RECONOCIMIENTO DE MÉXICO AL FRENTE POLISARIO

El reconocimiento del Frente Popular Para la Liberación de Saguiat el-Hamra y río de oro (Polisario)

Dr. Román López Villicaña

Los Estados como los seres humanos cometen errores en su política exterior, y hay más propensión al error cuando hay un cambio en dicha política, tal y como ocurrió en México entre los años setenta y ochenta del siglo pasado. En ese periodo México pasó de una política exterior pasiva a una activa y de acercamiento a los países recién independizados, buscando cooperación sur-sur, adoptando causas de los llamados países del Tercer Mundo. La toma de decisiones en política exterior varía dependiendo de la estructura y régimen político de los Estados. En algunos como los estados democráticos, el proceso se vuelve complejo. En el caso de los Estados Unidos, el poder ejecutivo tiene prerrogativas, pero también las posee el legislativo. Así si bien el ejecutivo firma tratados, estos deben ser ratificados por el legislativo. Este proceso se repite en muchos estados democráticos. En el caso de estados autoritarios es el ejecutivo el que toma la decisión y las cámaras deben aprobar lo hecho por un poderoso poder ejecutivo.

Este fue el caso de México durante el periodo en que el partido revolucionario institucional (PRI) gobernó el país luego de la fundación de este. México tuvo una estructura democrática, pero existía un poderoso poder ejecutivo que, en materia de política exterior, tomaba las decisiones sin interferencia del poder legislativo, el que se limitaba a ratificar las decisiones tomadas por el presidente, sin cuestionar sus decisiones.

México en los años setenta y ochenta del siglo pasado, tuvo que adoptar posturas radicales en el exterior, ante el agotamiento del discurso revolucionario, que había servido para dar legitimidad al régimen autoritario. Así se cometieron en estos años errores en política exterior. Aunque cabe aclarar que fueron pocos, gracias a que dicha política es una basada en los principios y apegada a derecho. Sin embargo, esos errores todavía se arrastran hasta hoy.

Cuando el ejecutivo tomaba malas decisiones, la culpa caía sobre el secretario de relaciones exteriores, pero nunca sobre el presidente en turno. Así en noviembre de 1975, México votó a favor de la resolución 3379 de la Asamblea General de la ONU que equiparaba los términos, racismo y sionismo. Esto provocó la rabia de la comunidad judía de Estados Unidos, que lanzó un boicot turístico en contra de México. La culpa cayó sobre el secretario de relaciones exterior Emilio Rabasa, quien tuvo que renunciar luego de ir a Israel a tratar de calmar los ánimos.

Otro error cometido en esa época fue el reconocimiento al Frente Popular para la liberación de Saguiat el-Hamra y Río de Oro (Frente Polisario), cuya decisión sigue siendo un problema para México, le dio reconocimiento de Estado a este movimiento que solo existe en Tinduf, Argelia y en un edificio en la ciudad de Argel, donde se supone que funciona el gobierno de la mal llamada República Árabe Saharaui Democrática (RASD). Es un Estado ficticio que durante toda su existencia ha estado apadrinado y sostenido por los argelinos.

En efecto era Argelia la que deseaba crear un Estado títere en el ex Sahara Español, que le permitiera tener una salida al Océano Atlántico, para sacar por ahí los minerales existentes en su parte del Sahara y tener parte de la rica pesca, que brindan los bancos frente a la costa marroquí. Argelia trajo a México de la mano al frente Polisario, e hizo cabildeo ante las autoridades mexicanas, e incluso ante el Partido en el poder el PRI, para que se le reconociera.

Producto de dicho cabildeo, fue el reconocimiento que hizo México por conducto del entonces secretario de relaciones exteriores, Jorge Castañeda, en la cumbre del movimiento de No Alineados, celebrada en La Habana, el 8 de septiembre de 1979. Cabe agregar que los argelinos convencieron a las autoridades mexicanas, de que pronto se establecería dicha república en el territorio de Río de Oro, que había desocupado Mauritania, ante los embates del Frente apoyado por Argelia, que interrumpieron la exportación de hierro, poniendo en un predicamento a la economía mauritana. Lo que nadie esperaba es que la salida de Mauritania de la ecuación brindaba a Marruecos la posibilidad de ocupar la totalidad de su territorio, colonizado por los españoles a fines del siglo XIX, con el fin de proteger las Islas Canarias. El Río de Oro tuvo que cederlo a Mauritania, para obtener el llamado acuerdo tripartita de Madrid, en el cual el General Francisco Franco regresaba a su legítimo dueño el territorio ocupado.

México no solo reconoció al Frente Polisario, si no que el 24 de octubre de 1979, estableció relaciones diplomáticas con dicha república ficticia.

Abrió el Polisario su embajada en México, que ha funcionado realmente como un anexo a la embajada argelina. Hoy son cada vez menos los países que reconocen a dicha república y más los que han apoyado la propuesta marroquí de darle amplia autonomía a la región en el marco del Reino de Marruecos.

México no ha tomado hasta al día de hoy una decisión firme al respecto y no se quiere reconocer el error que se cometió.

Se ha optado en dejar las cosas como están causando problemas para el desarrollo de una relación buena y duradera con Marruecos, que puede traer muchos beneficios para México y no problemas como ocurre con la mal denominada RASD.

*Dr. Román López Villicaña: Dr. En Relaciones Internacionales por la UNAM.  Maestro en estudios de Asia y África por el Colegio de México. Maestro en estudios de Estados Unidos por la Universidad de las Américas de Puebla (UDLAP) y profesor de tiempo parcial en UDLAP. Colaborador en La Voz del Árabe. 

La Voz del Árabe (LVÁ) – EDITORIAL – Cd. de México, febrero 10 del 2020

 

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