de tener una posición privilegiada sobre una de sus principales vías de comunicación como lo era el canal de Suez, que permitía una rápida comunicación con La India que era la su principal colonia. Convenía a Inglaterra tener una posición importante en esa región que es bisagra donde casi se unen tres continentes. Cabe agregar que a los ingleses no les entusiasmaba la idea de ir a vivir en ese territorio, lo que, si llamaba la atención de los judíos, sobre todo a los de Europa Oriental que eran objeto de los llamados pogromos y comienza a emigrar hacia Europa Occidental donde muchos judíos se integraban rápidamente a las sociedades desarrolladas de esa zona. Fue por esto por lo que Lord Balfour le propone al Barón de Rothschild la creación de un hogar nacional para los judíos en Palestina, aun cuando el territorio todavía pertenecía al Imperio Otomano.
El proyecto de la creación del Hogar Nacional era un proyecto de colonización más, aunque un poco tardío va a tener las mismas características que todos los anteriores, es decir sometimiento, eliminación y despojo. Este proyecto colonial lo van a llevar a cabo los judíos europeos luego de la primera guerra mundial, cuando el derrotado Imperio Otomano fue dividido en “mandatos” o zonas a colonizar por las potencias europeas. En posesión del mandato de Palestina Inglaterra lo divide en Transjordania y Palestina, donde se construiría el llamado hogar nacional. Pero para 1917 había en Palestina 700 000 árabes y 60 000 judíos, en ese mismo año había en Inglaterra 250 000 judíos que no querían emigrar a la tierra santa.
El detonante de la emigración a Palestina fue la llegada del régimen nazi en Alemania que por la persecución provoca una estampida de judíos hacia Palestina, pero no todos los perseguidos se fueron a tierra santa, muchos emigraron a otros países, como Estados Unidos o países latinoamericanos. Con toda esta migración para 1947 cuando la recién creada Organización de la Naciones Unidas (ONU), vota la partición del territorio de Palestina, había en el territorio 630 000 judíos y 1 250 000 árabes, la ONU le otorga 55% del territorio a Israel y el resto para los palestinos. Los árabes no aceptan la injusta repartición, se van a la guerra y pierden. Al final de la guerra de 1948 Israel queda en posesión del 78% del territorio, y a los árabes solo le queda Gaza y Cisjordania.
Los israelíes sionistas expulsan y destruyen todas las aldeas árabes que quedan dentro del territorio del que se han apoderado, excepto en el norte donde se concentran la mayoría de los “árabes-israelíes” pues la densidad de población en el área era muy grande. Desde este momento los sionistas han mantenido a los árabes en un régimen de apartheid, no tienen derechos y son segregados tal y como usaban hacer los Boers con los negros en Sudáfrica.
Cualquier movimiento que surge en la zona tendiente a hacer que los palestinos tengan un estado libre en los territorios que Israel mantiene ocupados desde 1967, es de inmediato acusado de terrorista, y es desprestigiado en el mundo entero, para que así la represión sionista sobre ellos sea visto como algo natural. (continuará)
*Román López Villicaña – Profesor jubilado UDLAP.
Imagen: LVÁ
La Voz del Árabe (LVÁ) – EDITORIAL – Cd. de México, julio 15 del 2024
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