ACUERDO ‘HAAVARA’ SIONISMO/NAZISMO: DOS CARAS DE LA MISMA MONEDA GENOCIDA.
HESKEM HAAVARA en hebreo, o Acuerdo de Traslado Transferencia – firmado en 1933, entre el Sionismo y la Alemania nazi para facilitar la emigración de judíos a la Palestina ocupada en aquellos momentos por el Imperio británico.
Por Mauricio Saraya Ley
Un interesante e ilustrativo análisis efectuado por Juanjo Sanz Vigo, publicado en el sitio electrónico Kaos en la red, despertó mi interés, ya que denuncia de manera clara y objetiva los arreglos criminales que bajo las sombras se engendran entre seres humanos que carecen de toda humanidad. En los siguientes párrafos invito al amable lector a constatar una vez más que la única función de la mayoría de los medios masivos de comunicación es distraernos, mas no informarnos, sobre el origen de los conflictos que hoy apoyan los poderosos para criminalizar a los inocentes.
KAOS EN LA RED – Este acuerdo concluido en 1933 después de tres meses de negociaciones y que permaneció oculto durante tres décadas, permitió el traslado y transferencia de más de 55.000 judíos y 100 MMD (más de 2,000 MMD actuales) a Palestina, con la condición de que las organizaciones sionistas pusieran fin a su boicot económico de la Alemania nazi, una táctica potente que amenazaba con debilitar al gobierno de Hitler en su primer año en el poder. La historia nos la ha contado a base de mentiras, pues como declaró en el marco del Congreso Sionista Mundial el pasado 21 de octubre de 2015 el mismo Primer Ministro de Israel, Benjamín Netanyahu TN, Hitler no quería exterminar a los judíos. De hecho, podemos afirmar que Hitler –a través de Goebbels– contribuyó a la creación del Estado de Israel, un Estado racista y fascista contra los palestinos y los judíos sefardíes (semitas), ya que la casta dominante era la askenazí, procedente de Europa central y hablante de una variedad del alemán conocida como yiddish (el alemán de los judíos con restos de hebreo y otras lenguas). Este grupo no es semita sino que tiene aspecto europeo caucásico con individuos de tez clara, rubios, ojos azules.
La Haavara era una compañía comercial creada por la Organización Sionista Mundial que tenía como misión comerciar con los nazis. El convenio se celebró con la intención de trasladar a los judíos hacia Palestina con sus familias y bienes, a razón de 1000 libras esterlinas en divisas por emigrante.
La Organización Sionista Mundial recibió permiso para organizar en territorio alemán alrededor de 40 centros de adiestramiento profesional y rural para los futuros emigrantes a Palestina. El gobierno nazi puso a su disposición granjas y otros medios.
En octubre de 1933, la línea marítima alemana más importante, la Compañía Naviera Hamburgo Sud América, implementó un servicio directo desde Hamburgo a Haifa. En un discurso realizado ese año, Hitler destacó el Acuerdo de Traslado y los beneficios que significaban para la comunidad hebrea y para otras tribus convertidas al judaísmo.
Entre 1933 y 1941 emigraron de Alemania unos 304,500 judíos, de los cuales 65,000 se fueron a Palestina, que era mandato británico con mayoría árabe–palestina, el resto a EEUU, Gran Bretaña, Francia y Argentina entre muchos otros lugares.
En 1934, para conmemorar el viaje del barón Leopold Itz Edler von Mildenstein a Palestina, Goebbels se entusiasmó tanto con el proyecto de estos pioneros que mandó acuñar una medalla conmemorativa que, en el anverso figuraba la estrella de David y en el reverso la cruz gamada. Del lado de la estrella decía en alemán: EIN NAZI FÄHRT NACH PALÄSTINA (Un nazi viaja a Palestina); y del lado de la svástica, UND ERZÄHLT DAVON IM ANGRIFF (publicado en “Der Angriff” Periódico de Goebbels)
En 1934 la colaboración nazi-sionista estaba en su máximo apogeo mediante el Acuerdo Haavara, cinco años antes del comienzo de la Segunda Guerra mundial y catorce (1948) del establecimiento oficial de Israel como Estado sionista, que no judío.
Este no fue el único pacto que los sionistas propusieron a los nazis. Yitzhak Shamir fue uno de los sionistas que en 1941 contactó con Hitler y le hizo una propuesta un tanto extraña. La iniciativa sionista consistía en la formación y entrenamiento en Europa de la organización militar internacional NMO = “Irgun Zwai Leumin”, (“famosa” por los actos terroristas contra el mandato británico después de 1945). Esta organización terrorista constituyó el núcleo inicial de lo que más tarde sería el Ejército israelí IDF. La documentación sobre este acontecimiento está celosamente guardada en los archivos de Alemania con el núm. E 234158, de fecha 11-1-1.941.
La ideología nazi alemana por tanto se TRANSFIERE también con “Haavara” desde los mismos comienzos de la colonización y después con la formación del estado sionista de Israel, necesitando para su fortalecimiento y expansión territorial -Gran Israel-, decenas de miles de colonos, muchos de ellos obligados por la connivencia y los acuerdos alcanzados entre los altos mandos nazis y sionistas en los primeros años. Una vez más, el bienestar de los colonos es lo de menos, pues lo que en realidad siempre le ha importado a los imperialistas y su insaciable avaricia es robar el mayor número de tierras y recursos para seguir enriqueciéndose con lo hurtado.
