domingo, diciembre 10, 2023

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LA CIUDAD AZUL / CHAOUEN: EN MARRUECOS

Hace cinco siglos Chaouen era una ciudad impenetrable, sagrada para los musulmanes y prohibida para los cristianos. Aunque Su Majestad  el Rey de Marruecos Mohamed VI, ha abierto al visitante este refugio de pastores y artesanos

Azul índigo, azul cobalto, azul celeste, azul violáceo… en Chefchaouen, una pequeña ciudad del Norte de Marruecos, todas las tonalidades de azul se entremezclan en una combinación tan relajante como fotogénica. Chefchaouen, es el sitio perfecto para una breve escapada, respirar aire puro mientras se realiza algún paseo por la montaña, apoltronarse en la plaza Uta el-Hammam donde todos los caminos confluyen, pero sobre todo recorrer su preciosa medina intentando retener el reflejo de cada tonalidad del color que le ha hecho famosa.

Cada año, justo antes del Ramadán los habitantes de la pequeña ciudad de Chefchaouen se afanan en esmero en limpiar casas y encalar fachadas. Es la llamada Laouacher, una verdadera fiesta en la que unas 15 toneladas de pintura blanca y azul se utilizan para pintar las casas de la medina resultando en una mágica paleta de lapislázulis y turquesas. Sobre el por qué del azul nadie parece ponerse de acuerdo, para unos se trata una mera cuestión práctica pues este color ahuyenta a las moscas, para otros fueron los judíos quiénes a partir de 1930 empezaron a pintar puertas y fachadas para reemplazar el color verde del Islam. Sea como fuere Chefchaouen es hoy por excelencia la “ciudad azul”, un oasis de calma y tranquilidad en las estribaciones de las montañas del Rif.

El bullicio de ciudades imperiales como Fez o Marrakech queda en el olvido al momento de pisar Chefchaouen, un remanso de paz para el viajero en la periferia de un país que, ante los ojos de cualquier occidental, funciona en forma extraordinaria.

Hace cinco siglos Chaouen era una ciudad impenetrable, sagrada para los musulmanes y prohibida para los cristianos. Aunque Su Majestad  el Rey de Marruecos Mohamed VI, ha abierto al visitante este refugio de pastores y artesanos en los últimos 18 años, la ciudad sigue desprendiendo una esencia singular. Aquí las horas se dilatan y el tiempo pierde su jerarquía.Llegar a Chaouen es penetrar en un diminuto laberinto empedrado que, a diferencia de otras medinas marroquíes, encierra un orden perfecto. Todos los caminos llegan a la plaza Hamman, donde está la mayor de las mezquitas y centro de reunión de sus habitantes. Deambular por sus callejuelas es la única forma de enganchar todo el lirismo que resume este pueblo azul, situado en la cordillera de Los Cuernos, de la que toma su nombre.

La manera más recomendable de huir es caminar montaña arriba hasta la mezquita “maldita”, los exiliados del Al Andalus la construyeron hace más de 500 años y por mucho tiempo estuvo abandonada. Desde allí se puede ver todo Chefchaouen.

Si amaneces en Chaouen un lunes, es momento de compras. Los saharauis vienen desde el sur de Marruecos y ponen su mercado. Hay de todo, y como siempre, el precio es negociable. Pero son sólo unas cuantas horas de locura, porque cuando haya pasado el momento del alboroto del mercado, Chaouen volverá a ser ese pueblo azul perdido entre montañas.

VIDEO – MARRUECOS – CIUDAD AZUL

VISITA MARRUECOS… DONDE SE PONE EL SOL…

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La Voz del Árabe (LVÁ) – TURISMO – Cd. de México, julio 30 del 2017

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