-Hace cuatro años se fue el célebre baterista mexicano, pero se quedó para siempre entre nosotros…
Javier García JAVA*
El pasado 9 de septiembre se cumplieron cuatro años del fallecimiento de Tino Contreras, precursor del jazz en nuestro país y emblema de la música del alma. No exagero al afirmar que, sin duda, se trata del jazzista mexicano más importante, con una carrera longeva de 79 años y un legado difícil de igualar.
Pianista, trompetista, compositor y cantante, sin embargo, la batería fue su instrumento insignia. El mismo Gene Krupa lo bañó de elogios en uno de los tantos viajes que el músico nacido en Chihuahua realizó a Estados Unidos.

Tuve la fortuna de ser su amigo a lo largo de 30 años y escribí profusamente de él en el diario El Sol de México —donde laboré durante 48 años—, convencido de su genialidad, pues me brindó la oportunidad de conocerlo y meterme en su interior a través del tiempo.
Hubo una frase que él mismo acuñó, lo describió en su esencia y me marcó eternamente: «Primero es Dios, y luego la música». Y en efecto, así era Tino Contreras: bendecido por Dios, vivía para la música; vivió con la música, comía con ella y dormía con ella.
Aquel 9 de septiembre era un día como cualquier otro. Tino a los 95 años de edad y luego de una larga y brillante trayectoria seguía poseído por la música y tamborileaba con las manos en cualquier superficie que se le ponía enfrente.
Disfrutaba cada beat, cada sonido, cada síncopa, en un goce pleno que compartía con su inseparable Mónica Ramírez, a quien había añadido el apellido Blues.
Y de pronto, al caer la noche, se sintió mal. Mónica rápidamente lo internó en un hospital donde todavía el músico estuvo bromeando muy «esquiubidubi» con las enfermeras, cuando se le detuve el corazón y dejó de respirar.
Se había ido el maestro, el genio, el amigo. Pero detrás quedaba toda una historia, toda una obra, toda una vida dedicada al jazz, y sus andanzas ahí quedan, repletas de éxitos lo mismo en México que en el extranjero.
Cómo olvidar que en los fabulosos años 60 la iglesia lo condenó por crear la Misa en Jazz. ¡Ay!, Tino: te «juites», pero no te «juites». Te quedaste para siempre con nosotros.
*Javier García, JAVA – Periodista profesional con más de 50 años de experiencia en espectáculos y música, sobre todo rock and roll, siendo su casa editorial por siempre el diario mexicano El Sol de México.
Imagen: 1- (Portada) Tino en uno de sus conciertos. / 2- Mónica Blues, su inseparable compañera. / 3- Lo vi por última vez cuatro meses antes de la pandemia, Mónica tomó la fotografía.
La Voz del Árabe (LVÁ) – La Voz del Arte – Cd. de México, septiembre 20 del 2025
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