El Secretario de Estado del Ministerio del Interior del Reich, Wilhelm Stuckart declaró en su momento: «No hay duda de que el procedimiento Haavara ha hecho la mayor contribución a la construcción tremendamente rápida de Palestina [Israel sionista]. El procedimiento no sólo se plasmó gracias a las grandes sumas de dinero de Alemania, sino que también suministró a los hombres más inteligentes entre los inmigrantes y, por último, abasteció con las máquinas y los equipos industriales necesarios también procedentes de Alemania.»
Fue el propio MOVIMIENTO SIONISTA que planificó el GRAN ISRAEL a costa del GENOCIDIO PALESTINO. Los primeros promotores, podríamos decir, del llamado “holocausto judío” son los propios ideólogos del sionismo pasado y más reciente, los Rothschild, Ben Gurión, Moshe Dayan, Isaac Shamir, Ariel Sharon, el propio Netanyahu y otros muchos terroristas y asesinos como ellos.
El sionismo genocida intentó en sus comienzos mediante engañifas y cantos de sirena, atraer a intelectuales y personas progresistas de confesión judía o no, para la supuesta causa, por la creación de DOS ESTADOS SOBRE LA BASE DEL RESPETO MUTUO, uno Israel el otro, Palestina. Una gran patraña como se demostró, pues la Nakba, término árabe que significa “catástrofe” o “desastre”, utilizado para designar al éxodo palestino, fue un acto deliberado de crueldad sistemática necesaria para la creación de un estado de mayoría judía en la Palestina histórica, que era mayoritariamente árabe antes de 1948, y fue el presagio de los más negros nubarrones que se cernían sobre el futuro palestino.
El “holocausto” groseramente manipulado y la “industria del holocausto” made in Hollybood, es la coartada que utilizó y utiliza aún el sionismo para justificar el saqueo y la matanza de inocentes palestinos. Si no se hace una clara diferenciación entre Régimen criminal y genocida sionista israelí y ciudadanos y pueblo que profesan o no una determinada Fe, mediante la estúpida simplificación interesada del término “antisemita”, todo aquel que critica las atrocidades del Régimen, pasa a ser antisemita. Nada más lejos de la realidad, si entramos en ese juego de palabras que quiere el sionismo, es imposible que seamos antisemitas, ya que tan semita o más es el árabe que vive de por siglos en territorio palestino en perfecta armonía con otros pueblos sin importar culturas o credos que aquel europeo rubio de ojos azules que pretende robarse una identidad para defender su criminal proceder.
Decenas de miles de colonos no han dejado de llegar a Israel en ventajosas condiciones desde los años 40, motor y base de bastantes asentamientos en territorio usurpado a los palestinos, después de haberlos expulsado de sus casas, asesinado y diezmado salvajemente, con la más absoluta impunidad y al amparo de la ONU, organización farsa al servicio de las grandes potencias, que después de 70 años admite muy a su pesar a Palestina como “Estado observador” y no de “pleno derecho”.
Setenta años de infamia, desvergüenza y genocidio que aun siendo del conocimiento del mundo entero no hará retroceder ni detener los ASENTAMIENTOS ni la BARBARIE SIONISTA HACIA EL PUEBLO PALESTINO.
Precisamente por ello combatimos el sionismo a muerte, porque es autoritario, racista y xenófobo igual que el nazismo. De hecho, no logro vislumbrar si existe diferencia alguna entre ambos. Dos ideologías criminales, instrumentos capitalistas de la gran Banca internacional y el Imperio global desde los años 30 del siglo pasado. La una, el NAZISMO ALEMÁN y la otra el SIONISMO ISRAELÍ, parapeto infranqueable desde Israel como Estado en Oriente Medio, esta vez siendo patrocinador principal EEUU, la otra gran Potencia quebrada económicamente y decadente en lo moral, capaz de envenenar a su propia población, que nos distrae constantemente con el estúpido payaso en turno que preside su gobierno, y que subsiste a consecuencia de los egoístas intereses de tantas otras naciones que tarde que temprano acabarán pagando un precio demasiado alto, luego de perder lo que les queda de dignidad.
El Israel sionista de hoy, como la Alemania nazi de ayer, representa una amenaza y serio peligro no sólo para los pueblos de Oriente Medio, sino también para todos los pueblos del mundo, ya que su criminal y vergonzosa idiosincrasia tiene una influencia que rebasa todas las fronteras.
Las contradicciones y disputas de hoy entre las diferentes Potencias, todas imperialistas, por el reparto y control de mercados y zonas de influencia, siguen acarreando más actos de barbarie generalizados mientras que los demás hacemos muy poco o nada para impedirlo.
Rabino judío define el sionismo
Información: Autor – Kaos en la red / Imagen: LVÁ-Pixabay
La Voz del Árabe (LVÁ) – CULTURA – Cd. de México, mayo 11 del 2018