GNAWA: SANACIÓN A TRAVÉS DE LA MÚSICA

El maalem dirige las ceremonias de curación, que a su vez funge como maestro musical, mientras que la moqu’demma, la suma sacerdotisa, es la sanadora.

Gisselle Rodríguez

La música gnawa del África subsahariana llegó a Marruecos y Argelia a través del comercio de esclavos que eran vendidos a América, Europa y, en un porcentaje menor, localmente.

Este estilo musical se utiliza para sanar a través del trance en un ritual conocido como la noche sagrada (lilah).

La ceremonia comienza con “ftuh arahba” un llamado para invocar a los espíritus (mlouk) que se hace desde afuera hasta adentro de la casa o zaouia (lugar santo) que se acompaña con el sonido de un tambor (tabal) y el humo del incienso. En el ritual se utilizan siete colores: negro, blanco, verde, rojo, dos tipos de azul y malva, para indicar con un foulard el tipo de espíritu que domina a la persona y así tratar de exorcizarla bailando al ritmo de la música, compuesta especialmente para cada mlouk.

Las personas que buscan sanación bailan hasta entrar en trance y acabar desmayándose. Quienes participan en la lilah sienten que este ritual las ayuda a recuperar la estabilidad psicológica. 

El maalem dirige las ceremonias de curación, que a su vez funge como maestro musical, mientras que la moqu’demma, la suma sacerdotisa, es la sanadora.

Para interpretar la música gnawa se utiliza el hashhoush, un instrumento de tres cuerdas de sonido grave también conocido como guembri que tiene una tapa de cuero percutiva, y las qarqabus, instrumento de percusión compuesto de dos círculos cóncavos metal unido por una barra que suenan al chocar entre ellos. Su sonido recuerda al de las cadenas que arrastraban los esclavos y el ritmo con el que se tocan, al paso con el que caminaban juntos.

Los kuyu son los alumnos que aprendieron de los esclavos a tocar las qarqabus y responder al cantante con coros. La música gnawa se enseña de forma oral de maestro a alumno, que requiere aprender complicadas estructuras como treq, el hilo conductor de la noche, y mhala, los cambios que se hacen al pasar de canción a canción a lo largo de la ceremonia.

La música gnawa combina el sufismo con las tradiciones africanas pre-islámicas como el trance. Las canciones hablan sobre el agradecimiento de los esclavos a Allah y su profeta por el encuentro con los musulmanes, que los compraban para liberarlos.

En Túnez los gnawa viven en la región de Djerba, en donde son conocidos como estabalis o sudanis. En Argelia viven principalmente en Constantina, en el norte, y se les conoce como usfan (esclavos). En Marruecos los gnawas viven en ciudades como Tánger, Larache, Tetúan, Meknes, Fez, Casablanca, Essaoouira y Marrak.

Algunos de los principales exponentes de gnawa tradicional son Mahmoud Gania, Hamid Bouso y Marchane. Jimmy Hendrix fue uno de los primeros occidentales en conocer esta música, que se convirtió en una de sus influencias artísticas, al igual que Brian Jones y los Rolling Stones. Jimmy Page y Robert Plant, fundadores de Led Zepelin, también se interesaron en la música gnawa y grabaron algunos temas con el acompañamiento del hashhoush.

El maestro Saber el Rhaleb, músico touareg radicado en México, ofrecerá un concierto de música gnawa y del oeste de África el próximo sábado 11 de febrero a las 8:00 p.m. en Velázquez de León 111, Col. San Rafael, en la Ciudad de México (Admisión: $100 pesos). En el tocará cuatro instrumentos que es muy inusual escuchar en México: oud, guembri, outar y hashshoush.

Más información en la página del evento: https://www.facebook.com/events/988548521280334/

Para saber el Rhaleb – https://www.youtube.com/watch?v=aGMyGT9ZeuU

Nació en Marrakech. Descubrió su gusto por la música a través del slam, que es un arte poético. Al reencontrarse con sus orígenes, la música gnawa y touareg, quedó fascinado por su simplicidad y magia.

Conforme fue evolucionando en su carrera, desarrolló un estilo propio que fusiona la música de los pueblos autóctonos del oeste de África con las tradiciones musicales de distintos países: una especie de jazz abierto en el que convergen varias etapas históricas de la música.

Al ser autodidacta las vivencias acumuladas en sus viajes por el mundo se convirtieron en su maestro. Se especializa en los instrumentos de cuerda: desde oud, outar y hashhoush hasta guitarra y requinto. Ha tocado en los festivales de jazz de Chellah, Essaouira y Angoulen, así como en el festival de música sagrada de Fez, el Festival Mawazin y  le Rencontre d’Image de Paris, entre otros. Se ha presentado en Australia, Bélgica, Estados Unidos, Mali, Marruecos, Mauritania, México, París, Senegal y Viena.

Actualmente es el director de la primera escuela de gnawa en la Ciudad de México: https://www.facebook.com/gnaouamexico/

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La Voz del Árabe (LVÁ) – CULTURA – Cd. de México, octubre 20 del 2018

 

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