EGIPTO Y EL CONFLICTO DE TIGRAY EN ETIOPÍA
– Las relaciones internacionales la fuerza sigue siendo un ingrediente importante. Si Etiopía tuviera el poder de Turquía…
Dr. Román López Villicaña
El pasado 6 de abril se rompieron las negociaciones entre Egipto, Sudán y Etiopía. Por el reparto de las aguas del Nilo Azul. Como es sabido este tema preocupa grandemente tanto a Sudán como a Egipto. Pero sin duda mucho más a Egipto, quien es totalmente dependiente del agua que baja de la meseta etíope. Como se sabe, las aguas que llegan a Egipto no proceden del Nilo Blanco, el cual pierde casi todo su caudal en los pantanos del Sud, en el actual Sudán del Sur. Así casi el 90% del agua que llega a Egipto y finalmente alcanza a desembocar en el mar mediterráneo, procede del Nilo Azul que nace en el lago Tana y del Atbara, que procede también del altiplano etíope. Eritrea aporta muy poco con el río Setit que es un afluente del Atbara.
En la época del colonialismo británico en Egipto, Gran Bretaña le impuso a Etiopía un tratado totalmente injusto, en dicho acuerdo se le otorgaba a Egipto mas del 80% del agua que bajaba por el Nilo Azul y le impedía a Etiopía que hiciera construcciones que pudieran impedir el libre flujo del agua. Este tratado es desde cualquier punto de vista algo injusto, pues Etiopía aun siendo dueña del agua no la podía tocar, ni usar para el desarrollo de su agricultura en zonas donde habitualmente ha habido hambrunas.
Hace diez años finalmente Etiopía decide hacer algún uso del agua que le pertenece, creando la Gran Presa Renacimiento. Dicha presa está busca desarrollar esa parte del territorio etíope, produciendo una gran cantidad de energía eléctrica, que servirá incluso para exportar a los países vecinos. Etiopía ha señalado que dicha presa no reducirá el caudal del río, pero Sudán y Egipto insisten que lo dañará. Pretenden pues impedir que se lleve a cabo dicho proyecto y han tratado de hacerlo por todos los medios, incluso la intervención en los asuntos internos del país, como lo demuestra el asunto de Tigray.
Los tigriñas son un pueblo hermano que los separó el colonialismo italiano en la zona, cuando le imponen a Etiopía el tratado de Wichale, quedando una parte de ese pueblo em Etiopía y la otra en Eritrea. Este pueblo se unió para sacar a la dictadura izquierdista de Meguistu Haile Mariam del poder.
Los de Etiopía fundan el Frente para la Liberación de Tigray dirigido por Meles Zenawi, y el Frente Popular para la Liberación de Eritrea dirigido por Isaías Afewerki, primo de Zenawi. Cabe agregar que Zenawi tenía todo preparado para declarar la independencia de Tigray en caso de que no lograra derrocar a Meguistu. Sin embargo, lo derroca y se queda en el poder de 1991 hasta 2018, en los primeros años de los primos en el poder de ambos países, las cosas funcionaron bien y Eritrea y Etiopía eran ejemplo de cooperación en África, sin embargo, cuando ambos países imprimieron sus respectivas monedas, se acaba la luna de miel y estalla una guerra en 1998 que se prolonga hasta el 2000, en dicha guerra los tigriñas etíopes son los que mas participan, creando una profunda enemistad entre este pueblo hermano. Los tigriñas son un poco mas del 50% de la población de Eritrea, pero son solo el 5% de la población de Etiopía, así durante el periodo de Zenawi fue realmente un gobierno minoritario apoyado en un ejército cuyos mandos estaban en manos de los tigriñas. Estos tigriñas que pierden el poder a manos de los Oromo (la mayor étnia en Etiopía) a la que pertenece el actual presidente Abiy Ahmed, quedan muy resentidos con su pérdida del poder con lo cual prestan oídos a cualquier potencia que pueda ayudarles a reconquistar su antigua posición.
Egipto es el indicado para forzar a Etiopía a aceptar sus términos, tanto Sudán como Egipto le brindan ayuda, cosa que rechaza Abiy y con la ayuda de los eritreos ahora enemigos de sus hermanos, gustosamente le brindan ayuda a Etiopía que finalmente ha reconocido a Badme como pueblo eritreo y ha hecho la paz con ellos, lo que le valió a Abiy el premio nobel de la paz. De ahí la propaganda de los Tigray para que le quiten el nobel, y se le de ayuda internacional a su movimiento.
Hay que estar pendientes de los siguientes acontecimientos: Egipto y Sudán no dejarán de presionar a Etiopía para que no llene la presa, lo cual se hace injusto. Turquía controla el Tigris y el Éufrates y hace todos los proyectos de irrigación que necesita, sin que acepte ningún reclamo de Siria o Irak que también reciben agua de esos ríos, a Turquía no le importa si baja el nivel de las aguas de ambos ríos.
Parece pues que desafortunadamente en las relaciones internacionales la fuerza sigue siendo un ingrediente importante. Si Etiopía tuviera el poder de Turquía, tal vez Sudán y Egipto ya habrían aceptado el manejo que Etiopía quiere hacer del agua que baja de su altiplano.
*Dr. Román López Villicaña: Dr. En Relaciones Internacionales por la UNAM. Profesor pensionado por la UDLAP. Colaborador en La Voz del Árabe.
Imagen: LVÁ
La Voz del Árabe (LVÁ) – EDITORIAL – Cd. de México, abril 19 del 2021
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