PONEMOS UN ALTO O NOS CONDENAMOS
-No hay de 2 sopas…
Mauricio Saraya Ley*
La Guerra nunca ha sido un medio ni un mal necesario para alcanzar la paz. De hecho, la Guerra siempre ha sido el objetivo en sí mismo, y ha servido para enriquecer a depredadores y también para mantener a flote países quebrados que a través de la economía de guerra y de despojar a los vencidos de todos sus bienes, incluyendo su dignidad, se nos venden como grandes imperios del mundo desarrollado, aunque sólo sean una sarta hipócritas sin escrúpulos.
A lo largo de los siglos, el hombre ha intentado siempre dominar a otros pueblos, e incluso al propio, por un afán de poder que sobrepasa el más elemental respeto al derecho ajeno. Uno pensaría que tanto derramamiento de sangre, tanta avaricia, tanto sufrimiento, en síntesis, tanta estupidez nos conduciría a una mayor conciencia. Desafortunadamente, hay un poderosísimo grupo de psicópatas (que carecen de la capacidad de sentir empatía y compasión por aquellos a quienes llaman gentiles) que hoy se nos presentan como la mayor aberración a la que se haya enfrentado el planeta.
Según la definición de la Real Academia Española (REA), aberración es un grave error del entendimiento. Acto o conducta depravados, perversos, o que se apartan de lo aceptado como lícito.
Dicho lo anterior, se puede calificar de abominable al movimiento sionista y a todos los que lo apoyan, porque su conducta depravada y perversa ante lo que aquí y en China pudiera considerarse lícito es inconmensurable.
Israel fue y sigue siendo un proyecto colonialista insaciable porque nunca quiso delimitar sus fronteras, que se impuso sobre tierras palestinas ocupadas bajo la protección de los prepotentes gobernantes de Inglaterra, respaldados tras bambalinas por Francia y Estados Unidos de Norteamérica. Y haciendo legal lo ilegal, la creación de dicho Estado fue avalada por la ONU, la organización madre de todas las instituciones corruptas desde su creación, y que por cierto, fue edificada curiosamente sobre terrenos sionistas y con el patrocinio de los mismos países colonialistas que coincidentemente, de manera individual, tienen derecho de vetar cualquier decisión que todos los demás países miembros juntos pudieran tomar como desacuerdo (ya decidirá el amable lector si esto tiene algo de justicia o democracia). De ahí que a Israel sólo se condenen sus actos y se le llame la atención “de dientes para afuera”, pero nunca se le haya sancionado, aunque haya bloquee la ayuda humanitaria de sus víctimas y se le adjudiquen más crímenes de lesa humanidad que los perpetrados por todos los demás países del mundo “JUNTOS”.
Se puede calificar hasta de ridículo pensar que el supuesto acto terrorista que perpetró Hamas contra Israel sea otra cosa que una más de tantas banderas falsas, donde los mismos gobernantes israelíes han sido cómplices de tales fechorías. Justo las mismas tácticas de EE UU, con auto atentados tipo correos con Antrax (made in USA), e incluso el de las Torres Gemelas que por unas pocas vidas (muchas menos que las pérdidas de una guerra) les da la capacidad de lavar el cerebro y la percepción de muchas personas y un amplio margen de acción para hacer y deshacer lo que les venga en gana fingiendo que es sólo una autodefensa.
Ahora resulta que la frontera más vigilada y controlada de todo el mundo, respaldada por el MOSAD, cuya fama de eficacia es bien ganada, monitoreada a través de centenares de cámaras, radares y guardias, pasó por alto la penetración de paracaidistas a sus tierras robadas y tardaron largas horas antes de reaccionar para defenderse. Hay que ser verdaderamente estúpido para creerles y olvidar que, desde siempre, su objetivo ha sido buscar excusas para continuar con la erradicación de los palestinos a través de la limpieza étnica, y hacer todo lo posible para que nunca sea reconocido un Estado Palestino, cuando es el único que debería existir en Palestina.
Los sionistas adoran flagelarse y con ello el holocausto, pues les ha permitido exagerar su victimización a la décima potencia, hacer una industria y gran negocio de ello al cacarearlo sistemáticamente por todos los medios (los cuales controlan a su antojo) y luego, como inocentes víctimas proceder a perpetrar precisamente aquella aberración que “sólo y únicamente” sobre ellos implementaron.
Pero no nos salgamos del contexto. Si bien es cierto que muchos civiles inocentes perdieron la vida durante la segunda guerra mundial, el número real de población judía que pereció de acuerdo a los reportes de la Cruz Roja y la Enciclopedia Británica de ese entonces ascendía aproximadamente a 600 mil del total de víctimas durante esa guerra, y no a la cantidad de seis millones que tanto predican. Baste con comparar las placas de decesos que se ostentaban antes y después de 1989 en Auschwits y que cambió la cifra de 4 millones a uno y medio, es decir, 2 millones y medio de diferencia de un solo tajo y no exclusivamente de judíos, pero eso no impide que hasta el día de hoy sigan adoctrinando con mentiras a sus propios ciudadanos y al resto del mundo, hablando como si se tratara de un mantra del famoso 6 millones de víctimas.
Ahora bien, no se puede minimizar y mucho menos mal interpretar esta tragedia, pues una sola vida humana por falta de humanidad de un victimario ya es una verdadera tragedia, mucho más lo es cuando hablamos no sólo de esos 600 mil judíos, sino de entre 60 y 80 millones de víctimas de esa guerra.
Por eso me parece incomprensible, inadmisible e inaceptable atestiguar la escalada de violencia en decadencia y contemplar entre los más recientes sucesos, que aquellos que un día fueron víctimas hoy sean los peores victimarios y estén cometiendo millares de asesinatos, así como ejerciendo tortura y desaparición de trabajadores de la salud en Palestina. El cofundador de Health Workers 4 Palestine dice que el personal de los hospitales está siendo torturado y desaparecido en Gaza, y que existe una necesidad urgente de protegerlos.
«Hay más de 200 casos de desapariciones o secuestros esencialmente de trabajadores de la salud, muchos de los cuales no sabemos si siguen vivos o muertos», dijo el Dr. Omar Abdel-Mannan a la agencia informativa qatarí Al Jazeera.
“Hemos tomado testimonios de varios trabajadores de la salud, uno de los cuales fue capturado durante 62 días. Hablaba de la tortura diaria.” Por su parte, Abdel Mannan, neurólogo pediátrico, instó a la comunidad médica internacional a resaltar la difícil situación de los trabajadores de la salud en Gaza. «Creo que es importante que empiecen a hablar. Las instituciones médicas como el Royal College of the UK y la Asociación Médica Británica deben comenzar a hacer declaraciones sobre la santidad de la atención médica y el hecho de que es completamente inaceptable atacar [y] matar a los trabajadores de la salud.” Evidentemente este respetable neurólogo peca de inocencia cuando se dirige precisamente al país por medio del cual se inició hace cerca de 8 décadas esta contienda.
Sin moral ni decencia, continúan su camino genocida hacia la línea fronteriza clave para recibir ayuda humanitaria en Rafah, apoyados por los actores antes mencionados, particularmente por la administración Biden que no es más que otro títere geopolítico para continuar con esta absurda guerra. También hay otros involucrados que, por egoísmo y por propia conveniencia, faltos de toda valentía y ética, cual rebaño de borregos sin escrúpulos siguen al diabólico pastor con sus 6 picos en la cabeza.
No tomar acción es en sí una acción, y como bien aseveró Gandhi: Lo más atroz de las cosas malas de la gente mala es el silencio de la gente buena. Así que no importa si eres de origen asiático, europeo, africano, latinoamericano, judío (de los verdaderos sefaraditas originarios de Palestina y genéticamente idénticos a los palestinos) o asquenazí (de los judíos rubios de ojos claros que se convirtieron a esa religión para robarse su identidad, pero sus orígenes son completamente diferentes y nunca tuvieron derecho a esas tierras). Seas de donde seas, de la posición socioeconómica que seas, y del color de piel que seas, si no sientes la más mínima compasión por los victimizados palestinos, particularmente los millares de niños torturados, desaparecidos o asesinados, si no sientes repulsión ante el sistemático genocidio e impune robo de sus tierras y sus dignidades, probablemente sea porque estás completamente mal informado y te creíste la perorata de que ellos son las víctimas, o porque la ingeniería social y la propaganda han logrado erradicar lo más valioso de tu conciencia y ya no eres capaz de razonar, pero sobre todo, de comportarte de manera solidaria como un verdadero ser humano.
El sionismo ha sido la mayor maldición de todos los tiempos, e Israel es sólo uno de sus despreciables tentáculos donde inclusive muchos israelíes son lamentablemente víctimas de su propio gobierno genocida. Así que si no abrimos los ojos a lo que está aconteciéndoles en el otro extremo del planeta, muy pronto lo viviremos en carne propia a través del control totalitario.
Los sionistas usurpadores de toda la vida, los Rothschild, los Rockefeller, los Carnegie, los Morgan, Gates y muchos otros junto con el WEF, el Banco Mundial, Naciones Unidas, la OMS y los cárteles de drogas farmacéuticas, la industria de agroquímicos, así como la armamentística, medios de comunicación y otros tantos bajo las sombras están trabajando coordinadamente 24/7 para que haya una sola policía mundial, un malicioso tratado global de falsas Pandemias, el robo de la propiedad privada, el control de identidad y de todas nuestras pertenencias, un pasaporte digital con su moneda, la censura, la coerción y más guerras, todo eso y más será lo que a través de quedarnos callados y con los brazos cruzados recibiremos si no despertamos y actuamos muy pronto como única presea.
*MAURICIO SARAYA LEY – Ganador de los premios: “EL HERALDO”, “La Letra Impresa”, “Premio Nacional Rincón Gallardo” (otorgado por la Suprema Corte de Justicia y la Comisión de Derechos Humanos). En 2003 publica su primera novela “Efervescencia”. Se han adaptado varios de sus cuentos para cortometrajes. En 2013 escribe “Ruido”, compendio de denuncias con propuesta filosófica. Desde 2018 ha publicado 3 libros más, una controvertida serie titulada Conciencia con Ciencia, y dirige AMORCC (Asociación Civil sin fines de lucro ni conflictos de interés) y colabora con La Voz del Árabe desde su fundación hace más de una década. Activista bien documentado que aplaude al escepticismo y actúa con valentía invitando a sus lectores a la reflexión, aun cuando su reputación se ponga en tela de juicio ante la incomodidad de muchos.

Imagen: LVÁ
La Voz del Árabe (LVÁ) – EDITORIAL – Cd. de México, mayo 15 del 2024
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